viernes. 29.03.2024
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Carmelo Rufo presenta el libro ‘Nunca faltaron flores’

Julia. Una historia de vida, intensa, trepidante, dura. El autor nervense, propietario del Restaurante Época en Riotinto, cocina ahora una narración muy emocionante, de guerras y pasiones encontradas, recuerdos... cartas
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Carmelo Rufo presenta el libro ‘Nunca faltaron flores’

Carmelo Rufo, de Nerva, propietario del Restaurante Época ubicado en Riotinto, ha recogido en un entrañable libro ‘Nunca faltaron flores’ las historias que le contaba su bisabuela. Julia Rufo. Así se llamaba esta mujer que arriesgaba su vida en la Guerra Civil para ayudar a la gente, a su gente.

Rufo, con los recuerdos de su bisabuela, ha hilado una historia emocionante, bonita, muy libre, que llena al lector y lo envuelve en los humos de la Cuenca Minera, en la fusilería de los días de plomo y fuego.

Julia Rufo, la protagonista del libro, de la historia de vida, que es lo que es el texto, una historia de vida, trepidante, incansable fue una mujer anónima. Valiente, muy valiente. Se acercaba al cementerio de Nerva después de las ejecuciones sumarias para comprobar si había alguien con vida. Tantas cosas se contaban que ella, atrevida, solidaria no se  lo pensaba. Luego, en plena dictadura llevaba flores al lugar donde las tropas fascistas fusilaron a cientos de mineros y vecinos de la Cuenca, en el sendero del cementerio de Nerva.

El libro de Carmelo Rufo se presentó el 29 de junio en el Museo Vázquez Díaz de Nerva, pueblo que atesora gran tradición literaria y que respondió a su llamada. En Nerva se aprecian las letras. El pueblo es así. Siempre fue culto y amante de la narración, de la poesía, de la pintura, de las artes. Y aguanta. Mantiene la cultura y a sus nombres cultos.

Guerras. Fusilamientos. Julia Rufo tuvo una vida intensa. Tan intensa que hasta vivió con apenas siete años el terrible 1888, El año de los tiros. Y Carmelo escribe en su libro cómo lo contaba Julia, cómo lo vivió. Muerta de miedo estaba, pero recuerda la voz dulce de su madre calmando los recuerdos y el momento.

Todo eso cuenta Carmelo Rufo.

Ahora lo lleva a Higuera de la Sierra, el 9 de septiembre. Higuera, el pueblo que vio nacer a Julia y donde comenzó el aprendizaje en una vida dedicada a cuidar a los demás. Lo ha hecho todo a pulso, la edición, las presentaciones, la publicidad. Un valiente. Se autofinancia, Restaurante Época y Fundación Atalaya. Porque los que escriben libros y se dedican a llevarlo de pueblo en pueblo están hechos de otra madera. Es una misión imposible en este mundo de fakes, tablets, ebook, móviles inteligentes y Facebook variados.