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Una nueva generación de jóvenes recoge el testigo de las protestas contra los fosfoyesos

Un numeroso grupo de jóvenes protagoniza en la Plaza del Punto una inusual protesta cívica contra los vertidos de fosfoyesos.
Una nueva generación de jóvenes recoge el testigo de las protestas contra los fosfoyesos

Huelva. Sábado 29 de junio de 2019. Siete y media de la tarde. Plaza del Punto. El éxodo a las playas ha comenzado y las siete de la tarde, en plena canícula, no parece una hora propicia para convocar una protesta contra los fosfoyesos que desde hace 50 años ocupan y contaminan las aguas de la Ría de Huelva. Con casi todos los elementos en contra una nueva generación de jóvenes, estudiantes y muchos niños acaban de coger el testigo de la protesta cívica y ciudadana contra uno de los problemas que más daño nacional e internacional causan a la imagen de Huelva: los vertidos de los fosfoyesos y las enormes montañas de residuos químicos que desde el Google Maps son visibles desde todos los rincones del mundo. Mala cosa.

Eso acaba de pasar en Huelva. Como si de una carrera de relevos se tratara un numeroso grupo juvenil ha acaparado los focos de la protesta, convocada por las organizaciones Greenpeace, Fridays For Future Huelva, Extinction Rebellion Huelva y voluntarios verdes. Y en segundo plano organizaciones y partidos como Mesa de la Ría de Huelva e Izquierda Unida, que acudieron a la protesta incluso con sus portavoces municipales, Rafael Gavilán y Mónica Rossi respectivamente.

Pero el peso y el protagonismo de la Performance fue, sobre todo, juvenil. Armados con pinturas, máscaras antigas y megáfonos el colectivo animó la protesta y clamó contra esas 1.200 hectáreas de fosfoyesos que ocupan las marismas del Tinto. Y también contra los males que se le atribuyen. Y de paso metieron el dedo en la última llaga: la denuncia del vertido a la ría de Huelva por parte de la empresa Fertiberia de cuatro millones de metros cúbicos de aguas tóxicas, el equivalente a 1.600 piscinas olímpicas, que la empresa niega.

En una nota, las organizaciones recordaron que la marisma de Huelva alberga 120 millones de toneladas de fosfoyesos mezclados con otros residuos industriales y radiactivos.

Nueve años después de que Fertiberia cesara en sus vertidos de fosfoyesos, "fruto de la presión social y de los grupos ecologistas", creen que "la situación está lejos de haber mejorado", según han indicado los convocantes de esta protesta, ya que la empresa química "no se ha hecho cargo de la limpieza de la zona", más allá de presentar al Gobierno un plan que consiste "en cubrir con escasos centímetros de tierra los citados residuos". Dicho plan "está aún pendiente" de ser aprobado por el Gobierno central.

Según los convocantes, Fertiberia es una empresa con "un largo historial delictivo contra el medioambiente y la salud de las personas". "Ha sido condenada por la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo por delitos contra los recursos naturales y el medioambiente, y por no cumplir el contrato de la concesión para verter fosfoyesos, lo que ha supuesto una acumulación de más de 120 millones de toneladas de residuos tóxicos y radiactivos en las marismas del Tinto", han señalado los grupos ecologistas.

La "catástrofe medioambiental" que vive Huelva, debido a los vertidos de residuos químicos a la ría por parte de empresas como Fertiberia, es "sorprendentemente muy desconocida en España", han recalcado desde Greenpeace, que ha lamentado que esto ocurra "a pesar de que el Parlamento Europeo reconociese que Huelva era el caso de contaminación industrial más grave de Europa".

Todo ello lo han unido a que "la ciudad se sitúe en primer puesto en el ránking de lugares de España con mayor mortalidad por cáncer o por tener dos de los seis emplazamientos contaminados radiactivamente que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha admitido oficialmente", y aún así se habla "poco de la grave situación a la que está expuesta la población onubense", han señalado las mismas fuentes. Y todo esto, "con la total permisividad de la Junta de Andalucía y del Gobierno de España".

Esta situación es "el resultado directo de la anteposición de los intereses políticos y económicos de empresas a los de la ciudadanía" han aseverado. 

Greenpeace exige al Ministerio de Transición Ecológica que "no autorice el plan de la empresa de meter debajo de la alfombra la basura"; esto es, "tapar con unos centímetros de tierra los fosfoyesos y salir corriendo, algo totalmente inadmisible y que ningún Gobierno permitiría".