jueves. 25.04.2024
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Los temporales descubren décadas de ocupación urbanística del dominio público marítimo terrestre

Los abusos en las construcciones costeras fijas y de hormigón agravan los daños causados por las borrascas y encarecen la factura de los proyectos de recuperación y regeneración de playas, advierten desde Ecologistas en Acción
Los temporales descubren décadas de ocupación urbanística del dominio público marítimo terrestre

Emma es el último temporal que barre la línea costera de Huelva, desde la desembocadura del Guadiana en Ayamonte hasta el Guadalquivir en Almonte y Doñana. Pero no es el último. Vendrán más olas de inusitada fuerza con siete metros de altura como las últimas que advirtió la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Así ha sido y así será. El Golfo de Cádiz tiene una dinámica costera tan antigua como el saber.

Lo que ocurre es que después de cada temporal, los partidos políticos de uno y otro signo organizan tal desfile de concejales, alcaldes, delegados, directores generales, ministros y algún que otro presidente que más bien parece que esto no ha pasado nunca. Y hacen la misma lectura: las playas estarán en perfecto estado de revista para las siguientes vacaciones, en este caso la Semana Santa.

Detrás, millones de euros en pérdidas, desaparece la arena traída a las playas por miles de camiones durante la última regeneración, pisos, casas, garajes, enormes chalés y chiringuitos inundados, muchos en primera línea de playa, mobiliario playero destrozado, porches, muros y paseos marítimos devorados por un mar que va y viene. Es así desde hace millones de años. Pero nadie hace nada, casi ni siquiera se dan explicaciones a la población de lo que hay que hacer en estos casos. Y si se hace, avisan cuando estamos de agua hasta el cuello. Lo deja claro el documental de Fernando Arroyo ">La gran ola . En él se muestra y advierte que el terremoto y maremoto de Lisboa de 1755 puede volver a repetirse en nuestras costas del Golfo de Cádiz en cualquier momento.

Precisamente estos días se han podido ver en zonas como La Antilla o Mazagón imágenes que recuerdan un tsunami, aunque en pequeñito, con la gente subida en la acera mirando impasible cómo el mar se adentraba por calles y avenidas.

Lo que no era así es el urbanismo voraz que en los años sesenta primero y en los 90 después llenó de construcciones las playas de Huelva (y de media España), desde Isla Canela hasta Matalascañas, incluidas marismas protegidas. Y que, amparado por leyes de la Dictadura y por lagunas legales después ha seguido campando a sus anchas por la línea litoral, facilitando al mar embravecido su tarea destructora, exagerando daños y pérdidas que asustan por su coste.

Las organizaciones ecologistas tienen claro por qué se produce cada año una situación que reúne en las playas a infinidad de políticos para realizar la misma promesa: las playas estarán en perfecto estado de revista. Desde Ecologistas en Acción se explica que “las mareas y los temporales de invierno siguen dejando al descubierto las consecuencias de la privatización de zonas de dominio público, en beneficio de ocupaciones eternas por construcciones residenciales”. “Sobre las playas y hasta encima del agua, chiringuitos inmensos, con estructuras estables y autorizadas a destajo por los ayuntamientos y la delegación Provincial de la Consejería de Medio Ambiente, son un elemento de presión constante para tirar dinero público al mar en continuas realimentaciones de arena, que solo sirven para el maquillaje previo a los periodos vacacionales de primavera”, se lamenta la organización, cansada de denunciar proyectos urbanísticos que han acabado en los tribunales y al final se asientan sobre marismas y zonas deslindadas.

Y esto ocurre “a pesar de las limitaciones legales, y se aborda incluso la construcción de instalaciones sobredimensionadas que, en el mejor de los casos, se paralizan cuando hay protesta ciudadana, pero tras haber dejado impactos ambientales y residuos producidos por sus estructuras.

Iñaki Olano, activista de Ecologistas en Acción en una de las zonas más calientes, urbanísticamente hablando, de los últimos años en Huelva (Isla Canela, en Ayamonte), subraya que los daños más relevantes del último temporal se están dando en zonas más que denunciadas por ocupar dominio público marítimo: Isla Canela, Mazagón, El Portil, Isla Cristina. “No se puede estar continuamente tirando el dinero público cuando es evidente que los temporales van a volver, sin embargo los ayuntamientos y las administraciones se empeñan en facilitar la instalación de estructuras fijas de hormigón como son chiringuitos y paseos marítimos, que luego son barridos literalmente por el oleaje, incrementando el valor de los daños”, asegura Olano, quien advierte que “por mucho que se empeñen los políticos en decirlo, las playas no estarán en perfecto estado de revista. La dinámica litoral lleva su propio ritmo, muy alejado por cierto de la actividad política”.

Un somero repaso a lo sucedido estos días en Huelva y una revisión de la hemeroteca de lo acontecido años y décadas atrás pone de manifiesto una verdad incómoda: las construcciones fijas en la costa y la ocupación del dominio público marítimo por el hormigón y el ladrillo agravan la situación creada por Emma ahora y por los temporales venideros.

Las informaciones facilitadas por los distintos ayuntamientos también delatan la realidad. Desde Lepe se ha informado de que los mayores daños que se han producido han afectado a la playa de La Antilla, ya que la pleamar llegó a atravesar dos líneas de viviendas en la zona de levante, ocasionando desperfectos en algunas de ellas, así como en el litoral. El ejemplo de Punta también es claro al respecto: El temporal ha destrozado material de playa como pasarelas o duchas, así como se ha llevado gran cantidad de arena y ha derribado algunas vallas de chalés de la primera línea de playa". Por eso desde Punta se va a pedir que se declare El Portil como Zona Catastrófica.

La dinámica política, enfrentada con la realidad de la dinámica litoral, llega a tal extremo que desde el partido ahora en el poder como antes otros en la oposición se llega incluso a prometer cosas que dependen de la naturaleza, de las condiciones climatológicas: las playas del litoral onubense estarán en perfecto estado” de cara a la Semana Santa pese a los daños que está causando el temporal de lluvia y viento que azota a Andalucía y al litoral de Huelva”. En este caso, la secretaria general del PP, Dolores López, zanja el asunto así: “Sin ninguna duda, antes de Semana Santa, que es cuando empieza la temporada turística en nuestra provincia, las playas estarán en perfectas condiciones y eso lo podemos garantizar”. Tras escuchar a su compañera de partido, el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, que también ha visitado la zona afectada por Emma, tuvo que salir al paso y reconocer que es "difícil" comprometerse de cara a la Semana Santa para la que aún quedan 15 días "en los que puede llover", aunque quiso dejar claro que actuarán con "la máxima celeridad".

El siguiente paso ha sido anunciado por la subdelegada del Gobierno, Asunción Grávalos, quien ha apuntado que ya hay en marcha cuatro proyectos de regeneración enmarcados dentro de la Estrategia para la Protección de la Costa de Huelva para estudiar y plantear las medidas a desarrollar en las playas de Isla Canela, Matalascañas, La Antilla-Islantilla y Mazagón, es decir, las zonas donde se repite con más asiduidad en embate del temporal. Y sobre El Portil, la primera autoridad estatal en Huelva reconoce en un comunicado que “confluyen diversos factores como la existencia de viviendas en primera línea de playa, el crecimiento constante de la Flecha del Rompido o la afectación del dragado de la ría del Piedras y el establecimiento de la bocana de entrada para las embarcaciones pesqueras y de recreo”.