jueves. 25.04.2024
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Carlos Ferrer: "Hay mediocridad en la música de ahora y la culpa la tiene el público"

Productor y promotor musical, es el responsable en Huelva de festivales como el Músicas Urbanas, el de Salsa y el de Blues y Ritmos Afroamericanos o de ciclos como 'Jazz en la Cuarta', de la Fundación Cajasol. Lleva más de 20 años trayendo a la provincia músicas del mundo. Aquí cuenta cómo lo hace y repasa el panorama musical.
Carlos Ferrer: "Hay mediocridad en la música de ahora y la culpa la tiene el público"

(Foto: AGENCIA BIS)

Productor y promotor musical, es el responsable en Huelva de festivales como el Músicas Urbanas, el de Salsa, el de Blues y Ritmos Afroamericanos o de ciclos como 'Jazz en la Cuarta', de la Fundación Cajasol. Lleva más de 20 años trayendo a la provincia músicas del mundo. Aquí cuenta cómo lo hace y repasa el panorama musical.

-Pregunta: Tienes un extenso currículum en la dirección de festivales y ciclos en la provincia de Huelva: El Festival de Músicas Urbanas, el de Salsa, el de Blues y Ritmos Afroamericanos... Hay que agradecerle el haber introducido músicas del mundo en la provincia ¿Cómo se hace eso?

-Respuesta: Eso se hace cogiendo un coche y yendo a los ayuntamientos. Hay ayuntamientos que incluso me dicen que allí no va nadie a presentar nada, el que no va es porque no quiere. Yo invierto dinero en gasolina, en mí y expectativas y voy a los pueblos, a empresas y ayuntamientos de ciudades a buscar proyectos. Cada vez me invento proyectos más especiales porque, sinceramente, para eso se les paga a los técnicos de cultura y seguramente lo hagan muy bien, para llevar a un Manolo García, a El Barrio o a un festival de blues más o menos independiente. Yo me dedico más que nada a la producción, es decir, llave en mano. Yo lo hago todo y el secreto está en buscar. El año pasado solo estaba funcionando con Cajasol, con 'Jazz en la Cuarta', y este año estamos haciendo cosas con la Caja Rural y estoy a punto de ir a otro sitio. En ese periodo también he ido a otro banco, al Puerto de Huelva. Hay muchos proyectos en muchos sitios en los que la gente no va. A mí no me gusta dar pistas, es como el cocinero, que las recetas son suyas.

Antes, en la Diputación de Huelva con sus técnicos de Cultura, que trabajan bien, se han hecho algunos proyectos, como el de este año, Ritmos de los pueblos, que continuará el año que viene seguramente. Llevamos a la población de menos de 4.000 habitantes Músicas del Mundo. Conozco a todos los alcaldes de los pueblos, tanto de un partido como otro, mi bandera política es la cultura hacia el público, si puede ser, gratuitamente, aunque en algunos casos lo hacemos también a taquilla porque hay que saber lo que cuestan las cosas. Las cosas que son gratis no se hacen solas, las pagamos nosotros desde las administraciones. La gente ve un evento y no se da cuenta de que eso lo está pagando él mismo, le tienes que dar valor porque lo estás pagando de tus impuestos. Yo sí veo bien que en algunas empresas se presente de tal forma de que la gente tenga conciencia de que lo hace esa fundación. Debería hacer un presentador que le recuerde a la gente que los conciertos se hacen gracias a ellos, a los políticos, pero sobre todo al dinero de los ciudadanos, que es el que promueve a los políticos, y gracias a las empresas.

Como Músicas del Mundo tengo un ciclo de blues, uno de son cubano en el Cerro del Andévalo. Es una satisfacción mucho mayor que hacer un festival grande porque llevas la música a sitios donde hay gente que no la conoce o que la necesita más que en las grandes ciudades. Te pongo el ejemplo del Centro Penitenciario, que me he llevado 13 años trabajando altruistamente y se agradece cualquier cosa porque allí están mal. El cobrarlo me gusta porque es un trabajo, pero es como cuando dice el músico: no solo es tocar y cobrar, sino el aplauso del público y esa sensación de le está encantando. El trabajo es bastante duro porque llegas en verano desde por la mañana muy temprano. Yo estoy desde que llega el camión de sonido hasta que empieza a desmontar. Yo no soy el manager que llega a la hora del concierto a saludar al alcalde. Yo hago toda la producción, tanto la cartelería, la imprenta, el reparto de folletos, la pegada de carteles, la compra de anuncios en facebook, la promoción en redes sociales. Todo lo manejo yo con mi equipo. Tengo que estar allí por si hay algún problema. Es duro porque llegas a un pueblo en julio o agosto, empieza el sol a caldear y a las tres de la tarde no hay nadie en el pueblo, no sabes donde meterte. Incluso yo lo veo con los ingenieros y técnicos de sonido que ese trabajo no se lo daría a nadie, hay que agradecérselo porque sin ellos no habría conciertos y están ahí desde por la mañana hasta las 3 ó 4 de la madrugada porque el concierto termina a las 12, pero hay que recoger. Todos tienen su función, pero a las empresas de sonido son a las primeras a las que debemos agradecérselo porque esos espectáculos tienen muchas horas de trabajo detrás.

