Joaquín Cabanillas: “Espero que esta situación nos enseñe a apreciar lo normal como algo extraordinario”

En 2006, recibió la Mención Especial en los Premios Andalucía a sobre Migraciones, que otorga la Junta de Andalucía, por su reportaje Multiculturalidad: análisis de la nueva  sociedad lepera, publicado en Lepe Urbana. En 2007, junto al resto del equipo de Lepe Urbana (Eloy Morais, Paco Cordero y José Luis Paleán), ganó el Premio Huelva Joven ïdel Instituto Andaluz de la Juventud en la categoría de medios de comunicación.

Su primer libro fue "Mientras creíamos", del que fue coautor, con Paco Cordero y Eloy Morais, en el año 2003. Su primera obra literaria en solitario, Haciendo amigos (Editorial Niebla), se publicó en octubre de 2015, y en 2016 formó parte de la antología Lazos Unidos. Libro solidario de igualdad de género (Editorial Niebla, coordinado por Nieves Trijueque) con el poema "No dan igual las palabras".

Con "Allí donde queda vida". 20 años de héroes en el epicentro de las catástrofes (Pábilo Editorial, 2017), lanzó su primera obra de narrativa, intercalando realidad y ficción para inmortalizar las dos primeras décadas de existencia de la Unidad Canina de Rescate de los Bomberos del Ayuntamiento de Huelva.

Coordinador y uno de los treinta autores de la experiencia pionera en la literatura  universal realizada con 7: "La odisea de los títeres", novela publicada por Pábilo Editorial en diciembre de 2019. También coordinador y uno de los autores de Confinaletra. 2020: cuando el coronavirus secuestró la primavera con el relato "Lo normal".

Como han podido comprobar nuestro invitado de hoy es de lo más polifacético, amante de la cultura, emprendedor, con iniciativas, creativo, buen compañero, y con gran capacidad de trabajo, entre otras muchas virtudes.

Al proponerle esta entrevista, no lo duda y acepta, por lo que comenzamos con la misma con la siguiente pregunta:

- Considero que es algo que si nos lo hubieran contado hace unos años que iba a pasar,  nadie le hubiéramos dado crédito. Es como una peli de ciencia ficción, fantasmagórica y surrealista en muchos aspectos. Es algo que, como otras cosas en la vida, no vimos o no  quisimos ver venir y cuando nos hemos dado cuenta nos ha pillado bien pillado.

-  Intenté mantener una rutina lo más plácida posible. Trabajaba por las mañanas desde casa y por las tardes, pelis, series, lectura, juegos de mesa y otras cosas que no te voy a contar porque esto lo pueden leer niños. Pasé el confinamiento con Zahira, mi novia, compañera, amiga y mejor apoyo, y en días concretos con mi hijo Hugo. Ah, y con nuestro perro Choco. Los jueves y los sábados cogimos la costumbre con el grupo de amigos de conectarnos por Skype y vernos y echar ratos divertidos a través de las pantallas. Fue una forma de echarnos menos de menos. Dentro de lo que cabe conseguimos un día a día más o menos divertido, con días mejores y días peores, pero celebrando la suerte de tener la nevera llena, internet, suficientes medios de ocio y todo nuestro entorno de amistades y familiares sano.

-  Tengo la esperanza de que todo, más o menos, volverá a ser como antes. Cada uno con nuestras miserias y nuestras virtudes, con nuestras alegrías y preocupaciones. Espero que esta situación nos enseñe a apreciar lo normal como algo extraordinario, a dar a las cosas importancia en su justa medida, a considerar como problema lo que verdaderamente sea un problema, a relativizar mucho más el día a día y sus circunstancias. Respecto al mundo de la comunicación, creo que hemos entrado en una pandemia crónica en la que la mentira muchas veces repetida se acaba convirtiendo en verdad. Espero, aunque lo veo una tarea dificilísima, que los verdaderos profesionales de la comunicación sepan imponerse al tsunami del mal de las redes sociales.

- No lo definiría como miedo. Más bien he sentido (y siento) mucha incertidumbre, momentos de hastío y cierta ansiedad. Me pasa siempre que no tengo el control de lo que ocurre a mi alrededor y en esta situación, evidentemente, a nivel global no lo tenía.

- En Pábilo Editorial estamos con un rendimiento bastante óptimo después de los meses de penurias que hemos pasado. Tenemos multitud de proyectos editoriales entre manos. Quizá el más ilusionante es ‘Recreando. Historia ilustrada del Decano’, un proyecto que nos confió el Recreativo de Huelva y que pusimos en manos de la escritora e ilustradora onubense Desirée Acevedo, quien ha logrado crear una joya albiazul que estará a disposición del público a partir del 3 de diciembre. Por otro lado, hemos puesto en marcha https://elrecreodiario.es/, una web de contenido escolar, educativo y cultural en la que estamos poniendo muchísima energía e ilusión para convertirnos a medio-largo plazo en referencia de la información de estos sectores claves para una sociedad sana y moderna.

