Plan estratégico del castañar
Para mejorar las condiciones socioeconómicas de una comarca rural como la nuestra, que tiene gran parte de su superficie ocupada por terrenos forestales, es necesario que su diversificación económica se convierta en objetivo principal de todas las administraciones, con medidas de integración en las que se tenga en cuenta la contribución de la enorme masa forestal existente, asegurando y conservando nuestro entorno natural dentro de un desarrollo sostenible.
El castaño nos ha acompañado históricamente en Andalucía, con más de 13.000 hectáreas en la actualidad, ubicadas en su mayoría en Huelva y Málaga, lo que hace que seamos la cuarta región productora de España. En los núcleos principales de los Valles del Genal y la Serranía de Ronda, y del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, el castaño y las castañas, han sido una fuente de generación de riqueza local, jugando, además, un importante papel medioambiental, económico y social en dichas comarcas, con industrias de transformación y empleo generado por el manejo de los castaños y el apaño de su fruto.
El sector atraviesa actualmente en Andalucía un momento delicado, con plagas que merman severamente su producción, la desafección por este recurso de propietarios más vinculados al turismo rural y el envejecimiento del arbolado, que origina una bajada importante de la producción, que afecta a la industria de manera importante, por lo que podemos concluir que el sector necesita, como agua de mayo, medidas de apoyo que lo impulsen.
Por esos motivos, los responsables de la anterior Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, quisieron potenciar el castañar andaluz de modo que aumentaran y mejoraran los servicios ecosistémicos que ofrece a los municipios rurales que cuentan en su ámbito geográfico con este recurso socioeconómico. Se empezó a construir una estrategia, conjuntamente con el sector, para mejorar la repercusión social, ambiental y económica de los castaños, uniendo a los propietarios, a las industria y a los territorios, para aprovechar las oportunidades que se presentan en mercados como el francés o el italiano, apostando por la calidad, el cultivo ecológico y la comercialización de productos elaborados, potenciando también el castañar como recurso turístico, acompañada por otros recursos típicos de nuestras sierras como las setas o los derivados del cerdo ibérico.
Con esos objetivos empezó a diseñarse el Plan Estratégico del Castañar Andaluz, planteando acciones para llevarlas a cabo con la participación de todos los agentes implicados, buscando lograr un aumento del rendimiento económico de la castaña y la perdurabilidad del castaño como elemento natural, social y paisajístico definitorios de las comarcas donde se desarrolla, y con ello conseguir una estructura productiva adecuada, explotaciones sanas y recuperadas y alcanzar una sociedad rural participativa e implicada.
El Plan incluía una serie de acciones encaminadas a mejorar el estado actual en el que se encuentran las masas de castaños en Andalucía, dinamizando el sector, teniendo en cuenta sus opiniones para elaborar un documento completo y una redacción del mismo transparente, abierta y muy participativa. Para su implementación, mucha de las medidas que incluye, obtenían financiación a través de fondos europeos y de otras administraciones. El Plan no era sólo de Medio Ambiente, ya que muchas de sus acciones implicaban a otras Consejerías, administraciones y entidades, y a todo el sector, para conseguir, en definitiva, mejoras, no sólo en la producción, sino también en la industria y en el mercado.
Pues bien toda la ilusión y esperanza con la que el sector acogió esta iniciativa se ha venido abajo a estas alturas, dado que, en la actualidad, y tras cuatro meses desde que se conformó el nuevo Gobierno de Andalucía, este Plan Estratégico está paralizado y durmiendo el sueño de los justos en la actual Consejería de Ganadería, Agricultura, Pesca y Desarrollo Sostenible que tan sólo tiene que aprobar la asistencia técnica que actualice el documento para su posterior aprobación.
Todo el esfuerzo y trabajo realizado para mejorar este sector, fundamental en el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, se puede ir al traste si los responsables de la Consejería, con su Consejera al frente, Carmen Crespo, no terminan de impulsarlo para que más pronto que tarde sea una realidad en nuestra tierra.