miércoles. 24.04.2024
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Opinión

Todos vimos el humo

Hay llamas que nunca se apagan y que se alimentan de un combustible que difícilmente se regenera: la esperanza.

Y son las mismas llamas que devoraron Notre Dame hace unos meses, las mismas que están arrasando Gran Canaria y las que se ceban con la Amazonia desde hace más de dos semanas.

Y aquellas llamas, terminarán extinguiéndose, como cualquier otra llama.

Sin embargo, quedarán cenizas en lo más hondo de nuestras tripas, incómodos rescoldos que nos convertirán en seres miserables. Porque hace mucho que algún incendio consumió la poca humanidad que quedaba en cada uno de nosotros...(todos vimos el humo).