- La normalidad. Poder ver a mi familia cuando me apeteciera, quedar con mis amigos para cervecear sin restricciones, poder ver a mi hijo todos los días, salir a la calle y que me activara con el bullicio de la gente en las calles, jugar al tenis, que es una de mis grandes pasiones… Muchas cosas. Al fin y al cabo, la normalidad.

- No soy quien para eso, pero sí tengo la opinión de que Huelva tiene aspectos fantásticos, principalmente en su Costa y en su Sierra, para atraer diversidad y riqueza. A nivel general creo que en la capital habría que salir del conformismo y reinventar un poco (mucho) su modelo productivo, descontaminarlo. Faltan gestores con carisma y potencia y sobran tópicos, golpes de pecho y chovinismo. Pero, insisto, no soy quien para “vender” Huelva. Zapatero a tus zapatos…

-  Como te he comentado antes, después de meses de un parón que nos ha dejado temblando, ahora estamos retomando el ritmo con mucha ilusión y estamos trabajando a un buen nivel. Este último trimestre del año lo vamos a cerrar con once nuevas publicaciones, lo que, modestia aparte, para una editorial pequeña-mediana como la nuestra es toda una gesta.

- El próximo, que sale a finales de noviembre, es ‘La ley del cobre’, del escritor de la Cuenca Minera Julián Granado. Como te he comentado antes, a principios de diciembre ponemos en el mercado ‘Recreando. Historia ilustrada del Decano’. También para principios de diciembre sacamos ‘COVID-19: Diario de un hiperinmune confinado’, en el que mi hermano, el gran periodista Fermín Cabanillas, prologado por el doctor Jesús Sánchez Martos, cuenta su experiencia como hiperinmune al coronavirus y se explica la vital importancia que tiene donar plasma, no solo para salvar vidas de enfermos de covid, sino también para el tratamiento de otras muchas enfermedades. Y cerraremos año con 'La clave del príncipe Sol’, un bellísimo álbum ilustrado del maestro onubense Juan González Caballero, nominado a mejor docente de España. Aparte, ya estamos trabajando en otros títulos que queremos poner en el mercado en el primer trimestre de 2021.

- Después de unos años de lo que podemos llamar ‘boom literario’ en nuestra provincia, parece que la cosa se ha ralentizado un poco, lo cual me parece positivo porque no siempre cantidad es sinónimo de calidad. En Huelva hay mucha afición a la escritura, y algunos con un gran talento. Como en todos los sectores, los hay mejores y los hay peores. Sin querer quitar mérito a ningún otro escritor, sí que me gustaría destacar al que considero uno de los mejores de la actualidad, el ayamontino Jesús González Francisco, autor de ‘Nueve muertes absurdas y otros cuentos’ y de ‘El amor no era para tanto’. Es un autor por el que merece la pena ser editor. Nosotros seguimos trabajando para poner en el mercado obras de calidad, pero de un tiempo a esta parte no estamos solo centrados en autores de Huelva, sino que hemos abierto el abanico a escritores de todo el territorio nacional.

- Esencial. Sin la prensa todo hubiera sido aún más complicado si cabe. La labor informativa de la prensa seria ha sido y está siendo fundamental para ser conscientes de la magnitud de esta tragedia, para saber cómo prevenirnos, para situarnos en el escenario de esta época tristemente histórica. Muchos compañeros, con situaciones laborales que rozan lo indigno, lo están dando todo para mantener a la población informada, lo cual es imprescindible para salir más pronto que tarde de esta rareza y tristeza colectiva.

- Un peligro. El uso que de ellas ha hecho mucha gente ha sido esperpéntico, vomitivo en muchos casos. También es verdad que otros muchos las han usado de una manera más honesta y didáctica, pero en esta vida aunque los buenos seamos más, los malos hacen más ruido. Desconectar de las redes sociales o, más bien, ir cribando lo que me llegaba y hacer limpieza para mí ha sido una gran terapia para mantener la cordura.

- La crispación política que al final se ha convertido en crispación social. El uso que la ultraderecha ha hecho de esta tragedia, el no haber estado unidos como sociedad en una situación que lo merecía. Me ha molestado, o más bien asqueado, el discurso de algunos políticos, el afán por sacar rédito de la desgracia ajena, la politización del dolor, el vómito de mentiras sin escrúpulos, la ignorancia de gente que ha compartido mierda sin molestarse ni tan siquiera en contrastar la veracidad de lo que compartían. En fin, era de esperar que en una situación tan límite como esta saliera lo mejor y lo peor de cada uno.  Al menos me quedo con que los malos se han retratado aún más y supongo que mucha gente se habrá dado cuenta de eso para denostarlos.

- No me importaría. Confío ciegamente en la Ciencia y en la investigación.

- No lo sé.

Joaquín, que me ha resultado muy interesante la charla que he compartido contigo, y no descarto la posibilidad de publicar en un libro las 366 entrevistas que intento realizar en tiempo de pandemia, por lo que tendremos que sentarnos y hablar.