viernes. 29.03.2024
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Cortegana intentó en 2015 la expulsión de Montoya del pueblo por su historial sanguinario

La historia criminal de Bernardo Montoya está repleta de delitos de sangre y robos violentos. A pesar de todo estaba en la calle con 50 años de edad.
Cortegana intentó en 2015 la expulsión de Montoya del pueblo por su historial sanguinario

Vecinos de Cortegana, donde vivió Bernardo Montoya, que ha confesado este miércoles el crimen de la profesora zamorana Laura Luelmo cuyo cadáver apareció el pasado lunes a las afueras de El Campillo, pidieron en 2015 como consecuencia de su amplio historial delictivo, puesto que ese mismo año cometió dos robos a dos mujeres -una en su casa y otra en la calle, esta última de 85 años-, su expulsión de la localidad.

Según reza en la sentencia dictada en diciembre de 2015 por el Juzgado de lo Penal por estos hechos, a la que ha tenido acceso Europa Press, estos acontecimientos crearon "gran alarma social" en Cortegana lo que conllevó a los vecinos del pueblo a interesar la expulsión de Montoya ante el cuartel de la Guardia Civil y al propio Ayuntamiento mediante presentación de escritos, mensajes y whatssap.

Así, Bernardo Montoya llevaba dos meses en libertad tras salir de prisión el pasado mes de octubre una vez que cumplió una condena de dos años y diez meses por dos robos con violencia contra mujeres ocurridos en 2015.

De este modo, hay que recordar el largo historial de este hombre ya que por medio de una sentencia dictada el 5 de noviembre de 1997, la Audiencia Provincial de Huelva le condenó a 17 años y 7 meses de cárcel por asesinar a una anciana de 82 años el día 13 de diciembre de 1995 en la localidad de Cortegana.

Así, y tras el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular, la Sección Primera de la Audiencia Provincial lo condenó a 15 años de prisión y la prohibición de volver a Cortegana durante un periodo de cinco años por un delito de asesinato, a dos años y siete meses de cárcel y el pago de una multa de 2.700 euros por un delito de obstrucción a la justicia, y a la pena de dos meses de arresto mayor y 600 euros de multa por un delito de allanamiento de morada.

Asimismo, la Audiencia le condenó a indemnizar al hijo de la víctima con 72.000 euros en concepto de responsabilidad civil "por los perjuicios causados y derivados del fallecimiento de su madre".

La Audiencia consideró probado que los hechos tuvieron lugar sobre las 23,30 horas del día 13 de diciembre de 1995, cuando B.M., provisto de un machete "y con la finalidad de acabar con la vida" de la víctima, penetró en el domicilio de ésta "para impedir que pudiera declarar en su contra" en un juicio que se iba a celebrar contra el condenado por delitos de allanamiento de morada y lesiones causadas a la fallecida.

De este modo, el encausado entró en la vivienda de la víctima "a través del hueco de una de las ventanas de la casa, cuyo cristal abrió de un empujón", y, una vez en el dormitorio, "se agazapó detrás de la puerta de ha habitación" y, "de forma sorpresiva e inopinada y sin mediar palabra, acometió" a la mujer con el machete que portaba al entrar ella en dicha habitación. Así, y según recoge la sentencia, le asestó una puñalada en la región dorsal, cayendo la mujer al suelo, tras lo que el condenado "se abalanzó sobre ella y le propinó otras seis puñaladas en el cuello" que le causaron la muerte.

El encausado, que ingresó en prisión por estos hechos el 18 de diciembre de 1995, sufría una grave adicción a la heroína y a la cocaína desde hacía varios años y "en el momento de ocurrir los hechos tenía levemente afectada su voluntad", motivo por el que la Audiencia Provincial aplicó en el delito de asesinato una atenuante analógica.

Además, durante un permiso penitenciario por el que debía reingresar en prisión el día 23 de septiembre de 2009, el detenido se fugó, volviendo a entrar en la cárcel el día 8 de octubre de 2009 para terminar de cumplir la condena impuesta por la Audiencia Provincial de Huelva, lo que se produjo el día 23 de septiembre de 2013.

