martes. 16.04.2024
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El eucalipto de Huelva, clave en el aumento arbóreo en Andalucía

Un estudio del CSIC subraya el incremento de la superficie arbolada en la comunidad en el último siglo, donde aparece la provincia onubense como la que tiene mayor densidad, aunque alerta de las miles de hectáreas afectadas por la Seca
El eucalipto de Huelva, clave en el aumento arbóreo en Andalucía

Un estudio del CSIC subraya el incremento de la superficie arbolada en la comunidad en el último siglo, donde aparece la provincia onubense como la que tiene mayor densidad, aunque alerta de las miles de hectáreas afectadas por la Seca

Según un estudio realizado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología (IRNAS) y Universidad de Málaga–Andalucía Tech, la superficie forestal arbolada aumentó en la comunidad autónoma de Andalucía en el periodo 1956-2007, aumento consistente en todas las provincias andaluzas -excepto en Cádiz y Sevilla. El estudio demuestra que la provincia de Huelva es la provincia con más densidad y superficie forestal arbolada, con especial protagonismo del eucalipto.

El estudio ha sido publicado en un extenso artículo incluido en el último número (32) de la Revista de Estudios Andaluces, publicación recientemente indexada en la base de datos 'Emerging Sources Citation Index' de la plataforma editorial internacional Web Of Science (WOS - Thomson Reuters), que recoge las referencias de las principales publicaciones científicas de cualquier disciplina del conocimiento, tanto científico como tecnológico, humanístico y sociológicos desde el año 1945.

Así, según el estudio, entre 1956 y 2007, se produjo un notable incremento de las superficies arboladas, principalmente zonas de arbolado denso (+186.050 hectáreas;+44,27 %) y zonas de matorral con arbolado (Δ +181.112 hectáreas; Δ +12,65 %). Por el contrario, se redujeron las superficies arbustivas y herbáceas sin arbolado en Δ -526.881 hectáreas (-33,13 %). Todo ello como consecuencia de las repoblaciones forestales llevadas a cabo a mediados del siglo XX, continuadores de una labor que se inició a finales del siglo XIX.

Desde el punto de vista metodológico, el estudio ha permitido incorporar como novedad la distribución espacial (a escala de sitio o unidad mínima cartografiable: píxel a píxel = 250 m) de los procesos persistencia, avance, retroceso de cada cubierta forestal, así como los procesos de transferencia, transición o intercambio de un tipo a otro. De este modo, se pudo constatar cómo la persistencia ha sido el rasgo dominante de las superficies dominadas por encinas o alcornoques, mientras que se ha producido un espectacular avance de los pinares en las principales sierras de la región. Y, finalmente, destacaron las grandes plantaciones de eucaliptos, especialmente en la provincia de Huelva.

En términos relativos, señalan desde el CSIC, Huelva es la provincia donde la superficie forestal arbolada ocupa una mayor proporción, el 52,37 %, unas 531.218, lo que le convierte en segunda provincia con mayor superficie arbolada en términos absolutos y la primera si se consideran las formaciones forestales arboladas densas. En sentido opuesto está Almería, donde las formaciones arboladas son las más escasas y son las formaciones arbustivas, herbáceas y sin apenas vegetación las predominantes, pues suponen el 48,35 % de la superficie total provincial, unas 514.343 hectáreas, pese a que en los últimos cincuenta años se han reducido considerablemente.

Desde el CSIC apuntan que los resultados obtenidos en este estudio -que están en la línea de los derivados en los últimos inventarios forestales- no son suficientes para inferir una evolución futura de las actuales masas forestales a largo plazo. “Existen modelos predictivos para simular la dinámica futura de las superficies forestales, si bien es poco realista aventurarse ofreciendo proyecciones lineales cuando están concurriendo numerosos procesos superpuestos que no terminamos de esclarecer del todo” explica el geógrafo Oliver Gutiérrez-Hernández, quien además aclara que “no hay que olvidar que las actividades humanas explican buena parte de la distribución y evolución de las superficies arboladas; incluso cuando destacamos la importancia de un factor biofísico limitante, lo hacemos en función de capacidad de acogida de este factor respecto una actividad antrópica, pues el hombre, en última instancia decide qué uso dará a una zona u otra”.

De la 'matorralización' a la 'arbolización' de la montaña

En este sentido, las montañas han permanecido como los lugares aparentemente menos antropizados debido a la dificultad para introducir actividades agrícolas, sin embargo, la cubierta también forestal ha sido históricamente transformada. “Por decirlo de alguna manera gráfica, a finales del siglo XIX, veníamos de una matorralización de la montaña por exceso de carga ganadera; mientras que durante el

siglo XX se ha producido una a una arborización de la montaña por la acción de las repoblaciones forestales. En ambos casos, el hombre y su circunstancia histórica ha estado detrás de estos procesos”, remarca el geógrafo.

Sin embargo, el abandono de determinadas prácticas forestales, la incidencia creciente de las sequías, la

proliferación patógenos exóticos o el impacto de los incendios forestales dibujan un escenario complejo a medio y largo plazo. En este sentido alerta “está por ver cómo evolucionará la superficie forestal, tanto la representada por comunidades preexistentes como representada por especies introducidas o reintroducidas, porque en ambos casos estamos constatando procesos de decaimiento forestal.

Como ejemplo, la Seca está afectando a miles de hectáreas de encinas y alcornoques, tanto en dehesas como en grandes formaciones arboladas densas. También hay pinares afectados por procesos de decaimiento en las sierras granadinas o almerienses.