viernes. 29.03.2024
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Opinión

Tan lejos de Dios

Pese a la expectación de algunos ciudadanos que se apostaron en sus andenes, para ver llegar al tren que llegaba de Sevilla, solo pensar que en ese viaje de menos de cien kilómetros lleva una hora y media, y sin rastros del AVE en décadas, no puede dar lugar a ningún optimismo

Una imagen vale más que mil palabras. Como la que salía en este Diario, y se hizo viral, donde la provincia de Huelva, en color rojo, era la única de España donde no está previsto que llegue el AVE. Y si es grave esta situación, lo es más todavía al ubicarse a escasos 90 kilómetros, del primer punto a donde llegó la Alta Velocidad Ferroviaria, a saber : Sevilla, en el famoso 92. Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos, dixit el presidente Mejicano Porfirio Díaz. Metafóricamente, por supuesto, sería equiparable a lo que nos sucede con nuestra provincia limítrofe en materia de infraestructuras. Hace un par de artículos, ya comenté este déficit, refiriéndome a la necesidad de la conocida como autovía de “ la cuenca minera”.

Pues bien, hace unos días se inauguró la nueva estación de trenes de Huelva, con las mismas vías del siglo XIX, y sin todavía rematar las infraestructuras necesarias para el aparcamiento y acceso de los viajeros. Pese a la expectación de algunos ciudadanos que se apostaron en sus andenes, para ver llegar al tren que llegaba de Sevilla, solo pensar que en ese viaje de menos de cien kilómetros lleva una hora y media, y sin rastros del AVE en décadas, no puede dar lugar a ningún optimismo. En concreto, dentro de los presupuesto generales del Estado en materia ferroviaria, solo hay presupuestados 50.000 euros para el mantenimiento de la linea Huelva – Zafra. Tendremos que ser más reivindicativos, por ello es bueno la reciente creación de una agrupación de intereses para las infraestructuras, que si duda necesitará manifestaciones públicas en la calle, para sacar a esta provincia de su aislamiento en cuanto a las infraestructuras.

P.D. Escribo este artículo, el 25 de Abril, un día de sobresaltos informativos. Por un lado, hemos asistido a uno de los episodios más lamentables de la política en cuanto a la asunción de responsabilidades. Cifuentes dimite al ser pillada en un burdo hurto, de dos cremas faciales en un supermercado hace siete años. Ojo, no por dejar a los pies de los caballos a la Universidad Pública, obteniendo un Master por la cara, algo que a muchas familias les supone un esfuerzo tremendo, para asegurar el futuro de sus hijos. Una vez más, como dijo un Magistrado, la Ley está pensada para el que roba gallinas, no para quien defrauda millones. Tan lejos de Dios están estos políticos que se mueven entre conspiraciones, que luego se vuelven en su contra, para conservar el cargo a toda costa, sin el mínimo rubor y pese a quien pese. Por otro lado, ese mismo día, y no es casualidad, una buena noticia por fin. Gracias a las movilizaciones de los pensionistas, y a la presión del PNV sobre el Gobierno, se subirán las pensiones, revalorizarlas con el IPC en 2019, y aumentando la base reguladora de las de viudedad hasta el 60%. Eso es populismo, recuerdan quien lo decía.