viernes. 19.04.2024
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Ponen en peligro la vida de una joven por hacerle un control de alcoholemia

El cirujano que la operó tras el accidente de tráfico, a la madre: "Si hubiese tenido el intestino perforado, como temía, las consecuencias de soplar habrían sido muy graves"
Ponen en peligro la vida de una joven por hacerle un control de alcoholemia

El cirujano que la operó tras el accidente de tráfico, a la madre: "Si hubiese tenido el intestino perforado, como temía, las consecuencias de soplar habrían sido muy graves"

Someterse a un control de alcoholemia mediante la expiración de aire puede tener consecuencias muy graves para la salud de una persona si ésta sufre determinadas lesiones, como puede ser, por ejemplo, una perforación en el intestino.

Esto fue lo que pudo ocurrirle recientemente a una joven onubense de 27 años tras sufrir un accidente de tráfico por el que fue operada "a vida o muerte". Agentes de la Guardia Civil le practicaron el control mientras aún se encontraba en la ambulancia, aunque el personal de la misma les advirtió de que ya se le había extraído sangre y la víctima apenas podía pronunciar su voz para responder a los agentes con un "no puedo", a lo que los guardias civiles respondieron que el control era "obligatorio", relata una testigo presencial de lo sucedido y madre de la víctima, M.B.D.

Al llegar al hospital Juan Ramón Jiménez, le detectaron una fuerte hemorragia interna en el abdomen, hasta el punto de que el especialista que la atendió consideró que tenía el intestino "perforado", por lo que le practicó una intervención quirúrgica urgente "a vida o muerte", tal y como le expuso a la madre.

Durante la intervención, el cirujano se dio cuenta de que el intestino no estaba perforado, sino "raspado y desplazado", al tiempo que detectó daños en la arteria aorta y en la vena cava. "No estaba perforado", indicó a la madre, pero, tras conocer que fue sometida al citado control de alcoholemia, le aseguró que, "de haber tenido el intestino perforado, el hecho de haber soplado habría tenido consecuencias muy graves", relata la madre de la joven.

No fue así y, afortunadamente, esta onubense de 27 años, que reside en el núcleo residencial de Bellavista (Aljaraque), ya ha recibido el alta hospitalaria, aunque aún se encuentra recuperándose de otras lesiones en la espalda y en tres vértebras lumbares, motivo por el que fue operada una segunda vez. Su madre, en cualquier caso, espera que, dando a conocer casos como el de su hija, se evite la práctica de controles de alcoholemia en situaciones como las que sufrió esta joven, quien, dicho sea de paso, dio negativo, pues no había consumido alcohol.

El accidente tuvo lugar entre Aljaraque y la rotonda de acceso a Bellavista y La Dehesa durante la mañana del domingo 27 de agosto, cuando la citada joven, que circulaba sola en su vehículo, sufrió un choque frontal con otro turismo en el que viajaban otras dos jóvenes, lo que ocasionó heridas de diversa consideración en las tres ocupantes de los vehículos afectados.

La madre de la vecina de Bellavista también ha denunciado que su hija permaneció tres horas en una de las tres ambulancias que se desplazaron hasta la zona del accidente, donde además, durante todo ese tiempo, "sólo hubo un médico para atender a las tres personas heridas", asegura. "Tardamos tres horas en llegar al Juan Ramón Jiménez porque no sabían a qué hospital llevarla", añade la madre, quien considera que hubo "una total falta de coordinación".