lunes. 13.05.2024
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Estudiantes lleva San Sebastián al corazón de Huelva

La Hermandad celebra un Martes Santo soñado con un tiempo inmejorable. Especial momento en el encuentro del Cristo de la Sangre y la Virgen del Valle con las Hermanas de la Cruz
Estudiantes lleva San Sebastián al corazón de Huelva

La Hermandad celebra un Martes Santo soñado con un tiempo inmejorable. Especial momento en el encuentro del Cristo de la Sangre y la Virgen del Valle con las Hermanas de la Cruz

En la Parroquia de San Sebastián, los hermanos de los Estudiantes comenzaban a rezar públicamente ante el Stmo. Cristo de Sangre y su Madre Ntra. Sra. Del Valle cuando eran las seis de la tarde de este Martes Santo.

Una Hermandad de negro con sus cirios al cuadril, que caminaba para realizar su Estación de Penitencia publica y unitaria reglada en nuestra Semana Santa, pero sin que antes rezaran en el Convento de las Hermanas de la Cruz. Ésta fue de las primeras Hermandades onubenses que se acordaron de estas benditas hijas del Señor para acercarles a sus Titulares con la intención de que pudieran ver el rostro de un hijo divino que murió en la cruz, junto a su Madre, para redimir al mundo.

En un, reconocido y destacado, paso tallado en madera de caoba por Guzmán Bejarano se postraba ante estas Hermanas de la Cruz el Hijo de Dios, una estampa difícil de pintar porque los suspiros y lágrimas se contagiaban en un ambiente propio de rezo y sensibilidad de este esperado punto de la Plaza Niña.

Le seguía Ntra. Sra. Del Valle, con su palio de cajón con crestería de plata que lo hace único en nuestra Semana Santa y bajo el que radiante caminaba para cruzar miradas de comprensión con las Hermanas de la Cruz conocedoras en primera persona del dolor que sufre una madre ante el dolor de unos hijos y con la única solución en sus manos de entregarse en cuerpo y alma a él.

La Hermandad despedía a estas Hermanas con el más puro compromiso interno de tomarlas como ejemplo, ayudarlas y caminar de la mano, ante la mirada de un prójimo necesitado. Dejando un especial cosquilleo en el interior de los presentes conmovidos por ese aire especial y contagioso que se desprendía desde el interior de ese humilde Convento de las Hermanas de la Cruz.