martes. 23.04.2024
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La seca extingue los grandes alcornoques y pajareras de Doñana, símbolo del Parque Nacional

Las inyecciones de fosetil-aluminio tratan de evitar el desastre y la desaparición definitiva de los pocos árboles sanos que restan, según los trabajos recogidos en el proyecto Life Adaptamed. Las dehesas de Huelva han perdido por la seca más de 10.000 hectáreas de encinas en una década.
La seca extingue los grandes alcornoques y pajareras de Doñana, símbolo del Parque Nacional

La casi totalidad de los alcornoques de Doñana, uno de los árboles míticos de la Reserva de la Biosfera, están afectados ya por la enfermedad de la seca, según pone de manifiesto un informe recopilado en el proyecto científico de seguimiento Life Adaptamed.

El problema no es que sea específico del Parque Nacional pero puede acabar definitivamente con una de las imágenes icónicas más visualizadas en el mundo entero sobre la biodiversidad de Doñana: las pajareras. Un lugar emblemático donde se han tomado gran cantidad de fotografías y que ahora, esos árboles, presentan una imagen 'ruinosa tras décadas de decaimiento.

De hecho, la provincia de Huelva ha perdido en poco más de diez años unas 10.000 hectáreas de encinas en las dehesas a causa de la seca del quercus.

Unos datos que desveló Asaja refrendados por estudios de la Junta de Andalucía. Asaja señala que prácticamente toda la dehesa onubense está afectada por el llamado hongo asesino que campa a sus anchas desde 1982 y que en la década del 2000 obligó a cortar casi medio millón de pies de encinas y alcornoques.

Una enfermedad, la de la seca, que merma sobremanera la productividad de las dehesas dedicadas a la ganadería extensiva del cerdo ibérico, más extendida en las comarcas de la Sierra de Huelva y el Andévalo y frontera con Portugal al norte y al sur del Guadiana.

Según el trabajo, el peligroso patógeno invasor Phytophthora cinnamomi ha sido detectado ya nada menos que en el 88,4% de las muestras de raíz y el 62% de las muestras de suelo entre los 60 alcornoques de Doñana testados en el marco de LIFE Adaptamed. "Treinta de estos alcornoques (Quercus suber) están siendo tratados mediante inyecciones de Fosetil-aluminio, en una acción conjunta con la Estación Biológica de Doñana (CSIC)", explica el trabajo. Hace una década la enfermedad ya afectaba al 20% de los árboles hoy llega hasta el 90%, o casi.

El objetivo del tratamiento es potenciar la capacidad de respuesta de los alcornoques contra el oomiceto (Oomycetes u Oomycota,  un grupo de protistas filamentosos pertenecientes al grupo de los pseudohongos.) patógeno causante de la muerte de raíces absorbentes de agua y nutrientes, para proteger los servicios ecosistémicos procedentes del alcornoque.

"Catalogado como una de los 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, el oomiceto Phytophthora cinnamomi ataca las raíces absorbentes de plantas leñosas como los alcornoques mediterráneos, reduciendo su aporte de agua y nutrientes y provocando la marchitez foliar, la defoliación y el puntisecado de ramas. Este oomiceto o psuedohongo patógeno puede llegar a provocar la muerte súbita de los alcornoques en unas pocas semanas, si la infección es previa a un periodo de sequía, o pervivir sin manifestarse claramente durante meses y años, si le sigue un periodo húmedo y fresco, tiempo durante el que el alcornoque puede ejercer como transmisor del patógeno.", aclara el trabajo incluido en el Life Adaptamed.

El estudio da la voz de alarma porque "en Doñana, los datos muestran un decaimiento de la masa forestal de los alcornocales junto con una menor capacidad de respuesta del ecosistema frente al cambio climático".

El trabajo y experimentación que se desarrolla en el corazón de Doñana puede beneficiar al resto de la población arbórea de encinas y alcornoques del Suroeste.

"El tratamiento basado en las inyecciones de Fosetil-aluminio tiene un carácter fundamentalmente fitoactivador, es decir, estimula los mecanismos naturales de defensa de los árboles, para impedir la infección o la colonización de sus tejidos, mediante la inducción de cambios fisiológicos en la planta. La efectividad del Fosetil-Al en la prevención de la enfermedad de las raíces causada por el P. cinnamomi está avalada por varios ensayos en encinas y alcornoques, destacando la mejora del efecto preventivo del fosfito potásico. "Este tratamiento, por lo tanto, no sirve como medida curativa. Se debe aplicar a ejemplares sanos que se encuentran en riesgo de infectarse", advierte el informe.

Fotos: Proyecto Life Adaptamed