viernes. 29.03.2024
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Nuevos datos del doctor Gumersindo Márquez, en el 105 aniversario del homenaje brindado por Galaroza

Se rescata una fotografía del egregio médico y las firmas presentadas en 1916
Nuevos datos del doctor Gumersindo Márquez, en el 105 aniversario del homenaje brindado por Galaroza

Al superarse el siglo del homenaje que el pueblo de Galaroza brindó a su hijo Gumersindo Márquez Chaparro, ha reverdecido el interés por esta figura histórica cachonera. En 1916, el Ayuntamiento de Galaroza hizo suya una petición firmada por más de 270 vecinos y promovida por el maestro Manuel Arellano y Santos, que fue el punto de partida de una serie de actos con los que el pueblo agradecía al egregio médico su dedicación y su amor hacia Galaroza. La Asociación Cultural Lieva ha tenido acceso al expediente que se conserva en el archivo municipal y ha descubierto una fotografía inedita del sabio, del que hasta la fecha solo se conocía la incluida en un libro que recogió el acto de homenaje, del que en 2021 se cumplen 105 años.

En la mencionada instancia vecinal, fechada el 23 de agosto, se solicitaba que el Ayuntamiento rindiera un homenaje de gratitud a “quien siente como nadie el amor a su patria chica, por cuya prosperidad vela cual si fuese su más celoso vecino”. Se solicita finalmente su nombramiento como hijo predilecto y preclaro de la villa y que se rotule con su nombre la calle en que se haya enclavada la casa donde nació tan notable médico. Tres días después, el Ayuntamiento aprobaba lo solicitado por el pueblo.

El texto elaborado por Manuel Arellano incide en que, cuando el doctor veraneaba en Galaroza “en los meses del estío con el fin de reparar su quebrantada salud y descansar de la ardua labor que realiza en Sevilla, se olvida de sus padecimientos y desprecia las comodidades de su desahogada posición, para visitor diaria y gratuitamente, con la más cariñosa solicitud, a sus paisanos enfermos, llevándoles a casi todos, con la alegría de la salud, los consuelos de su caridad inagotable”.

Gumersindo Márquez nació en Galaroza. Marchó a trabajar a Huelva para dejar de constituir una carga para la familia y el primer sueldo que ganó lo envió para que su padre pudiera pagar sus deudas; allí estudió el Bachiller. Luego se trasladó a Cádiz, donde se hizo médico con un gran trabajo como lo refleja el haber obtenido seis premios extraordinarios. Posteriormente, ya en Sevilla, ganó por oposición el Premio Extraordinario de Doctor en Medicina. También fue nombrado Catedrático de la Escuela de Medicina, médico por oposición de la Beneficiencia domiciliaria y Decano de la misma. Gumersindo Márquez fue escogido como primer Presidente del Real Colegio de Médicos de Sevilla e ingresó en la Real Academia de Medicina de Sevilla en 1914.

Los actos en honor del medico se desarrollaron el 29 de octubre de 1916, aunque comenzaron el día antes, con un repique general de campanas y la Banda de Música, dirigida por Agustín Trujillo Muñiz, recorriendo las calles del pueblo. Un pueblo que se preparaba para la ocasión engalanando sus calles y confeccionando arcos de flores, banderas, etc. El día del homenaje amaneció con la alegre diana y a las doce del mediodía se convocó una gran multitud en el Paseo del Carmen para recoger al Dr. Márquez en su casa y acompañarle al Ayuntamiento. Tras el solemne y festivo descubrimiento de una placa con el rótulo de la calle con su nombre, la comitiva se dirigió a la Casa Consistorial.

Una vez allí, y asomados al balcón del edificio, ante el gran número de vecinos presentes, se sucedieron numerosos discursos a cargo del Alcalde de Galaroza en aquella época, Antonio González y González, Emeterio Rey Móure, médico titular del pueblo, José González Muñiz, vicepresidente de la Sociedad de Socorros Mutuos ‘La Alcancía’, Manuel Arellano y Santos, maestro e impulsor del homenaje, Julio Fernández Tristancho, profesor de Primera Enseñanza, y Gerardo Moya y Díaz, médico titular de Galaroza, que habló en nombre de la profesión médica.

Tras los inmumerables aplausos y vítores que provocaron estos discursos, tomó la palabra el Doctor Márquez, agradeciendo con gran humildad el homenaje que se le tributaba. Entre otras frases de especial emoción, se declaró como “un enamorado de nuestra tierra, un cachonero más”, y añadió que lo que más le satisfacía en esos momentos era el hecho de ser paisano de este pueblo, en lo que fue descrito como “un brillante canto de amor hacia Galaroza”.

Al homenaje asistieron numerosas autoridades locales y provinciales, como los Diputados Provinciales vecinos de Galaroza Manuel Muñiz González e Ismael González Romero, el Juez del pueblo, Rafael Alcayde y Carvajal, el párroco Eduardo Martínez la Orden, y alcaldes y concejales de todos los pueblos de la Sierra. Finalizado el acto, se ofreció un refresco en los salones altos del casino de Rafael Lozano González.

Todo cuanto sucedió en este homenaje fue recogido en un libro por iniciativa de ‘La Alcancía’, Sociedad de Socorros Mutuos para alivio de obreros enfermos y ancianos, cuyo presidente de honor y protector entusiasta fuera el propio Márquez. Este libro se imprimió en la Fábrica de Libros Rayados de Antonio Guerra, en Sevilla, en 1917.

Lamentablemente, quiso la mala fortuna que aún no hubiera visto la luz esta publicación, cuando llegó la noticia de la muerte de Gumersindo Márquez Chaparro. Como aparece escrito en sus últimas páginas, “Triunfó la muerte, luchadora eterna, vencedora siempre”.

Este librito se guarda como oro en paño en muchas casas cachoneras, incluía fotografías de algunos rincones del pueblo, junto a los rostros de los participantes y el texto que recordará para siempre al eminente doctor. Ha sido la fuente principal para los recuerdos que se han realizado del homenaje, divulgado en numerosas ocasiones en las últimas décadas en revistas culturales y medios de comunicación.