jueves. 25.04.2024
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Jaime Madruga: "Huelva... hay que terminarla de hacer, que mucho le falta"

En esta entrevista pone negro sobre blanco y habla sin tapujos de Huelva y también de la pandemia que nos ha tocado vivir.
Jaime Madruga: "Huelva... hay que terminarla de hacer, que mucho le falta"

Pudo haber sido el primer alcalde de Huelva tras la llegada de la democracia en España, pero se unieron los partidos de izquierda y no fue posible. Me refiero a Jaime Madruga, nuestro protagonista de hoy en esta serie de entrevistas en tiempo de pandemia.

En cambio, si fue el primer presidente de la Diputación de Huelva, donde la Unión de Centro Democrática (UCD) tuvo mayoría absoluta, aunque su mandato no duró mucho, pues Jaime decidió dedicarse a su labor profesional como abogado dejando la política. Por lo menos fue la justificación pública que dio y después de tanto tiempo no seré yo quien le contradiga, aunque tengo mi propia opinión al respecto.

Las ganas de trabajar y la ilusión fueron determinantes en aquella época, pues la experiencia política no era mucha. Al fin y al cabo España salía del túnel de la Dictadura de Franco.

La misión del político era la de ayudar a los pueblos, a afrontar las necesidades más perentoria, como asfaltados, acometidas de agua... y la ilusión de tener una carretera en condiciones,  la Nacional 435, que uniera Huelva con Extremadura, para el desarrollo de nuestra provincia y que aún hoy día  se sigue adoleciendo de un desdoble.

Jaime accede a recordar aquellos momentos históricos aunque ya no le gusta estar en el candelero periodístico. Es persona deportista, religioso, cordial, alto sentido de la amistad, discreto, inteligente, culto, abogado de prestigio, sociable, agradecido, conversador, intuitivo, analista de lujo de cuanto sucede y además de estas y muchas más virtudes es fundamentalmente muy "guenagente"

¿Qué opina de la situación que estamos viviendo?

Una verdadera desgracia, por las trágicas consecuencias que ya ha  generado y seguirá generando. Una crisis de mucho calado que afecta a  todos los ámbitos, pero de la que saldremos, como de todo en la vida.

¿Qué hizo en el día a día, durante el confinamiento. ¿Dónde estuvo y con quién lo pasó?

Mi mujer y yo estuvimos en nuestra casa de Huelva. Fuimos estrictos en el cumplimiento de las recomendaciones porque, por edad, formamos parte  de la población de riesgo. Pero no se nos hizo insoportable. La casa reúne

condiciones para actividades y aficiones, terraza con luz, plantas, flores,  pajarillos y aves que nos visitan. Cada día vemos amanecer y, cuando toca,  la salida de la luna llena. No somos muy de calle, y leer, escribir, escuchar

música, rezar o meditar lo llevamos en nuestra mochila personal. Jubilados  ya, pocos eran los requerimientos de obligado cumplimiento. Y, aunque estar/estar físicamente no estaban, podíamos tener con nosotros, o acercarnos a ellas, a las personas queridas a través de los medios actuales.

¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia y sobre todo  en Huelva? 

No creo que vaya a cambiar esencialmente la forma de vida de la gente.  Podrán producirse giros a nivel individual, fruto de la reflexión personal, pero la sociedad no cambiará. Ya se vislumbra que muchos comportamientos se desarrollan como si nada hubiese pasado. Y, en cuanto se vea la salida del túnel, la gente querrá recuperar con fuerza el trabajo, el bienestar o la diversión perdida. El mundo camina disparado desde cualquier punto que se le contemple. La parada en seco que el virus ha supuesto será provisional. Surgirán, además, avances de todo tipo que generen más velocidad, más competitividad. Por otro lado, también serán necesarias mentes serenas, pensadores, líderes en cada ámbito vital, seguro que sí.

 ¿Ha pasado miedo en algún momento?

Preocupación por la salud propia o de familiares y amigos ..., la lógica. Pero,  gracias a Dios, no tuvimos la mínima incidencia. Si te refieres a temor personal por la propia vida, te diré que, a poco para cumplir 78 años, retomo con frecuencia un pensamiento de Séneca: “Qué cosa hay más absurda que sorprenderse de que un día cualquiera suceda lo que cualquier día puede suceder”. Repensarlo y actuar en consecuencia para tener las cosas en orden ayuda a despejar temores.

¿Qué hace en la actualidad?. ¿Qué proyecto de futuro tiene?

