viernes. 19.04.2024
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La afición también le da un 'toque' a los jugadores del Recreativo

La asistencia al Nuevo Colombino ha caído en los dos últimos partidos en Huelva, aún quedan unos 1.500 socios por pagar y ni la Federación de Peñas ni el Trust han anunciado excursiones para Mérida.
La afición también le da un 'toque' a los jugadores del Recreativo

La afición del Recreativo se ha ganado un sitio entre las mejores de España por demostrar un elevado grado de fidelidad a su equipo en los peores momentos de la historia del club. Pero su absoluta identificación con los colores, el escudo y la trayectoria del Decano no debe ser confundida con un cheque en blanco hacia los jugadores, en el caso de que estos, como sucede esta temporada, defrauden a sus seguidores.

Y al igual que han hecho César Negredo o José Antonio Cabrera, la grada del Nuevo Colombino también le ha dado su particular 'toque' de atención a los futbolistas que integran el actual plantel recreativista. Lo ha hecho de forma activa, con silbidos y protestas en los últimos encuentros disputados en Huelva, pero también de forma pasiva, con su indiferencia y, en muchos casos, con su decisión de no acudir al campo.

No es casualidad que los dos últimos partidos del Recre como local hayan registrado las dos peores entradas de la campaña. Ni que de los 10.000 socios que se hicieron en verano, aún queden unos 1.500 por pagar su carnet de abonado. O que no se hayan organizado excursiones a Mérida más allá de la del Frente Onuba -ni la Federación de Peñas ni el Trust han comunicado nada al respecto-, pese a ser uno de los desplazamientos más cómodos del curso y ser el sábado un día ideal para viajar.

Nadie duda que si el Recreativo finalmente tiene que jugarse la salvación a cara de perro, los desencantados con el equipo volverán al campo y muchos de ellos se trasladarán a dónde haga falta. Por no decir de ese núcleo duro de unos 5.000 aficionados que continúa asistiendo al Nuevo Colombino, pese a espectáculos tan penosos como el día del Villanovense.

Aunque sólo sea por ellos, los futbolistas del Decano deberían morir en cada partido para evitar la amenaza de un descenso a Tercera División, que podría dar al traste con todos los esfuerzos realizados por la afición para salvar al club de la desaparición en estos últimos años.