martes. 19.03.2024
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Claudia: “Ahora tengo una buena relación con mi familia y me veo capaz de solucionar mis problemas”

Claudia: “Ahora tengo una buena relación con mi familia y me veo capaz de solucionar mis problemas”

Claudia tiene 21 años y llegó a la asociación Arrabales “obligada” por su familia en julio de 2017. Después de algo más de un año de tratamiento, ella misma reconoce que ha sido una de las mejores decisiones que ha tomado en su vida. Ahora, se siente bien consigo misma, sabe cómo solucionar sus problemas y tiene una buena relación con su familia.

En declaraciones a esta redacción, Claudia recuerda cómo fueron sus inicios en el mundo de las drogas: “Empecé a fumar porros cuando tenía 13 ó 14 años y, poco a poco, empecé a probar todo lo demás, hasta consumir cocaína y anfetaminas, y según el dinero que tuviera compraba una cosa u otra. Mi problema es que me gustaba, lo necesitaba para ser feliz, veía mi vida como un agujero negro, pero, además, me gustaba. Consumía todos los días, me fumaba 25 porros al día y, al final, también tres o cuatro gramos diarios”.

Fue entonces cuando su familia vio que no podía seguir así y la hizo elegir: “Yo no quería estar en Arrabales, no veía que tuviera un problema y no entendía nada, pero mi madre me dio a elegir entre empezar el tratamiento o echarme de casa”. Así, empezó el inicio de su nueva vida. Sin embargo, los primeros meses no fueron nada fáciles. Claudia seguía sin entender qué hacía allí y se sentía “machacada”, veía el programa “muy complicado y quería irme”. Sin embargo, una vez más, se dio cuenta de que tenía dos opciones: “O me iba y me veía en la calle buscándome la vida o lo hacía bien, y decidí esforzarme”.

Desde entonces, Claudia no ha dejado de luchar para convertirse en la persona que es hoy, una chica con las ideas más claras y con una vida mucho mejor de la que llevaba. Poco a poco, ha ido viendo el cambio y reconoce que ahora se lleva con su familia mejor que nunca. Ella misma tiene claro cómo ha sido su cambio: “Me conozco más a mí misma, sé cómo puedo solucionar mis problemas, porque tengo herramientas para ello, y tengo una relación con mi familia como nunca ha tenido, tengo ganas de hacer cosas y, sobre todo, me siento bien conmigo misma. Quiero una vida normal y un futuro digno, he aceptado que tengo un problema, sé que lo puedo solucionar con ayuda y ahora me veo capaz”.

Pero también tiene un consejo para todas aquellas personas que estén en una situación similar a la que ella vivió: “Es importante que reconozcan que tienen un problema, que lo hablen con su familia y que busquen una solución, su familia es la que más los va a ayudar. Tienen que tener una vida en condiciones, sin depender de ninguna sustancia para vivir, porque este tipo de vida no te aporta felicidad”.