miércoles. 24.04.2024
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El onubense que liberó París de los nazis

Antonio Llordén, un vecino de Nerva, fue parte esencial de la liberación de París por parte de la compañía Nueve, en vanguardia en la guerra de liberación
El onubense que liberó París de los nazis

Foto: (Col. María Elena Espinosa) Antonio Llordén es el primero de pie a la izquierda, con boina.

No hay estatuas en España que reconozcan el nombre o la labor de Antonio Llordén. Solo una calle de Nerva, desde hace pocos años, recuerda su apellido y su hazaña. Llordén, exiliado de su país por la Guerra Civil, fue uno de los pocos españoles supervivientes de la compañía Nueve, aquella que en agosto de 1944 liberó a la ciudad de París de los nazis. Hoy, su fotografía en blanco y negro rememora tiempos lejanos, perdidos en la inmensidad de la historia, sin embargo, su recuerdo aún perdura en el Ayuntamiento de París. Y es que Antonio Llordén estuvo en uno de los dos carros de combate que liberaron el edificio consistorial parisino dando la puntilla al enemigo nazi.

Cartilla militar de Antonio Llordén (Col. Larura Llordén)

Con esta historia, demasiado desconocida, Diario de Huelva inicia un recorrido de cinco capítulos por las vidas extraordinarias de varios onubenses que vivieron acontecimientos sorprendentes. Todos ellos con un rasgo común, fueron víctimas del exilio republicano onubense, una larga colección de nombres que ha sido detallada por el investigador Jesús Ramírez Copeiro del Villar en el libro 'En tierra Extraña' que sirve como base para esta serie de artículos históricos que ahora iniciamos.

Antonio Llordén nació un 15 de febrero de 1906 en Nerva, al estallar la Guerra Civil contaba con 30 años, combatió en las milicias del Ejercito Popular contra la sublevación, donde llegó a ser Capitán. El final de la guerra le pilló a él y a su hermano en la zona de Levante y huyó desde Alicante en un barco rumbo a Orán y desde allí fue conducido al desierto de Bou-Arfa para trabajar en la construcción del ferrocarril transahariano, un proyecto quimérico que pretendía unir el Mediterráneo con el río Níger, cruzando el Sahara de Norte a Sur.

Alistado en la legión extranjera francesa, se vio sometido durante años a extenuantes condiciones de trabajo, tanto en las vías del tren como en las minas de carbón, en una de las áreas más extremas del planeta con temperaturas que pueden superar los 50 grados.

El desembarco de los aliados en el norte de África en 1942, con la II Guerra Mundial, fue la llave para su liberación, Antonio Llordén pudo dejar este trabajo de esclavos un 21 de febrero de 1943, cinco meses después, se alistó en las fuerzas francesas libres donde formó parte de la división Leclerc y concretamente de la compañía Nueve, conformada por 144 españoles. La gran mayoría había participado en la Guerra Civil Española, por ello, sus vehículos blindados llevaban nombres de batallas ganadas por el bando republicano, Llordén se ubicó, como sargento de la unidad en uno llamado Teruel, que sería una parte vital de la liberación de Francia.

La toma de París narrada por Robert Capa

Si hoy sabemos algo más de la hazaña llevada a cabo por este grupo de españoles y por el sargento Llordén es porque su historia está escrita y narrada por el fotógrafo Robert Capa, aquél que retrató la 'Muerte de un miliciano' en la guerra fratricida española. Capa, que se encontraba retratando la inminente toma de París, se encontró de frente con el Teruel y con Antonio Llordén. Así lo refleja en sus escritos y en sus instantáneas el afamado fotógrafo que acompañó a este carro de combate en la entrada de París.

Le Monde Diplomatique. vía Juan Mario Rey

La Nueve fue la primera fuerza militar en entrar en París. No fue casualidad, los franceses, en una misión peligrosa, prefirieron enviar a una tropa conformada por extranjeros, carne de cañón en la vanguardia ante una previsiblemente numerosa pérdida de vidas humanas. Hubo muchas muertes y no demasiada gloria, pero las narraciones de Robert Capa dejan claro el triunfo de las tropas españolas en París y concretamente las del sargento Antonio Llordén a cargo del Teruel, aquél que terminó por liberar el Ayuntamiento de París de las tropas Nazis, aquél que desfiló victorioso al día siguiente ante el General De Gaulle  por el arco de Triunfo.

No fue la única hazaña bélica de Llordén, la guerra continuó con el avance hacia Alemania, la Novena compañía llegó a Munich, tomó Inzell, y culminó su concatenación de batallas en el famoso Nido del Águila, en Berchtesgaden, el refugio de alta montaña de Hitler. Al concluir, de los 144 españoles que participaron en la contienda en la Nueve, solo 16 sobrevivieron. Antonio Llordén fue uno de ellos.

Esta figura desconocida de la historia onubense, ese héroe casi anónimo, no volvió jamás a pisar su Nerva natal. El fin de sus días los pasó en México, donde se casó y tuvo dos hijos. Lo que no le arrebataron las balas, lo hizo un cáncer de pulmón. Murió un 23 de noviembre de 1973 en Ciudad de México, su hija Laura conserva la bandera republicana que paseó por las calles de París ese agosto de 1944. Hoy, una placa recuerda en el Ayuntamiento de París a los republicanos españoles que liberaron la ciudad. Casi nadie en Huelva, recuerda al sargento Llordén.