martes. 16.04.2024
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La década de los años 30 supuso numerosas obras municipales en Galaroza

La investigación arroja datos sobre infraestructuras como el Paseo de Venecia, el Ayuntamiento o la llegada del teléfono
La década de los años 30 supuso numerosas obras municipales en Galaroza

La investigación arroja datos sobre infraestructuras como el Paseo de Venecia, el Ayuntamiento o la llegada del teléfono

Una de las características más destacadas del período de los años 30 en Galaroza fue el amplio movimiento que se generó en materia de infraestructuras. La iniciativa de las instituciones, fundamentalmente el Ayuntamiento, provocó numerosas ideas, la mayoría de las cuales se convirtió en realizaciones de importancia para el pueblo.

La investigación realizada por socios de la Asociación Lieva como José Luis Lobo en archivos y hemerotecas ha dado como resultado una amplia nómina de obras y proyectos a partir de la década de los años 20, cuando se proyectaron obras en Galaroza como dos grandes avenidas de salida del pueblo, el enorme mirador, después Paseo de Venecia, un Campo de Fútbol, reforma de calles, empedrado, y canalización de éstas, plazas, fuentes, un recinto industrial en La Chilacoa en 1932, la ubicación de un nuevo cuartel de la Guardia Civil, abandonado después y reiniciado en 1943, matadero, mercado, juzgado y nuevo Ayuntamiento.

Hay documentos de los primeros 30 que hablan de la inquietud local por buscar salida digna del pueblo hacia la carretera y plantean reformar todas las calles que afectan al desarrollo del tráfico rodado desde el ayuntamiento hasta la salida prevista. Estaría ubicada en lo que hoy es el camino del cementerio viejo y desembocaría en el hotel Galaroza Sierra. Incluía una rotonda en la intersección con la carretera y una anchura de 10 metros para la calle.

Del mismo modo, se proyectó en 1933 una avenida que conectase la zona de Los Álamos con la carretera; sería la Avenida del Molino, pues discurría teniendo como referencia la edificaciones molineras que permanecían en la orilla del barranco de Venecia.

La mayor obra de Galaroza en los 30 fue el afamado Paseo de Venecia. Si bien en un principio se pensó ubicar allí un mirador, la paralización e imposibilidad de hacer la gran salida a la carretera viró miras del Consistorio hacia el soterramiento del barranco, que estaba abandonado a la inmundicia. En un pleno municipal de julio del 1931 se inician estos pasos y se ha encontrado también en el Archivo la memoria explicativa de la obra, consistente en el encauzamiento y soterrado del barranco de Venecia y el de Abajo, que ayudaría, además, a solventar parte del problema del paro obrero temporalmente.

Se puede documentar también el proyecto de un puente de canalización bajo carretera, del encauzamiento del caudal, de la rampa superpuesta hacia el barranco y lo que sería la futura plaza, los lavaderos anexos, la urbanización de todo el barranco, su fosa séptica y un desvío y continuidad del barranco hacia el río Múrtigas.

Asimismo, se mejoraron diversas calles del pueblo, como la de Gumersindo Márquez, que costó 8.802 pesetas, pagándose a los trabajadores una media de entre 900 y 1.270 pesetas por su esfuerzo.

Además de otras obras fundamentales durante la II República, como el nuevo Ayuntamiento o el campo de fútbol, la fiebre de obras continuó tras la Guerra Civil. En la zona del barrio de Los Riscos, fue derribado un muro que existía en su entrada, realizándose el alcantarillado del área y canalizándose la Regadera que aún hoy se conserva.

Se transforma la Plaza del Marqués de Aracena, retirando los dos abrevaderos o fuentes existentes, la rampa de acceso a Los Riscos, ubicando la fuente de la Inmaculada en la Plaza del Ayuntamiento y haciendo accesible el barrio por esa parte de la plaza en lo que hoy es la calle de la Cultura, aunque esta actuación supusiera la división de la zona, quedando separada el que hoy constituye el Rincón de Fray Alberto.

Con la llegada del periodo de posguerra, hubo proyectos que se abandonaron, como el proyecto del cuartel de la Guardia Civil que se manejaba en el Consistorio desde los 30 se abandonó, por lo que las instalaciones siguieron en la carretera hasta su traslado.

En 1949 surgió el edificio de la Estación Agrícola. El pueblo demandaba otro crecimiento por la carretera para unirlo con la zona de casas de aperos y el caserío de La Morera que estaba separado del pueblo por la larga avenida de arboles que se dirigían hasta El Cenagal.

Otro dato curioso es la llegada a Galaroza del teléfono, que está registrado en el legajo 134 del Archivo Municipal. Llegó este invento a Galaroza en julio de 1931 con la instalación de una subestación telefónica. Debemos tener en cuenta que por aquel entonces Telefónica de España solo hacía llegar este avance a localidades mayores de 4.000 habitantes. En Galaroza se hizo una excepción, ya que contaba con 2.821 vecinos, si bien finalmente la compañía no cumplió estrictamente sus compromisos.

Esta divulgación de datos corresponde al proyecto ‘Rescate de la Memoria cachonera, el rescate del olvido’, impulsado por el Ayuntamiento de Galaroza y apoyado por la Consejería de Presidencia. Para la Asociación Cultural Lieva constituye una de las actuaciones principales de su 20º aniversario, que se desarrollará durante 2019, y para el que cuenta con la colaboración de instituciones como la Fundación Unicaja.