jueves. 28.03.2024
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Huelva ya suma 88 agresiones a personal sanitario de enero a septiembre de 2018

La mayoría de los casos, 84, son agresiones verbales, como gritos, amenazas o insultos, pero profesionales de centros de salud de la provincia ya han sufrido este año cuatro agresiones físicas. 2017 se saldó con siete sentencias condenatorias por este tipo de episodios
Huelva ya suma 88 agresiones a personal sanitario de enero a septiembre de 2018

La mayoría de los casos, 84, son agresiones verbales, como gritos, amenazas o insultos, pero profesionales de centros de salud de la provincia ya han sufrido este año cuatro agresiones físicas. 2017 se saldó con siete sentencias condenatorias por este tipo de episodios

La agresión a una celadora del centro de salud ‘Adoratrices’ de Huelva y la ocurrida días antes a varios profesionales del centro de salud de Bonares han puesto una vez más sobre la mesa la situación a la que se enfrentan los profesionales sanitarios en el desarrollo de sus funciones. De enero a septiembre de 2018, el personal sanitario de la provincia ya ha sufrido 88 agresiones, de las que cuatro de ellas han sido físicas y 84 verbales, como gritos, amenazas o insultos, de acuerdo con los últimos datos de la Junta de Andalucía. Esta es una de las razones que ha llevado a los médicos de Atención Primaria de Huelva a convocar varios días de paro en su trabajo, entre ellos este 30 de octubre, y los próximos 5, 8 y 9 de noviembre.  Por su parte, la Delegación Provincial de Salud intensifica su protocolo de actuación para evitar que este tipo de situaciones se repitan.

Ya el año pasado, se registraron en Huelva un total de 95 agresiones a sanitarios, de las que 12 fueron físicas y 83 verbales, una cifra inferior a la del año anterior, cuando se alcanzaron los 133 casos, de los que 14 fueron agresiones físicas y 119 verbales. Aunque en lo que va de año la cifra aún no ha alcanzado el dato de 2017, sigue siendo alarmante y el objetivo es reducir este tipo de situaciones para que directamente no se produzcan.

De hecho, el sindicato CSIF mantiene que las cifras de agresiones son “preocupantes” y reflejan “una tendencia al alza” en los últimos años. Desde el sindicato mantienen que entre las razones que provocan estos actos violentos, ya sean físicos o verbales, está “el desacuerdo con la atención recibida, sobre todo por los tiempos de espera y los minutos dedicados a la atención al paciente ante la falta de personal y los criterios del SAS sobre el tiempo que se debe dedicar a cada enfermo”. Estas circunstancias “influyen a veces en los pacientes, que se dejan llevar por el nerviosismo y proyectan esta frustración en los trabajadores que los atienden”, lamentan. Por ello, CSIF reclama medidas urgentes de seguridad para evitar cualquier tipo de agresión o acto violento en la sanidad pública y continúa con el trabajo de concienciación sobre el respeto en los centros de trabajo para conseguir la erradicación de las agresiones.

Por su parte, la Junta de Andalucía trabaja en la prevención y atención de agresiones a los profesionales con un plan especial puesto en marcha para este fin, y los centros sanitarios cuentan con diferentes elementos de seguridad, como vigilantes, timbres antipánico, interfonos, teléfonos, cámaras de seguridad, detectores de metales y salidas alternativas. Además, este tipo de casos son castigados por la Justicia. Así, 2017 se saldó con siete sentencias condenatorias por agresiones a profesionales en los centros sanitarios públicos de la provincia, una de ellas por delito de atentado y el resto por amenazas, lesiones e injurias. Este año, también hay condenas por este tipo de hechos. Un ejemplo de ello es la sentencia conocida a finales de enero de este año, por la que un paciente fue condenado a un año de cárcel y al pago de una multa de 186 euros por coger por el cuello a un médico y golpearlo contra la mesa en el centro de salud de Cartaya para que lo atendiera de inmediato.

El delegado de Salud de la Junta de Andalucía en Huelva, Rafael López, ha insistido en la “tolerancia cero” ante las agresiones y apela a seguir trabajando conjuntamente entre todos en esta lucha. Así, ha lamentado que es un tema “muy sensible” y resulta “necesario contar con la complicidad de los pacientes y de la sociedad en su conjunto”. Asimismo, condena cualquier acto violento contra los profesionales de la sanidad andaluza.

El último caso de agresión a un profesional sanitario que ha trascendido ha sido el de la celadora del centro de salud ‘Adoratrices’ de la capital onubense que realizaba sus funciones en el mostrador de atención y acceso a los usuarios. Un paciente “le dio un manotazo y la insultó” al solicitar una cita con su médico y derivarlo la celadora al Servicio de Urgencias por no poder darle cita en ese horario. Días antes, en el centro de salud de Bonares, el acompañante de una paciente “pegó patadas y aporreó la puerta de una sala” en la que se vieron obligados a encerrarse los profesionales sanitarios, y causó lesiones a los facultativos. Anteriormente, en Semana Santa, una celadora del centro de salud de Lepe fue agredida dos veces.