jueves. 25.04.2024
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Fertiberia afronta en pérdidas el plan de restauración de los fosfoyesos

La compañía de fertilizantes presentó en 2018 un resultado neto negativo de 17,4 millones de euros. Con estas cuentas debe afrontar el aval de 66 millones exigido como garantía para iniciar el plan de restauración medioambiental de los fosfoyesos.
Fertiberia afronta en pérdidas el plan de restauración de los fosfoyesos

El Grupo Villar Mir, aun propietario de Fertiberia hasta que se complete su venta al fondo Triton, tiene importantes problemas financieros. Y 2018, el último balance conocido del imperio OHL, ha sido el peor en mucho tiempo. En total perdió 1.335 millones. De todas sus firmas participadas, solo Ferroglobe tuvo beneficios (18 millones).

Según consta en las cuentas del Grupo Villar Mir, Fertiberia perdió 17,4 millones de euros y según la misma fuente soporta una deuda acumulada de 155,8 millones de euros. Con estas ‘armas’ debe afrontar su responsabilidad medioambiental en el asunto de los vertidos de fosfoyesos a la ría de Huelva.

Fertiberia ha publicado que su último EBITDA fue de 10,8 millones de euros, frente a los 16,2 millones de euros alcanzados en el ejercicio 2017. El resultado de explotación (EBIT) ha sido de -6,2 millones de euros, frente a los -0,3 millones de euros del ejercicio 2017. Y el resultado neto del ejercicio 2018 supuso una pérdida de 17,4 millones de euros, que incluye elementos extraordinarios como un ajuste negativo de 5 millones de euros por la variación en el valor de las acciones de la sociedad cotizada OHL que Fertiberia mantiene en su balance.

El endeudamiento bancario neto total de la Sociedad (descontando tesorería e IFTs) asciende a 155,83 millones de euros.

De hecho en su conclusión final Fertiberia propone “aplicar las pérdidas del ejercicio por importe de 17.408.487,50 euros a Resultados Negativos de Ejercicios Anteriores”.

En la fábrica de Huelva reconoce problemas. “2018 ha sido un ejercicio complicado, en el que la producción de fertilizantes complejos disminuyó un 17% como consecuencia de problemas operacionales y por un volumen de ventas inferior al previsto”.

Caso contrario es el de su factoría de Palos: “2018 ha sido un año de estabilidad operacional en la fábrica palerma. La producción de amoniaco creció un 20,5%, mientras que el consumo de gas natural por cada tonelada de amoniaco producida, y por ende la emisión de CO2 asociada, disminuyó un 4,1%. Y explica que “las importantes inversiones llevadas a cabo en eficiencia energética en los ejercicios anteriores, permitieron alcanzar el menor consumo histórico de gas natural y la menor emisión de CO2 por tonelada producida durante un período de carga máxima".

Con estos mimbres financieros Fertiberia afronta el Plan de Restauración de los Fosfoyesos de Huelva que le obliga a cargar en su balance nada menos que otros 66 millones de euros de costes vía provisiones dinerarias o en especie y esto solo en fianza. Porque lo que se calcula cuesta devolver las marismas del Tinto a su origen o cuando menos a un estado compatible con el medio ambiente y la salud de las personas que habitan en la Ría de Huelva es muchos más. La Junta calculó que la retirada total de los fosfoyesos de la marisma costaría 2.500 millones de euros.

Y con estos números sobre la mesa no es de extrañar que Fertiberia no haya sido capaz de reunir aún los 66 millones de euros del aval que necesita para dar cumplimiento al último auto de la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional. Y el tiempo se le acaba. Porque la Audiencia le ha dado un mes para hacerlo efectivo y ese plazo acaba a primeros de diciembre de este año.

El flotador que Triton le ha lanzado a Fertiberia es ponerle un valor de 200 millones de euros, una cantidad que deberá casarse con el aval de 66 millones impuesto por los tribunales.

Las pérdidas y la deuda de la compañía están detrás de su falta de efectivo para hacer frente al aval. Por eso Fertiberia quería garantizar esa suma aportando de prenda sus instalaciones manchegas. Pero tampoco le ha salido bien esta jugada.

Porque en el auto del pasado 30 de octubre, la Sala considera que procede la íntegra desestimación de las pretensiones de Fertiberia pues el importe de la garantía "ha de ser, sin paliativos ni demoras, la de 65,9 millones de euros". Y la Sala considera "la notoria inadecuación e insuficiencia, como tal medio de garantía, de la hipoteca unilateral a constituir sobre el complejo industrial fabril de Puertollano", que era el ofrecimiento por parte de la empresa.

Aunque el fallo indica a Fertiberia que en caso de no constituirse esa garantía en los términos y plazos señalados, la sala adoptará las pertinentes medidas coercitivas. Y subsidiariamente añade que "solo de acreditarse suficiente y de forma fehaciente la imposibilidad de constituir total o parcialmente una garantía de esa naturaleza, se admitirá la constitución de garantía hipotecaria sobre los muebles o inmuebles titularidad de la empresa".

Como se ve, la cuestión medioambiental generada por Fertiberia en Huelva durante décadas se ha convertido hoy en su principal rémora para la viabilidad de la empresa.

De hecho en su auditoría de cuentas lo incluye en un apartado específico de provisiones a largo plazo aunque sin cuantificar, lo que añade incertidumbre a su futuro.

Porque no hay que olvidar que disponer de una garantía es una obligación de la ley de Costas que se impone a los titulares de las concesiones extinguidas cuyas instalaciones se deben retirar, para evitar que un eventual riesgo medioambiental sobre el dominio público quede sin cobertura.

Fertiberia se esfuerza en normalizar su situación y garantiza que el proceso de cambios en el accionariado en el que la empresa está inmersa, no afectará a los trabajos de restauración de las zonas ocupadas por las balsas de fosfoyesos. Y se ha comprometido a presentar el proyecto de recuperación tras las elecciones generales del pasado 10 de noviembre.