viernes. 26.04.2024
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Los fosfoyesos y las cenizas radiactivas se quedarán en las marismas del Tinto

El director técnico del proyecto de Fertiberia, Juan Ramón Miró, no contempla otro escenario distinto a la solución de encapsulamiento que está sobre la mesa. Fertiberia confía en que el Gobierno y la Junta de Andalucía den las autorizaciones ambientales a un plan tutelado en todo momento por la Audiencia Nacional
Los fosfoyesos y las cenizas radiactivas se quedarán en las marismas del Tinto

Habitualmente los fosfoyesos se remueven por tres motivos: los temporales atlánticos y cada vez que hay elecciones. O cuando el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) emite un informe y Huelva aparece citada en relación a la radiactividad que contienen los residuos depositados en las marismas del Tinto, incluido el 'regalo' de 7.000 toneladas procedentes Acerinox. Estamos en el segundo de los casos, el electoral.

Acompañado por el gerente de la Aiqbe, Rafael Romero, el director técnico del proyecto de restauración de las balsas de fosfoyesos presentado por Fertiberia, Juan Ramón Miró, mantiene que el plan presentado por la empresa que fue condenada por la Audiencia Nacional a buscar una solución al problema de vertidos generado durante medio siglo “es el más adecuado y la mejor alternativa posible para regenerar las 720 hectáreas afectadas”. Miró tiene claro que no es factible la retirada de los fosfoyesos de las marismas por eso dice no entender a los grupos que exigen que se lleven fuera los residuos.

A juicio del portavoz de Fertiberia en este asunto, las administraciones competentes, Ministerio de Transición Ecológica, Consejería de Medio Ambiente y Ayuntamiento de Huelva tienen en su mano agilizar, o no, las autorizaciones ambientales que posibiliten la regeneración de la zona. De momento, Fertiberia asegura que ha respondido a las 1.345 alegaciones presentadas por las administraciones y los grupos interesados en el tema.

Fertiberia, de momento, no contempla un Plan B para afrontar un hipotético rechazo administrativo a su proyecto, diseñado por la empresa americana Ardaman, la cual ha elaborado "con éxito" más de 60 proyectos de clausuras de balsas en otros países del mundo. Y confía ciegamente en que su plan reciba el visto bueno porque está siendo tutelado por la Audiencia Nacional en coordinación con el Gobierno y la Junta de Andalucía. Miró recordó que el Ministerio ya se ha pronunciado sobre la idoneidad del mismo, que está a la espera de la Declaración de Impacto Ambiental gubernativa y de la Autorización Ambiental que debe firmar la Junta de Andalucía.

Un proyecto valorado en casi 70 millones de euros por Fertiberia que se implementará en una década de actuación in situ y otros treinta años más para su vigilancia y control. En una frase: para Fertiberia resulta inviable llevarse de las marismas 80 millones de toneladas de fosfoyesos a razón de 500 camiones diarios durante 30 años.

Sobre el rechazo político que ha suscitado el proyecto en la Junta de Andalucía y en el Ayuntamiento de Huelva, Juan Ramón Miró dice que no ha oído la opinión de la Administración regional después de presentar las mejoras al proyecto, incluida la respuesta y posibilidades de tsunamis o sismos. Y tampoco ha confirmado que el Ayuntamiento de Huelva presentara el informe de incompatibilidad urbanística relativo al Plan General de Ordenación Urbana que anunció en su día.

El director técnico del proyecto de Fertiberia sí reconoció que actualmente se produce el contacto entre el contenido de las balsas de fosfoyesos y las aguas de la ría de Huelva. Y ese es precisamente el objetivo del proyecto: encapsular los residuos y confinarlos garantizando que ese contacto que se produce por el flujo mareal no se siga dando. Y no lo duda: el Plan de Fertiberia evitará las filtraciones al Tinto en los 60 canales mareales existentes.

Por su parte, Rafael Romero, gerente de la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva insistió una vez más en la mala influencia que sobre el proyecto de recuperación de las balsas de fosfoyesos tienen los procesos electorales y “los grupos políticos que se alimentan de esta polémica, que entorpece el proceso”.

De las 720 hectáreas que incumben a Fertiberia, la zona que presenta más complejidad es la número 4, donde se encuentran alojadas las 7.000 toneladas de cenizas radiactivas que fueron vertidas allí tras el accidente de Acerinox hace una década. Esta zona también está incluida en el proyecto de sellado final aunque desde la empresa y desde la Aiqbe se rebaja su peligrosidad y se confina el problema a poco más de 1.600 metros cuadrados contaminados por Cesio137, el tamaño de un campo de balonmano. Sobre la radiactividad general de las marismas del Tinto apuntada en el informe del Consejo de Seguridad Nuclear, desde Fertiberia y Aiqbe se mantiene que su influencia sobre la salud de las personas es nula, mucho menor a la que se produce al volar en un avión, someterse a un escaner o a convivir en zonas con alta presencia de granito o terrenos de naturaleza uránica.

Aiqbe ha aprovechado la jornada de explicaciones sobre su proyecto convocada por Fertiberia para pedir a las administraciones que a partir de ahora se le exija a todas las empresas el mismo rigor en los proyectos de sellado de balsas de residuos y vertederos que se le está pidiendo en este caso.

Rafael Romero ha pedido que "no se estigmatice a Huelva" cuando en el mundo hay unas "3.000 millones de toneladas apiladas". Y ha subrayado que en Florida, por ejemplo, se ha llevado a cabo un plan similar en condiciones "idénticas" siendo también una zona de marisma. "¿Si se ha hecho en otras partes del mundo por qué no se va a hacer aquí en Huelva?", se ha preguntado Juan Ramón Miró.