-P: ¿En una provincia como Huelva cómo se promociona la música de todas partes del mundo? 

-R: Esto es una inversión cultural. Cuando empecé con ese ciclo en El Cerro o el de Músicas del Mundo en la Puebla, eventos que inicié en la Gota de Leche con el anterior alcalde, Pedro Rodríguez, hace casi 20 años. Las primeras noches de blues, que las hice solo sin ningún ayuntamiento en el Molino de la Vega, y fue una de mis mayores satisfacciones porque fue mi primer concierto y se agotaron las entradas. Tenía 18 años y no se había hecho una noche de blues en Huelva antes. Lo normal es que al principio vaya poca gente. Voy a criticar un poco a los políticos porque lo hacen dos años y se olvidan y tiene que ser una inversión de un año tras otro. No hay que echarle más dinero, sino una promoción adecuada, no una nota de prensa unos días antes. Ahora tenemos al alcance nuestra las redes sociales, que son gratuitas, que aunque compre anuncios en las redes porque son más potentes, pero puedes hacer lo que quieras, tenemos el e-mail, el periódico, que me tratan muy bien.

"El que se quiere anunciar y no lo hace es porque no quiere. Lo mismo que el que no se entera de los conciertos, porque yo utilizo las vías más modernas y las más antiguas"

-P: Sí, unas posibilidades de promoción bastante amplias.

-R: Efectivamente. El que se quiere anunciar y no lo hace es porque no quiere. Lo mismo que el que no se entera de los conciertos, porque yo utilizo las vías más modernas y las más antiguas. Tanto los chavales repartiendo folletos en la calle, yendo a la universidad, a todos los sitios, poniéndose en la puerta de otros eventos para que cuando la gente salga sepa que hay otros actos, la pegada de carteles, ésas son las clásicas y las vías más modernas también las uso. Sobre todo tienes que estar hasta en la sopa. Mucha gente me puede criticar por pesado. Me dicen: tío te veo en el Facebook, en el wassap; pero luego no se quejan del tío que cuelga la foto del plato que se está comiendo o lo que está haciendo de gimnasia. También hay bandas que se quejan de que no salen de aquí. No salen porque no quieren. Hay que invertir dinero en eso, hay que irse a otras provincias, soltar los discos en los locales. El teléfono solamente no funciona. Tienen que conocerte. Yo cada cierto tiempo, aunque no haya nada, voy a visitar a los alcaldes, a los técnicos de cultura, para que me vean.

-P: ¿Desde cuando llevas como productor y promotor musical?

R: Productor, promotor, eso lo dice la gente. Realmente esto lo empecé como un afán por la música, ahora es una empresa, pero no soy Javier Limón. Yo intento ofrecer artistas, proyectos, músicas que no se ven normalmente en los sitios en los que estoy. Yo ya voy informado si el pueblo es solvente y qué tipo de eventos hacen porque si hacen blues le presento cosas distintas. En mi primera reunión con políticos o técnicos no hay proyectos, me parece frío ponerle un proyecto con x euros. Primero los conozco, me conocen, les llevo material para que vean lo que hago y, a partir de ahí, quedo con ellos para otra fecha. Me parece más elegante, más profesional. Porque si no te tratan como un niño chico. Yo soy de familia de comerciantes de toda la vida y sé vender bastante bien. Parece que no pero hasta la imagen vende. También sé lo que me tengo que poner. Yo hay veces que voy con el traje de mi trabajo a vender conciertos. Me gusta también chocar con la imagen. Hay muchos músicos con los que tengo gran amistad, del son cubano, del mundo del tango, que cuando contacté con ellos hace 20 años, pensaban que era una persona mayor y cuando me conocieron y me vieron vestido así, dijeron: "¿Y este chaval?". Incluso ahora que contacto con gente de la música tradicional, a la que apoyo igual que el rock, le provoca un shock bastante grande, sobre todo cuando hablan conmigo y descubren que sé de lo que hablo. Si les dices que me fascina el son cubano, el tango, la música clásica, me contestan: "Vistes como un rockero". También me gusta el rock, pero no tiene nada que ver. Los prejuicios los tiene cada uno.

