viernes. 29.03.2024
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Madres del CEIP Juan Ramón Jiménez de Beas llevan fiambreras en protesta por la falta de personal de cocina

Denuncian que se está contratando un catering cuando lo único que necesitan es cubrir la baja de un auxiliar de cocina. Se quejan de la tardanza en cubrir las bajas de los maestros.
Madres del CEIP Juan Ramón Jiménez de Beas llevan fiambreras en protesta por la falta de personal de cocina

Madres del CEIP Juan Ramón Jiménez de Beas han realizado una protesta simbólica llevando fiambreras al colegio para dar de comer a sus hijos, ante la falta de personal y "lo absurdo de tener que contratar un catering" cuando lo único que necesitan es cubrir la baja de un auxiliar de cocina. Durante la protesta se han recogido firmas.

Del mismo modo, las AMPAS del CEIP Juan Ramón Jiménez, y el Instituto Campiña han convocado a los padres a una reunión este miércoles a las 6 de la tarde, al objeto de canalizar las protestas e intentar solucionar un asunto que viene de lejos, según señalan en un comunicado.

El colegio Juan Ramón Jiménez de Beas viene padeciendo desde el curso pasado "una falta absoluta de personal que perjudica a los niños, en particular en los servicios de comedor, cuidadores de educación infantil y especial, y maestros, que ha terminado por hartar a las madres".

El colegio de Beas es de los pocos centros en la provincia que tiene comedor propio, es decir, que la comida es elaborada en el día, con productos frescos comprados en la localidad y por trabajadores del propio centro.

Según la AMPA, el problema es que la Junta de Andalucía no autoriza al centro a la contratación de personal de cocina cuando algún trabajador sufre una baja laboral, sino que el sustituto debe ser enviado desde la propia delegación de educación, que tarda una media de al menos 2 meses en cubrir dicha baja.

Ello supone que el centro, mientras tanto, tiene que recurrir obligatoriamente a un servicio de catering, "a pesar de tener comida y personal propios del centro (que por otra parte se desperdicia), además del gasto enorme que supone a las arcas públicas (ya que se contrata comida, personal, cuando el centro sólo necesita un trabajador que sustituya la baja de la cocinera)".

Las denunciantes aseguran que los niños no se habitúan a comidas prefabricadas porque están acostumbrados a comer sano y natural, con lo que la comida se desperdicia porque la tiran a la basura y cuando llegan a sus casas tienen que volver a comer.

Al igual que la baja de las cocineras, señalan que la baja de las técnicos de educación infantil y en educación especial tardan en cubrirse una media de dos meses. Así, la baja de la técnico de educación infantil ha tardado en cubrirse del 10 de septiembre a 15 de noviembre. Las maestras han tenido que dejar sus clases para acompañar a los niños al baño, teniendo que dejar solos al resto de la clase.

"Más sangrante aún es la situación de la técnico de educación especial, que se ocupa de los niños con problemas o dificultades especiales, que está de baja desde el 5 de octubre y sigue de baja a fecha de hoy", sostienen.

Por último, denuncian que el centro también adolece de una falta sistemática de maestros: "No hay personal para cubrir las bajas de los maestros que duren menos de 15 días. Sólo tienen un profesor de apoyo, que además es profesor de educación física y secretario, que no puede cubrir todas las bajas. Ante esta situación, no se pueden atender las clases de refuerzo para los niños más desfavorecidos que los necesitan, ya que los maestros se llevan todo el año cubriendo bajas no cubiertas".