jueves. 28.03.2024
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"En la Hermandad de Emigrantes hay que atraer a la juventud, darle vida al patio, hacer eventos"

Rociero desde la cuna, muy familiar -en la imagen con su novia, Laura Alvarado-, joven y con entusiasmo, Kiko Marín es el flamante hermano mayor de la Hermandad de Emigrantes para la romería 2019. En esta entrevista explica cómo se siente ante el reto de guiar a una hermandad gobernada por una gestora desde hace un año.
"En la Hermandad de Emigrantes hay que atraer a la juventud, darle vida al patio, hacer eventos"

Rociero desde la cuna, muy familiar -en la imagen con su novia, Laura Alvarado-, joven y con entusiasmo, Kiko Marín afronta el reto de ser hermano mayor de la Hermandad de Emigrantes para la romería 2019. En esta entrevista explica lo que siente ante el reto en una hermandad gobernada por una gestora desde hace un año.

-¿Cuándo decidió presentarse a hermano mayor de la Hermandad de Emigrantes?

-No lo tenía pensado. Este año hice el camino del Rocío andando, cuando llegué a la aldea sentí que tenía que presentarme y así lo he hecho. No puedo explicarlo, no fue algo premeditado, fue como una iluminación.

- Su decisión ha venido como agua de mayo a la hermandad, después de que hace un año la junta de gobierno dimitiese a escasas semanas de la romería y de que esté gobernada desde entonces por una gestora.

-Sí, y no solo por el alivio económico que supone para la hermandad, sino por el tema de la representación. Los hermanos lo pedían a gritos. Nuestra hermandad es muy chica, apenas tiene 1.000 hermanos, y es difícil que alguien se decida a dar un paso al frente para ocupar cargos. Ésta es la única vez que se han celebrado elecciones a hermano mayor y porque yo las he pedido. Cuando se han querido celebrar elecciones no se lograba el quorum, que es del 20%. Yo he logrado el 40% y de los 238 hermanos que han votado, 233 lo han hecho a mi favor, 4 en contra y uno en blanco; y no he conseguido más votos porque en las organizaciones religiosas no está permitido aún el voto por correo, si no hubiese logrado unos 200 votos más.

-¿Cómo afronta el reto de ser hermano mayor de Emigrantes para el Rocío de 2019?

-Llevo 24 años, los que tengo, en la hermandad y lo afronto con mucha ilusión, aunque una hermandad requiere muchas horas que hay que quitarle al trabajo y la familia. En el camino es una gran responsabilidad conducir a entre 2.000 y 3.000 personas; y llevar y traer el Simpecado es de los más bonito.

-¿De dónde le viene la devoción a la Virgen del Rocío y el pertenecer a Emigrantes?

-Mis abuelos paternos fueron emigrantes en los 60 y cuando se fundó Emigrantes la casa hermandad estaba al lado de la de mis abuelos. Mis abuelos por parte de madre tienen una gran devoción a la Virgen del Rocío, aunque no hacen el camino.

-¿Cuál es su momento culmen como rociero?

-La procesión de la Virgen, meterte debajo para llevarla. Es indescriptible lo que se siente, es muy emocionante y yo soy muy llorón. El camino me gusta más el de vuelta que el de ida porque es más familiar y recogido y vas recordando lo ocurrido durante la romería.

-¿Qué cree que hay que hacer para aumentar el número de socios y dinamizar la hermandad?

-Hay que darle vida a la casa hermandad, explotar el patio, hacer eventos. Hay que atraer a la juventud como sea, que son el futuro. Para este Mundial de Fútbol vamos a poner pantallas para ver los partidos de España. Hay que partir de que hay que ponerse a trabajar.

-¿Cómo explicaría a un guiri que nunca lo ha visto qué es el Rocío?

-Puedes explicar el camino y los actos, pero es difícil explicar los sentimientos, hay que sentirlos.

- ¿Qué le aconsejaría?

-Que lo viva, el que no lo vive no sabe lo que es el Rocío, que no es solo fiesta aunque es muy respetable.

¿Qué le pide a la Virgen del Rocío?

-Salud y muchas ganas para poder vivirlo con mi gente. Tengo vivos a mis cuatro abuelos, vivo con los padres de mi madre y es muy importante para mí poder disfrutar el Rocío con toda mi familia.