miércoles. 24.04.2024
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La pelota del Recreativo vuelve a pasar al tejado de los despachos

La protesta pública de los jugadores, respaldada por el entrenador, ha trasladado el foco de la atención de lo deportivo a lo institucional. Los rectores del club no vieron la tormenta que se avecinaba por un error de cálculo.
La pelota del Recreativo vuelve a pasar al tejado de los despachos

La pelota del Recreativo vuelve a estar en el tejado de los despachos. Las recientes protestas públicas de los jugadores y el entrenador han trasladado la atención del verde a los pasillos del Nuevo Colombino. La historia de pasadas temporadas se repite de nuevo, justo cuando se anunciaba una campaña más tranquila en lo institucional con la idea de explotar el potencial deportivo del equipo y luchar por el ascenso a la Segunda División.

Y ha sido así por un simple error de cálculo, un fallo insignificante comparado con los aciertos que llevaron al Ayuntamiento y al Consejo de Administración a rescatar al club de la desaparición. Porque consejeros y políticos subestimaron las advertencias que han venido produciéndose en las últimas semanas.

El malestar del director deportivo Óscar Carazo, los avisos de José María Salmerón, las primeras quejas públicas de la plantilla, la visita del vicepresidente de la AFE... Todo anunciaba la tormenta que finalmente se desencadenó el domingo, después de la victoria recreativista sobre el Atlético Malagueño. Un resultado que reforzó aún más la legitimidad de la protesta a ojos de la afición.

Amparándose en lo sucedido temporadas atrás, cuando los futbolistas nunca criticaron abiertamente la gestión del club pese a que la situación por la que atravesaron fue más grave, los rectores del Decano pensaban que una protesta pública era improbable. No vieron que el actual es un vestuario muy distinto al de años anteriores.

El Recre cuenta hoy día con un plantel estrictamente profesional. Eso significa que difícilmente admitirá los sacrificios de épocas pasadas, cuando la plantilla estaba formada por muchos jugadores de Huelva, capaces de sobrellevar mayores penurias por su vinculación sentimental con el club, la ciudad y la afición, y por el apoyo de familiares y amigos. Ahora, es distinto.

Hecho el daño, urge la reparación. Aunque no es nada sencillo por el peso de la herencia recibida, el Consejo y el Consistorio van a intensificar sus esfuerzos para dotar al club de la liquidez necesaria con que combatir los impagos. Y mantener una relación más fluida con los profesionales, que han denunciado una falta de comunicación con la zona noble del club.