jueves. 25.04.2024
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Campofrío estudia y pone en valor su patrimonio

El historiador Omar Romero investiga las pinturas aparecidas en la Iglesia de San Miguel Arcángel
Campofrío estudia y pone en valor su patrimonio

La comarca serrana presenta un buen número de casos en que la restauración de un templo religioso ha conllevado el descubrimiento de pinturas murales ocultas tras la pintura. Durante las epidemias del siglo XIX, se encalaron las paredes de muchas iglesias, tapando el estado original de sus paredes. Casos como la ermita de San Mamés en Aroche o la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios en Cortelazor, son ejemplos de hallazgos que muestran un patrimonio oculto.

La aparición de unas pinturas murales durante la restauración de la Iglesia San Miguel Arcángel de Campofrío ha conllevado que el Ayuntamiento de la localidad haya querido dar un paso más para poner en valor este importante descubrimiento relativo al patrimonio cultural del municipio. A tal fin, ha encargado al historiador y arqueólogo Omar Romero de la Osa Fernández una serie de tareas que pretenden profundizar en el conocimiento del pasado de la localidad.

El trabajo principal está consistiendo en la traducción del Libro de Cofradías de Santiago Apóstol, una obra que indaga en los orígenes del municipio campofrieño y en su devoción hacia su patrón. La actividad ha sido dada a conocer por Tinto Noticias a través de una entrevista con el investigador aracenense.

Romero de la Osa es licenciado en Historia y doctor en Arqueología por la Universidad de Sevilla, y cuenta ya con una interesante trayectoria de publicaciones en congresos y jornadas, además de otros trabajos de campo en campañas arqueológicas como la del Recinto Fortificado de Aracena desde 2007, así como en la dirección de intervenciones en la Parroquia de San Martín de Almonaster, Villanueva de los Castillejos, Sotiel Coronada, entre otras. Además, ha colaborado en proyectos arqueológicos en las Minas de Aljustrel (Portugal), proyectos de documentación e intervención en patrimonio construido en el Muelle de Tharsis del Puerto de Huelva o en el estudio paramental y de diagnóstico de la escalera de acceso al Jardín del Cupreso, en el Palacio del Generalife, junto a la arquitecta María Carretero para el Patronato de la Alhambra y el Generalife. Su primer libro, ‘Arquitectura religiosa en el espacio rural del Reino de Sevilla. Análisis edilicio, constructivo y estructural en la Sierra de Aracena durante los siglos XIII–XV’, ha sido publicado en la editorial internacional especializada en arqueología BAR Publishing.

El estudio que está realizando consiste en profundizar en la Cofradía de Santiago y en las fiestas en torno al toro, como vector para conocer mejor la historia de Campofrío. Según afirma, “la construcción de la parroquia va ligada al patrón Santiago. De hecho, la Cofradía de Santiago tuvo mucho que ver en su financiación. La festividad de Santiago remite a las mentalidades y la organización social de Campofrío durante la Edad Moderna, pues, a la celebración religiosa y devocional, se unía la fiesta en torno al toro que reunía a los ganaderos de los alrededores en el Coso de Santiago”.

La investigación se centra en estos momentos en el primer libro de cuentas de la cofradía, un documento de archivo en formato libro y cubiertas de pergamino donde se contiene la vida de la entidad desde 1634 hasta 1745. Muestran sus primeras reglas de 1634 y los acuerdos de 1740 referente a la organización de los hermanos y de la actividad ganadera a la que iba asociada la cofradía. También recoge las cuentas de sus diferentes mayordomos y la lista de hermanos, datos fundamentales para elaborar el análisis histórico de la cofradía. El proyecto, por tanto, abarca la transcripción y edición del documento, así como de su posterior estudio histórico.

El historiador está entusiasmado por el hallazgo que se ha realizado en la iglesia durante las obras de restauración del templo, que, además, vivió en primera persona. Lo cuenta recordando cuando “en el transcurso de uno de mis trabajos en el patrimonio construido de la Sierra de Aracena, tuve la oportunidad de conocer las obras de adecentamiento de la Parroquia de San Miguel acompañado de Inmaculada López Carrión, teniente de alcalde del Ayuntamiento. Cuando los trabajadores se disponían al decapado de la pintura en mal estado de las capillas laterales del lado de la Epístola se abrió paso la pintura original. Se trata de la pintura mural que revestía al templo simulando elementos arquitectónicos. Estuvimos en el momento y el lugar justo”.

Tras este momento, en días posteriores elaboró junto al director del Museo de Riotinto, Aquilino Delgado Domínguez, un informe técnico donde se especificaba de forma primaria las características de las pinturas murales. Los restos que dan más pistas del tipo de pintura mural son los hallados en la cuarta capilla. Se trata de elementos tipo decorativos sencillos de líneas oscuras formando un rectángulo que sirve a modo de marco, se juega con el grosor de la línea para dar mayor profundidad. En la parte inferior se observa una decoración de roleos de color azul y motivos vegetales, apareciendo diversos colores. En el pilar derecho de la cuarta capilla existe además una serie de letras sobre fondo azul todavía ilegibles hasta su decapado total de la superficie.

Romero de la Osa piensa que “las pinturas murales de San Miguel Arcángel de Campofrío suponen una manifestación del diseño del edificio, de cómo se quiso mostrar el edificio a todos. Como tal, debemos considerarla como parte indisociable del edificio y caracterizarla como bien inmueble”.

Para Campofrío, esta investigación tiene gran relevancia, ya que “la restauración de las pinturas y la investigación histórica asociada persigue un doble proceso de recuperación de unas pinturas que son parte del diseño del edificio y del contexto histórico de las mismas que remiten a la iglesia como sociedad”. De esta forma, la recuperación de las pinturas de San Miguel aumentará el acervo cultural constructivo y artístico de un periodo aún desconocido en muchos aspectos.

El historiador de Aracena conoce bien el patrimonio de Campofrío, ya que en sus estudios sobre las ermitas tuvo la oportunidad de caracterizar la ermita de la Santísima Trinidad de las Ventas de Arriba. En su opinión, la localidad muestra gran atractivo patrimonial, entre otras cosas, por el origen de la parroquia y por la presencia en sus inmediaciones de otras iglesias, como la de Nuestra Señora de la Granada en las inmediaciones del Odiel.