Ya jubilado, me dedico, entre otras cosas, a recopilar los muchos artículos de colaboración en prensa a lo largo de los años, así como intervenciones en momentos puntuales de mi actividad personal, profesional o política  (pregones y relatos cortos terminados o a medio cerrar, informes jurídicos, discursos). Dedico un tiempo importante a la fotografía, que me brinda una paz que trato de transmitir a las personas de mi entorno, emulando a Isabel Guerra, la monja pintora: “Tengo un reto apasionante: abrir ventanas al sosiego, al encuentro con lo esencial del propio yo, ahogado en prisas y bullicios. Mostrar senderos por los que la paz pueda venir hasta nosotros”.

¿Qué ha echado de menos en estos meses pandémicos?

Desde el punto de vista personal, el contacto directo con los míos,  habitualmente muy frecuente. Por lo demás, de poco salir como te decía y  en casa siempre a las 10 la noche, el encierro o semi-encierro no me ha supuesto mucho sacrificio. La terraza de casa y los paseos por los alrededores de Huelva ciudad, sus parques y marismas cuando fue posible me han permitido tomar aire.

¿Cómo venderías Huelva para atraer inversores y turismo?

Antes de ofrecer la capital, la terminaría de hacer, que mucho le falta. La terminaría para los residentes antes que para los turistas..., que a veces parece que hacemos las cosas para que las disfruten los de fuera. Y no solo

aquí. Pelearía por las infraestructuras de comunicaciones, sin dejar de hacerlo por otras. Y, como reclamo, utilizaría una pintada que desde hace años luce en la fachada lateral de la única casa al pie del Cabezo Mondaca, muy cerca del Rectorado de la Universidad, que reza “HUELVA ES MARINERA”.

Al conjunto de la Provincia la liberaría durante un tiempo del corsé de patronatos y organizaciones, a ver si la pura iniciativa privada, con respaldo pero no controlada, consigue mejores resultados... que igual es así. A los pueblos de nuestra Sierra les aconsejaría que no buscasen tanta  sinergia entre ellos para llenarlos de forasteros, porque el verdadero turista busca más la belleza de lo auténtico, del silencio y la soledad que sus plazas atiborradas.

¿Qué es lo que más le ha dolido en estos meses?

Como ciudadano, eché de menos en el mando único mucha más dosis de transparencia, serenidad, humildad y liderazgo, capaces de aunar esfuerzos y responsabilidades.

¿Cuáles son tus mejores y peores recuerdos de tu etapa política?

En lo que viví personalmente en primera línea, el espíritu de equipo entre todos los grupos políticos. Y, por concretar entre los buenos, la  inauguración de la carretera entre Fuenteheridos y Castaño del Robledo, aprobada su construcción por acuerdo unánime del Pleno de Diputación a mi propuesta. Se trataba de una petición de los pueblos afectados a lo largo de cuarenta años.

Muy pocos malos: el cambio de rumbo de la cúpula de UCD respecto de la Autonomía de Andalucía, y la voladura de ese mismo partido, en el que  militaba, en el Congreso de Palma de Mallorca, al que asistí.

¿Será de los primeros en vacunarse del Covid 19? 

Lo haré cuando me toque. Hay mucha gente con mayor riesgo delante de mí. Pero sí, lo haré, como me vacuné de la gripe y del neumococo, con resultados muy satisfactorios.

 ¿Qué papel cree que están jugando los medios de comunicación en la pandemia?

Colaboran de manera importante en la difusión de las recomendaciones a la población; destaparon errores y contradicciones de los responsables  políticos y de su entorno; dieron y siguen dando voz a quienes saben del virus; alentaron a quienes fueron y siguen siendo absolutamente imprescindibles en la pandemia; consolaron... A mi modo de ver, tienen que llenar muchas horas del día y la noche de información y han conseguido, también, llevar cierto hartazgo a la gente que, con ello, se deprime.  Algunos barrieron para casa y otros fueron fieles a la verdad, al respeto y a la moderación; y éstos recogieron el premio o, en todo caso, la consideración.

¿Y las redes sociales?

No las sigo, ni siquiera a través de los mensajes de amigos que se reenvían a través de los teléfonos móviles. Pero pienso que hubo y hay de todo: verdades, mentiras, chistes con gracia y sin ella. Ahí están, para bien o para mal.

¿Algo más, Jaime?

¡Que pase pronto esta situación!. Es mi deseo.

Jaime, que ha sido todo un lujazo esta charla que hemos mantenido, que me alegra un montonazo verte tan en plena forma y decirte que fue una auténtica pena te retirases tan pronto de la política, pues personas como tú daban prestigio y credibilidad. Y no olvidamos tu afición al deporte.