El día que el esposo de la Reina de Inglaterra, Felipe de Edimburgo, pasó por Huelva
Mientras los tabloides británicos y de medio mundo recopilan datos, anécdotas, historias y hasta amantes del recién fallecido Felipe de Edimburgo, esposo de la Reina de Inglaterra, pocos son los que han recordado que este ilustre miembro de la Casa Real británica tuvo su pequeña conexión con Huelva, provincia a la que llegó incluso a visitar
Este hijo del príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca y de la princesa Alicia de Battemberg fue miembro de la casa real griega por nacimiento y británica por sus bodas con la reina de Inglaterra desde que en 1947 se casó con la hija de Jorge VI. El duque de Edimburgo fue patrocinador de muchas organizaciones, como los Premios Duque de Edimburgo y el Fondo Mundial para la Naturaleza.
Y es aquí, en (WWF) donde hay que buscar su vinculación con Huelva. Para ello hay que remontarse al lejano 1982. Todavía no había ganado el PSOE las elecciones. Fue ese año, en marzo, cuando el consorte de la reina de Inglaterra vino de visita a Doñana. Ese viaje formaba parte de su recorrido por las joyas naturales del mundo para recabar fondos con el objetivo de subvencionar los proyectos de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza.
Por aquel entonces ya se construían chabolas en la playa del Parque Nacional de Doñana que fueron eliminadas ante la visita del ilustre invitado.
El periodista onubense Alfonso González ya recogía este hecho en la prensa de aquellos años (El País). Y recordaba cómo se habían destruido miles de chabolas levantadas sin la correspondiente gestión administrativa.
El duque de Edimburgo vino a Doñana acompañado del director general del Icona procedente de Sanlúcar de Barrameda. Por petición expresa de Felipe de Edimburgo hasta se prohibió la estancia de periodistas en el Parque Nacional, lo que levantó una gran polvareda que mitigó el consorte de Su Graciosa Majestad por la noche, cuando sí autorizó la presencia de periodistas en una recepción celebrada en el Parador de Mazagón.
Poco más se escribió de aquella visita ilustre, que quizás abrió la puerta de Doñana a los que vinieron después.
Aunque en honor a la verdad el primero, primero, fue Alfonso X. Doñana debe su nombre a la hija de la princesa de Éboli y en sus palacios han pernoctado Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia, en 1863, Goya, Mijail Gorvachov, Francois Mitterrand, Helmut Khöl, Jacques Delors, Toni Blair, Angela Merkel y un largo etcétera.
Doñana fue propiedad de la casa de Medina Sidonia, desde que su fundador, Guzmán el Bueno, recibiera estas tierras en pago a su hazaña en la defensa de Tarifa. Es el VII duque de Medina Sidonia quien manda construir en esos parajes una residencia para su esposa, doña Ana Gómez de Mendoza y Silva, hija de la princesa de Éboli, mujer que ha dado nombre a este territorio conocido desde entonces como coto de Doña Ana, hoy Parque Nacional de Doñana.
También pasaron por aquí Felipe IV, Alfonso XIII, Franco, Juan Carlos de Borbón, en su etapa de Rey de España, y su heredero, Felipe VI, que vino a Doñana a grabar un programa de televisión. Sin olvidar a los presidentes españoles Felipe González, José María Aznar, Mariano Rajoy, Pedro Sánchez
Lo demás ya es otra historia.