-P: ¿Cómo has hecho para contactar desde tan joven con músicos de todo el mundo?

-R: Si hay una cosa que tengo a mi favor es que la música que yo llevo ahora hay más gente que lo hace, pero cuando empecé solo funcionaba la música electrónica, el rock, flamenco había mucho, pero el world music o las músicas tradicionales como la música negra, eso no lo movía nadie, no sé si fui de los primeros, pero me he ido ganando al público y a las administraciones ¿Cómo contacto? Te pongo un ejemplo: un músico que no sienta la música..., eso tiene que salir de uno. Antes de hacer esto era coleccionista y sigo siéndolo de discos.

-P: ¿Cuántos tienes? ¿Los has contado?

-R: Cuando quieras te enseño varias habitaciones. Empecé coleccionando vinilos, cassettes y cedés. Cassettes he dejado miles y miles en casa de mis padres y seguramente los regalaré. Ahora en este mundo tan podrido de la era digital -tan podrido para muchas cosas, para otras es bueno, pero como todo se utiliza malamente- se ha perdido el amor por acariciar un disco un vinilo, ver la portada. Esto no es de frikis. Es como el que le gusta la literatura y compra sus libros, una edición de hace diez años y la compra ahora. A mí me gusta la música y haces cualquier cosa por intentar indagar. Ahora mismo tenemos las herramientas gratuitas para buscar lo que uno quiera; y la juventud, que la hay muy buena, pero también, para mi gusto, muy mediocre, sobre todo por todo lo que sale en los medios de comunicación. No le echo la culpa a ellos, sino a los medios de comunicación. Hoy tenemos lo que queramos para contactar, nada más hay que ponerse delante de un ordenador. Antes era esfuerzo tras esfuerzo, conocer a un músico, sacarle algún contactillo, conocer a un grupo y preguntarle: ¿Oye, tocas en algún sitio?

-P: Sí, porque antes no había internet y los teléfonos no tenían tarifa plana.

-R: Yo soy de los del disco play y me quedaría así toda la vida porque esa sensación de llegarte el catálogo a tu casa y empezar a tachar, pedirlo por carta y a los quince días pagarlo a contrarreembolso. Ahora mismo me meto en internet y me harto de gastar dinero, pero, como ahora tenemos de todo a la hora que sea y no lo usamos bien, no tenemos ese ardor en el estómago.

-P: Esa apreciación de lo que cuesta, de lo físico.

-R: Yo estuve estudiando en Brighton en la misma época en la que murió Freddie Mercury y hubo una reedición. Era eso de ponerse en la cola para comprar un disco, que eso ya no existe. Ahora la gente hace cola para un iPhone o un McDonald´s; yo no lo entiendo, pero bueno. Me propuse no escuchar el disco hasta llegar a Huelva, pero al final lo escuché antes. Eso es el romanticismo de tenerlo y querer indagar. Antes los contactos eran muy complicados, era uno con otro y con otro.

-P: Ese amor por la música imagino que es desde chico ¿Recuerdas algún momento especial que te marcase para tener ese gusto por todo tipo de música?

-R: A todo el mundo le gusta que le agradezcan, aunque yo no soy de esas personas que quieren ser un personaje, pero ves que está sirviendo de algo. También anécdotas de amigos míos músicos, algunos no están ahora. Fases de tu vida que no se olvidan, como una canción. La imagen no es lo mismo que la acción. Yo conocí a una persona que cuando me conoció, me dijo que no creía que yo fuera así. Hay muchas cosas de la música que me han hecho muy feliz. Empecé a escucharla en casa. El destino es así. Puedes quedarte encantado con un grupo de música y a partir de ahí querer estudiar música; o con una charla de un escritor y a partir de ahí querer empezar a leer. No leo mucho, nada más que cosas de música, pero todo es conforme a lo que te llama.

-P: Dime alguna canción, canciones o grupos que te hayan marcado especialmente.

-R: Son muchos. Te pudo decir los estilos de música. Empecé escuchando rock, luego me empezó a gustar el hip hop y el rap, músicas del mundo. No sé cómo responder a esta pregunta porque cada canción es un trocito de tu vida que va pasando y que la puedes rescatar siempre y cuando los recuerdos sean buenos, cuando son malos las canciones te dejan de gustar

-P: Algún solista o grupo con los que hayas trabajado que te recuerde momentos especialmente buenos.

