viernes. 19.04.2024
El tiempo

Extreman la vigilancia sobre los polvorines y el trasiego de explosivos ante la reiteración de incendios

Las autoridades aumentan los controles en la zona minera, que acoge miles de kilos de explosivos, almacenes de productos químicos muy inflamables y transportes diarios de material para voladuras.
Extreman la vigilancia sobre los polvorines y el trasiego de explosivos ante la reiteración de incendios

Horas críticas, muy peligrosas las que se vivieron la tarde del pasado domingo, 5 de agosto, en las minas de Aguas Teñidas y Magdalena con un incendio asediando unas instalaciones mineras repletas de trabajadores en exterior y galerías y amenazando dos polvorines que en esos instantes contenían 25.000 kilos (25 toneladas) de explosivos. Por eso, era esencial que funcionara muy bien el Plan de Seguridad y Evacuación de la compañía Mina de Aguas Teñidas (Matsa). Y lo hizo. Al igual que la coordinación con los numerosos medios que dispusieron el Plan Infoca de la Junta de Andalucía y el Gobierno central.

El hecho de que se hayan producido tres grandes incendios (Nerva, Almonaster y La Zarza) con pocas horas de diferencia en zonas muy sensibles: hay tres explotaciones mineras, Proyecto Río Tinto, Aguas Teñidas y Magdalena, un vertedero de residuos tóxicos y peligrosos, extensos bosques de eucaliptos, pinares y monte bajo abandonado sin uso ni manejo agrícola o forestal,  grandes almacenes de combustible, productos químicos y explosivos ha alertado sobremanera a las Fuerza y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Por eso se han reforzado los efectivos inmediatamente y se han extremado las medidas de control sobre el trasiego de explosivos por la Cuenca Minera.  Y se esperan con atención los informes que redacten la Guardia Civil y la Brigada de Investigación de Incendios Forestales de la Junta.

Además de las minas de Aguas Teñidas y Magdalena que almacenan un gran tonelaje de explosivos y detonadores con gran capacidad de destrucción, la mina de Río Tinto, propiedad de Atalaya Mining, necesita diariamente una cantidad de material importante para voladura. Al carecer de polvorín, los explosivos se reciben a diario procedentes de Sevilla, con el consiguiente aumento de vigilancia sobre su recorrido.

De momento ya han avanzado los organismos policiales que los incendios son una obra diseñada por lo que se ha dado en llamar “terroristas ambientales”, solo que en esta ocasión además de 2.000 hectáreas de bosques las llamas han estado a punto de provocar una tragedia mayor.

Las fuentes consultadas por este diario alaban la gran profesionalidad y preparación del personal de Matsa y la efectividad de los simulacros que con bastante frecuencia se hacen en las instalaciones de Aguas Teñidas en cuestiones de evacuación ante situaciones de riesgo. Sin olvidar, por supuesto la rapidez del Infoca y los efectivos gubernamentales a la hora de atajar las llamas que rodearon en dos horas las minas y los polvorines.

El incendio del domingo pasado bordeó literalmente la instalación minera y el cambio brusco del viento, que primero iba en dirección a Cueva de la Mora y luego giró hacia la mina desencadenó la decisión de evacuación de cerca de trescientos trabajadores y de los explosivos (bajados a galerías de profundidad), que a pesar de la protección del polvorín, un verdadero búnker de hormigón, podían llegar a explosionar debido al aumento de la temperatura. Hicieron falta tres viajes para trasladar las 25 toneladas de explosivos.

Los facultativos de Matsa que dirigieron el operativo acertaron de pleno. La humareda comenzó a penetrar en la zona minera. De no haber evacuado, las galerías eran una trampa mortal y el movimiento de explosivos hubiese sido imposible dos horas más tarde. El fuego estaba a cuatro kilómetros y sólo a dos cuando se dio la orden de evacuación. Aun así, un retén fue parando la planta de trituración, molienda, flotación y filtro hasta dejarla inoperativa. Una decisión que tiene su coste pues cada día parada cuesta medio millón de euros.

Ahora se investigan las causas y las autoridades buscan culpables. Se sabe que el fuego comenzó a las 18.15 del domingo 5 de agosto en un brazo del Olivargas, a siete kilómetros de distancia y a las 19.15 ya estaba a dos kilómetros de las instalaciones. Se han quemado oficialmente poco más de 300 hectáreas pero lo que se califica de “circunstancias peculiares” ha puesto en alerta máxima a las autoridades. Una mina es un polvorín de ahí que la investigación abierta busque aclarar tantas “peculiaridades”.

Mientras tanto, según han informado a Europa Press desde la Fiscalía, el objetivo es "comprobar si existen conexiones entre estos fuegos y los ocurridos en temporadas anteriores". En el caso de que se detuviera a alguien "se podría pedir incluso la reapertura del caso en concreto, pero se tendría que ir viendo uno por uno". En cuanto a las posibles detenciones, al concretar las primeras investigaciones que los fuegos de estos días en la Sierra y en la Cuenca Minera, seis en total, produciéndose los más amplios en Nerva y Almonaster, han sido intencionados, desde la Fiscalía aseguran que "es complicado".

Del mismo modo, desde el Ministerio Fiscal inciden en que "no se va a realizar un juicio por un incendio intencionado si no hay una base importante, ya que no se puede sentar a nadie en el banquillo sin posibilidades".

Todos estos fuegos han sido ya extinguidos, a excepción del de Nerva, que ha calcinado 1.747 hectáreas. En 2017 el 90 por ciento de la superficie quemada en Andalucía se encontró en la provincia onubense, con 14.095 hectáreas quemadas, de las que 12.659 corresponden a los incendios de Moguer, Riotinto-El Campillo y La Granada de Riotinto.

Ecologistas pide que acabe la impunidad

El portavoz y miembro de Ecologistas en Acción, Juan Romero, ha pedido una mayor investigación, una vez que se producen los incendios forestales, así como más información a las administraciones competentes y a la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) sobre las detenciones posteriores y las causas de los incendios. Romero se ha referido a los incendios que se han originado en la provincia de Huelva, concretamente en la zona de la Sierra y de la Cuenca Minera, "todos con malas intenciones detrás", refiriéndose a la mano del hombre.

Al respecto, ha asegurado que "la motivación" de los mismos la desconocen pero es "evidente de que hay un elemento fehaciente en estas personas que dicen 'voy a prender fuego'". De hecho, el año pasado en los alrededores de Minas de Riotinto hubo "14 fuegos entre incendios y conatos".

A su vez, ha remarcado que la Guardia Civil "debería comunicar cuando hay detenidos porque hay mucha sensación de impunidad". Del mismo modo, ha considerado que "la gente se tiene que implicar más, ya que los vecinos de las localidades conocen la realidad de sus municipios". A su juicio, "el futuro de los bosques no debe depender de la decisión de pirómanos porque si la Administración no gestiona los montes y no da vida a los pueblos recuperando las actividades tradicionales estarán en manos de estas personas".