viernes. 29.03.2024
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El dibujo devuelve la vida al Pino de la Atalaya

El árbol singular será objeto de una cita pictórica el próximo sábado convocada por Urban Sketchers Aracena
El dibujo devuelve la vida al Pino de la Atalaya

El árbol singular será objeto de una cita pictórica el próximo sábado convocada por Urban Sketchers Aracena

En febrero de 2013, el Pino de la Atalaya sufrió los embates de un fuerte temporal. El viejo árbol no resistió y cayó truncado, perdiendo ese carácter emblemático que mantuvo durante siglos. Ahora, su protagonismo quedará recuperado gracias a una iniciativa artística, la que impulsan los miembros del grupo Urban Sketchers Aracena el próximo sábado día 16.

La cita será en la Plaza de la Morera, justo en la entrada en Galaroza desde la N-433 llegando desde Sevilla. Tras emprender un camino cuesta arriba de poco más de media hora, llegarán al lugar escogido para esta actividad.

El Pino de la Atalaya fue declarado por la Junta de Andalucía como uno de los árboles singulares de la provincia de Huelva, uno de los tres con que cuenta Galaroza, junto al alcornoque de El Talenque y el madroño de Los Linarejos. Este reconocimiento le vino otorgado en virtud de la gran longitud de circunferencia de su fuste, partiendo de más de seis metros en la base y llegando a casi cuatro metros a 1.30 centímetros de altura. El aspecto del tronco es el de un cilindro macizo y su perímetro en la base alcanzaba los 6.50 metros, por lo que para abarcarlo se necesitaban tres o cuatro personas con sus manos enlazadas. Pero también su altura era espectacular, llegando a los 27 metros, lo cual le convertía en un hito del paisaje al estar situado en lo alto de un cerro con su mismo nombre.

El ejemplar de pinus pinea se encuentra a 683 metros sobre el nivel del mar, y la cobertura vegetal que le acompaña es densa en arbolado como alcornoques, castaños, pinos negral y olivos. El sustrato está tapizado por helechos que denotan la humedad del ambiente.

La acción climatológica de hace seis años causó grandes estragos y el centenario ejemplar que había resistido viento y marea, no pudo más, y sucumbió ante la fuerza del temporal, partiéndose en dos. El suceso causó honda sensación en el pueblo, ya que se trata de un paraje muy ligado a los vecinos, que lo tenían como uno de sus símbolos identitarios. Desde chicos, los cachoneros solían hacer excursiones y merendar al pie del pino, que ha vivido anécdotas y vivencias que pertenecen no sólo a los recuerdos personales sino también al imaginario colectivo local. Prueba de ello es el bello poema que Julio Beneyto le dedicó en el que resaltaba su silueta y su imagen de faro de los montes cachoneros.

La iniciativa está organizada por Urban Sketchers Aracena, un grupo de artistas que dibujan el sitio donde vive y los lugares por los que viajan con el ideario de los Urban Sketchers. Entre estos objetivos se encuentran dibujar ‘in situ’, a cubierto o al aire libre, capturando directamente lo que observan, contar en sus obras la historia del entorno, de los lugares donde viven y donde viajan, documentar un lugar y un momento determinado, ser fieles a las escenas que presencian, celebrar la diversidad de estilos de dibujo y utilizar cualquier tipo de herramientas y soporte, ayudarse mutuamente y dibujar en grupo, compartir sus dibujos en internet y mostrar el mundo, dibujo a dibujo.