-R: El primer concierto de blues que mencionaba antes, era lo primero que hacía a taquilla y fue una satisfacción bastante grande. Me encanta el blues y me encantó. Hicimos camisetas y, pasado el tiempo, te llega la añoranza. También recuerdo el concierto de Carlinhos Brown, se portó como un señor. Dicen que fue el más multitudinario en Huelva de un grupo no comercial. También he traído y conocido a Barón Rojo y a Obús. Tengo muchas amistades de músicas del mundo. Mingo Balaguer, uno de los armonicistas mejores de España y Europa. Swing del Son, de Miami, que trabajan con gente que le mezcla a Shakira. Tampoco pensé que iba a conocer a Joaquín Quini, fue para mí un maestro; primero fue maestro mío y después nos volvimos a encontrar en la producción musical. Las personas que he conocido, como la música y los conciertos en los que he triunfado -hay otros en los que no- me animan a seguir adelante.

"La apuesta del Ayuntamiento de Huelva por la música ha mejorado un 300%. Ahora el problema lo puede tener el público a la hora de elegir"

-P: El Ayuntamiento de Huelva está apostando por la música como dinamizador cultural, prueba de ello es el Festival de Blues y Música Negra que diriges y que ha cumplido este año su tercera edición ¿Qué te parece este cambio a nivel municipal?

-R: Siempre se puede hacer más y mejor pero, bajo mi punto de vista, ha habido un cambio de un 300%. He estado aquí antes, en su día se hicieron cosas y se dejaron de hacer. Ahora, en invierno está la cosa hasta saturada, unas actividades se entrelazan con otras. Yo trabajo con el Ayuntamiento, le presento proyectos que no salen porque quieren repartir el trabajo con otros compañeros, y me parece muy bien. También hay que agradecerle al público que se está implicando más, antes querían las cosas gratis y debajo de casa y ahora la gente paga. También se están permitiendo más los conciertos en los bares. El anterior equipo de Gobierno parecía que nos estaba haciendo un favor. Ahora el problema lo puede tener el público a la hora de elegir. Se puede hacer mejor, por supuesto, pero le doy mis felicitaciones. Enhorabuena, Huelva.

-P: ¿Crees que a los niños se les debería poner y enseñar todo tipo de músicas en la escuela?

-R: A los niños se les debería enseñar de todo, educación cívica, medio ambiente... La labor la tienen los padres y, si en el colegio no le ponen música, que se la pongan en casa. Viajar por un pentagrama te abre la mente. No es sólo la música sino las historias que están detrás: saber que el blues nace de los esclavos de las plantaciones de EEUU; que la salsa surge en Nueva York, de los trabajadores inmigrantes de los barrios. Conocer la historia de la música es divertido, pero eso no va a hacerse en España de momento porque la educación está como la sanidad. Es un fallo meter a un niño pequeño en el conservatorio, primero tiene que disfrutar y degustar la música, es como los platos, primero hay que probarla.

-P: ¿Qué opinas de músicas como el reggaeton?

-R: Es un insulto a la mujer, son homófobos y racistas. Muestra una forma de vida, como llevar tanto oro, el postureo de los coches caros, el querer abarcar... También habrá vídeo clics de rock que sean sexistas, pero lo del reggaeton... Es extraño que una música tan agresiva entre tan fácil en los niños y, sobre todo, en las niñas. Debería controlarse más eso.

-P: ¿En general, la música que se está haciendo ahora es peor que las de otras épocas?

-R: Hay mediocridad a la hora de componer en España y los grupos son del montón. No le hecho la culpa a los grupos, sino al público. Se pusieron de moda los grupos indies y ahora los hay por todos lados. No tiene la culpa gente como Maluma, que no está en mis coordenadas aunque he escuchado varios temas. La gente se escandaliza porque sale en una portada en una cama rodeado de chicas casi desnudas, cuando eso lo hizo Jimi Hendrix. Ahora los gustos son siempre los mismos, los estilos y las músicas. Hay mediocridad en los festivales, muchos de ellos son para blanquear dinero. Hay muchos grupos de rock que se están peleando por estar en las revistas y en los locales. Nada más salir de España se nota. Se dice que se sabe si un país va bien por el estado de sus carreteras. Con la música pasa algo parecido. He estado en Nueva Orleans, en Bélgica y en Ámsterdam y he visto a chavales de 17 y 18 años cambiar discos de jazz en tiendas de segunda mano. Aquí ni siquiera hay tiendas de discos. En Sevilla está La Pera Récords, que es de segunda mano, y el Fnac, que vende de todo. Hay que reconocer que en España estamos mal, hay programas basura por un tubo, como 'Hombres, mujeres y viceversa'; hay esperanza en el público joven, pero tienen que ser los padres y ellos mismos. Es muy importante la educación y que el niño disfrute.