viernes. 29.03.2024
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La ‘tala’ protege y mejora el arbolado serrano

Expertos como Manuel Valle explican estas labores agrícolas fundamentales para el mantenimiento del castañar y la mejora de las cosechas.
La ‘tala’ protege y mejora el arbolado serrano

Durante estos meses se desarrolla en la comarca de la Sierra la tarea agrícola de la ‘tala’ de castaños. Se trata de una labor prioritaria para la conservación de los bosques centenarios que pueblan alrededor de 5.000 hectáreas del parque natural serrano. El período que suele abarcar se extiende desde los meses de enero a marzo y el objetivo es el saneamiento de los árboles para que en la campaña otoñal se puedan obtener mejores frutos y cosechas.

No son muchos los agricultores expertos que se dedican a estas labores. Cada vez quedan menos ‘talaores’ que sepan ejecutar el delicado trabajo que exige conocimiento y precisión en la decisión y en el corte.

Para el cosechero, supone una fase previa indispensable si se quiere tener buenos frutos y si se pretende evitar la ruina de la explotación. Sin la ‘tala’ y futuras tareas de limpieza y mejora de la finca, el castañar aceleraría su decadencia.

Estos castañeros deben invertir una buena parte de los ingresos obtenidos el año anterior para estos trabajos silvícolas. Aunque muchos lo ven como una inversión, para otros resulta difícil de abordar con los escasos recursos con los que cuentan, por lo que la situación se torna cada año más difícil.

Ha de advertirse que en la Sierra, el término 'talar' adquiere un significado peculiar. No significa abatir el árbol por pie, sino que viene a representar una poda controlada que lleva siglos convirtiéndose en una labor prioritaria.

Con ella, los árboles se regeneran y conservan las características que posteriormente les permitirán seguir reforzando estos espacios naturales. Se trata también de una forma de remediar el envejecimiento del arbolado, ya que, con estos trabajos, el castaño crecerá con más fuerza y las mejores ramas concentrarán mayor número de frutos.

La jornada laboral se desarrolla en unas condiciones duras y peligrosas. El frío y el hielo provocan riesgos de accidente que se suman a la altura de algunas ramas que hay que podar. Todo ello refuerza la valía de estas tareas titánicas.

Manuel Valle, 'El Cano', es uno de los ‘talaores’ más afamados de la comarca, y lleva prácticamente toda su vida dedicado a este y otros oficios propios del campo. Lo aprendió de su padre y familiares y ya dirige un equipo que ‘tala’ muchos castaños en cada temporada. Por su experiencia podemos saber las dificultades de este trabajo, “que no entiende de días de fiesta ni de climatología”. Además, como tantos otros trabajos en el campo, “te contratan para talar si la cosecha del año ha sido buena, si no, no se pueden afrontar los gastos de conservación de las fincas”. En años malos, todas las tareas de mantenimiento se resienten y se pierden numerosos jornales por falta de ingresos de los propietarios. La consecuencia es que las fincas no están limpias o en condiciones de producir mejor para el año que viene, con lo que el problema se agudiza.

‘El Cano’ no sólo trabaja en parcelas ajenas, sino que atiende y mima con esmero las que posee o alquila, con lo que garantiza así un producto de calidad que posteriormente exporta a través de intermediarios o vende en su propia tienda. En ‘La Despensa del Cano’, que así se llama el establecimiento, informa a los clientes sobre la forma en que cultiva las castañas y en que realiza estas tareas de tala, entre otras.

Con ‘talaores’ como Manuel Valle, que ya está enseñando a su hijo Pablo en estas labores, estas prácticas ancestrales se siguen manteniendo en la comarca serrana como garantía de mantenimiento ambiental del espacio y de la producción agropecuaria del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.