Así, en abril de 2008, una joven de 27 años fue atacada por Montoya cuando paseaba con su perro por un parque de El Campillo, a unos 30 kilómetros de Cortegana. La joven consiguió que no se consumara la agresión, en parte gracias a su perro de la raza pastor alemán, que recibió una puñalada de 15 centímetros.

Ante esto, según recoge una sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número 3 de Huelva el día 13 de mayo de 2010, éste fue condenado por conformidad de las partes a un año y seis meses de cárcel y tres años de prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la víctima por un delito de amenazas y al pago de una multa de 120 euros por una falta de daños, pena de prisión que terminó de cumplir el día 3 de marzo de 2015.

En esta sentencia, la juez consideró probado que los hechos se produjeron sobre las 21,00 horas del día 26 de abril de 2008, cuando, en un permiso concedido durante el cumplimiento de la condena impuesta por la Audiencia Provincial de Huelva, el acusado, "con el propósito de amedrentar" a una mujer que se encontraba paseando a su perro en un parque de El Campillo, "la sujetó por detrás colocándole un cuchillo en el cuello, y diciéndole 'como grites, te pincho'", todo ello "mientras trataba de arrastrarla a una zona de maleza".

La sentencia pone de manifiesto que el detenido, "al ver como el pastor alemán" propiedad de la víctima ladraba para defenderla, "intencionadamente, y con el claro propósito de menoscabar la integridad física del mismo, le clavó en su totalidad en la zona costal el cuchillo de cocina de 17 centímetros de hoja que llevaba, provocándole un menoscabo físico que precisó de la inmediata asistencia veterinaria".

Además, a través de una sentencia firme de fecha 23 de julio de 2013, el Juzgado de lo Penal número 5 de Cádiz lo condenó a seis meses de prisión por un delito de quebrantamiento.

Asimismo, por medio de una sentencia dictada el 22 de diciembre de 2015, el Juzgado de lo Penal lo condenó a dos años, diez meses y 15 días de cárcel y el pago de una multa de 180 euros por un delito de robo con violencia en grado de tentativa, un delito de robo con violencia y un delito leve de lesiones a dos mujeres. Asimismo, el Juzgado prohibió al encausado que se aproximara a menos de 200 metros de las dos víctimas y le condenó a indemnizar a una de ellas con 62,50 euros por los objetos sustraídos y en 76 euros por las lesiones sufridas.

En este último caso, el Juzgado de lo Penal consideró probado que los hechos tuvieron lugar sobre las 23,30 horas del 30 de mayo de 2015, cuando el acusado se encontró con una mujer en Cortegana y la siguió hasta una vivienda, donde, "aprovechando" que la mujer dejó la puerta abierta, "se adentró con el propósito de conseguir dinero, no lográndolo finalmente por la actuación" de la víctima, que descubrió a Montoya en una de las habitaciones de la casa, "llegando el acusado a agarrar a la víctima para evitar que se marchara de la casa, consiguiendo finalmente huir y pedir auxilio".

Sobre las 11,30 horas del día 31 de mayo de 2015, el acusado se cruzó con otra mujer de 85 años de edad en la misma localidad de Cortegana y, "con el propósito de apropiarse de lo ajeno, la sujetó por detrás, forcejeando con ella para sustraerle el bolso que llevaba, lo que provocó que la víctima sufriera un fuerte dolor en el hombro izquierdo, tirando del bolso y consiguiendo sustraerlo con el dinero y las llaves que contenía".

El Juzgado remarca en esta sentencia que, "como consecuencia de la actuación delictiva del acusado, se creó gran alarma social en la localidad de Cortegana" que llevó a los vecinos del pueblo a pedir su expulsión.

Montoya cumplió estas dos últimas condenas entre el 1 de junio de 2015 y el 22 de octubre de 2018, cuando salió en libertad. Dos meses después, el 18 de diciembre, fue detenido de nuevo por la Guardia Civil por ser el principal sospechoso de la muerte de Laura Luelmo, confesando finalmente este miércoles el crimen de la profesora zamorana.