miércoles. 24.04.2024
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El periplo viajero de un onubense que recorre el mundo en silla de ruedas

José Irala Vidal comenzó a viajar hace 26 años para concienciar de la necesidad de eliminar las barreras arquitectónicas. Desde entonces, a pesar de las vicisitudes y los escasos recursos, no ha parado.
El periplo viajero de un onubense que recorre el mundo en silla de ruedas

(Foto: Jorge Meis/ Diario de Ferrol)

Ha recorrido tres continentes, dado once vueltas a España, ha recibido dos puñaladas y un tiro, ha estado hospitalizado en numerosas ocasiones por caídas y enfermedades. La última, en El Ferrol por un ataque de epilepsia. Se llama José Irala Vidal, nació en Aroche, aunque vive en Huelva en el barrio de Isla Chica, y ha hecho todo este trayecto en silla de ruedas. Irala padece distrofia muscular desde pequeño, pero esto no ha sido un impedimento para que haya recorrido más de medio mundo.

José Irala lleva más de un cuarto de siglo haciendo lo que más le gusta: viajar. Comenzó haciéndolo para reivindicar la necesidad de terminar con las barreras arquitectónicas. Señala a diariodehuelva.es desde un hospital de El Ferrol que en estos 25 años la cosa ha cambiado mucho: "Hace unos años era impensable subir en autobús mediante una rampa; hay muchos más accesos para personas con discapacidad y los servicios están adaptados". Aunque asegura que queda mucho por hacer.

A pesar de no poder andar y de sus escasos recursos, cobra 350 euros de pensión, este onubense ha recorrido América, Europa y África. Para ello dice que alterna los albergues y centros de acogida con pensiones y hoteles, pero, sobre todo, es fundamental la ayuda de quienes va encontrando en el camino, que le ofrecen comida, ropa e incluso un lugar donde pasar la noche.

De España, alaba la generosidad de la gente del norte: "En Galicia y Asturias es donde más me han ayudado", subraya. En Barcelona sufrió un ataque en el que le quemaron el coche y, a partir de ahí, ha tenido que seguir su periplo viajero en su silla de ruedas eléctrica.

Con especial cariño recuerda también el trato recibido en África, el mejor lugar en el que dice haber estado "a pesar de los caminos de cabras". "La gente allí es muy buena y generosa; si tienen dos, te dan uno. Si sólo tienen un trozo de pollo te dan la mitad", asevera.

En medio de la conversación telefónica irrumpe su médico, quién le recomienda llevar en sus viajes un informe de sus patologías: además de la epilepsia, ha sufrido un pequeño infarto.

Las peores experiencias las ha vivido en Colombia, donde le asaltaron y recibió una puñalada en el cuello. También en Río de Janeiro, con otra puñada, y en Acapulco (México), donde le pagaron un tiro en una pierna. Sorprende la valentía de este hombre, a quién los malos ratos no le hacen cejar en su intención de conocer mundo. Asegura que no le da miedo y que va a seguir haciéndolo. Por lo pronto, de El Ferrol irá a Lugo y de allí a Madrid, poco tiempo porque la experiencia le ha enseñado que las grandes ciudades son peligrosas, antes de volver a Huelva y terminar así su último viaje de 14 meses por la geografía española.

No piensa estar mucho tiempo parado. En marzo tiene pensado iniciar su periplo por China, lo siguiente que se ha propuesto conocer junto a Japón, Corea y Nepal.