jueves. 28.03.2024
El tiempo
Opinión

El silencio de la Universidad Loyola de Andalucía

Si alguien piensa en llevar a su hijo/a a esta “Universidad” y duda si el esfuerzo para ello merece la pena, que desista de su intento. Mejor opte por la Universidad Pública; no cometan el mismo error que nosotros.
El silencio de la Universidad Loyola de Andalucía

Por Octavio de Aranda

Mi hija es estudiante de Psicología en la Universidad Loyola de Andalucía, en Sevilla. Llevamos más de tres meses esperando respuesta a una reclamación, contra una calificación arbitraria, ante el Ilustrísimo Sr Rector de la citada Universidad. De ella pende la finalización del Grado. Y hasta el momento no ha habido ninguna respuesta por su parte, posiblemente amparado en el carácter privado de la Universidad, en la creencia de que ello "relaja" las garantías, los controles y los filtros de las Universidades PÚBLICAS. Les duele el silencio administrativo que la Junta llevó a cabo en sus comienzos, y no les duele el que ellos están protagonizando con una alumna sin apellidos rimbombantes o de rancio abolengo sevillano, hija de padres trabajadores que con gran esfuerzo están pagando la "exquisita" educación que prestan en una “Universidad” que no les hace ni puñetero caso, saltándose cualquier atisbo de legalidad.

El Sr Rector habla de valores eternos de su Universidad, pero no los aplica: Compasión o sentimiento de tristeza que produce el ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar su dolor o sufrimiento, a remediarlo o a evitarlo; nuestra hija lleva sufriendo al ver que su reclamación no es ni siquiera atendida.  Competencia o capacidad para desarrollar algo; tampoco ha sido aplicada al no poner en práctica la más mínima empatía. Compromiso u obligación contraída con el otro, acuerdo formal al que llegan dos o más partes tras hacer ciertas concesiones negociadas cada una de ellas;  ningún cumplimiento de la responsabilidad adquirida. Por el contrario, el silencio más insultante.

Basta de palabra huecas. Si alguien piensa en llevar a su hijo/a a esta “Universidad” y duda si el esfuerzo para ello merece la pena, que desista de su intento. Si presta atención a este comentario, no lo haga. Mejor opte por la Universidad Pública; no cometan el mismo error que nosotros. Así su hijo podrá exigir las garantías y derechos que como estudiante lo asisten, y defenderlos a ultranza, incluso ante los Tribunales de Justicia. Alejen a su vástago de engreimientos y decisiones salomónicas injustas. Salvo que sean grandes donantes, claro. Gracias