viernes. 29.03.2024
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La escasez de conejos en Doñana amenaza el futuro del lince

El censo del felino pasa de 41 ejemplares en 2002 a 80 en la actualidad. Las organizaciones ecologistas piden ya una intervención continuada para aumentar la presencia de conejos en el Parque Nacional y su área de influencia para garantizar la subsistencia de la especie.
La escasez de conejos en Doñana amenaza el futuro del lince

Después de dos décadas de implementación de planes de protección del lince ibérico, de recuperación de la especie y de cría en cautividad el panorama que presenta el futuro del emblemático felino se presupone sombrío. No se trata de un aumento incontrolado de la mortandad  por enfermedades y atropellos sino por la escasez de comida, especialmente conejos, en el Parque Nacional de Doñana y su entorno de las provincias de Huelva y Sevilla. Las organizaciones ecologistas reconocen el gran esfuerzo inversor que han hecho las administraciones a la hora de poner en marcha medidas que eviten atropellos: instalación de mallas, mejoras de carreteras o pasos para la fauna. Sin embargo, desde WWF, su portavoz para el Espacio de Doñana, Juan José Carmona, se muestra tajante: sin conejos la subsistencia y multiplicación de la especie es muy difícil.

Carmona ha explicado que la población de lince ibérico empieza a subir de manera importante desde la puesta en marcha del plan de cría en cautividad, el número de muertes por atropello ha bajado gracias a las medidas preventivas en carreteras como Hinojos, Chucena, Villamanrique, Mazagón y Matalascañas aunque el arreglo y mejora de otras vías hace que el riesgo y las muertes por atropellos persistan.

Tanto se incrementa  que en 2013 se bate el récord de presencia del felino y llega a los 93 ejemplares, una cifra que ha bajado y parece estabilizada en 80 ejemplares censados en Doñana y su entorno ahora mismo, según los datos aportados por la Consejería de Medio Ambiente. Hay que tener en cuenta que en 1980 había 50 ejemplares, casi igual que en 1966.

Este descenso se debe principalmente a la escasez de comida. “El conejo ha ido descendiendo de manera brutal hasta el punto de que el territorio no tiene suficientes para alimentar al lince”, explica Carmona. Esta circunstancia obliga a los ejemplares a moverse más por el territorio, a chocar por su subsistencia, aumentando el riesgo de atropellos y a tener que buscar lejos de las zonas protegidas el alimento.

Sin duda, es más fácil que fallezcan linces por atropello o furtivismo cuanto más se alejen de sus zonas protegidas. Por eso, desde WWF se reclaman más medidas a las autoridades medioambientales tendentes a incrementar la presencia de conejos.

El número de linces por hectárea ejemplifica muy bien este problema. Mientras que en el año 2004 un lince ocupaba 4,14 hectáreas para su campeo en el año 2016 los 74 linces censados han ocupado nada menos que 667 hectáreas, o lo que es lo mismo cada ejemplar necesita 9 hectáreas para su desenvolvimiento, más del doble que hace doce años. “Sin conejos las hembras no parirán más cachorros”, subraya.

Las cifras proporcionadas por el proyecto Life-Iberlince (Recuperación de la distribución histórica del lince ibérico) lo dejan claro. En 14 años se ha pasado de los 41 ejemplares censados (año 2002) a los 72 existentes a finales de 2016 y unos 80 hoy solamente en el área de Doñana. La especie ha ganado apenas 40 ejemplares. En Andalucía esta cifra ha pasado de los 94 a los 389 durante el mismo periodo.

Atropellos y 55 muertes sin explicación

En cuanto a las muertes, desde 1982 se han producido más de 200, la mayoría por atropello, aunque llaman la atención las 55 contabilizadas por causas desconocidas. Enfermedades, furtivismo, peleas entre individuos y ahogamiento han sido otras causas para la estabilización de la población. En Doñana y su entorno, más de 160 ejemplares han perdido la vida en los últimos seis lustros.

Los responsables del proyecto Life consideran en su última Memoria publicada que “la dinámica de las poblaciones de lince ibérico sigue estando muy regulada por la influencia negativa de la nueva cepa de la enfermedad hemorrágica (EHVb) que ha provocado una disminución notable de las poblaciones de conejo silvestre en toda la Península, viéndose especialmente afectadas Cardeña-Andújar, Doñana-Aljarafe y Guadalmellato”. Según los datos apuntados por los expertos, “los efectos de la EHVb están provocando un reajuste de las poblaciones linceras de Cardeña-Andújar y Doñana-Aljarafe a la nueva capacidad de carga del medio, un incremento de las áreas de campeo de los felinos y de la superficie de sus territorios, con los consecuentes riesgos que esto conlleva.

Ante la disminución de las densidades de conejo, la CMAOT puso en marcha en 2013 un plan de choque en Doñana-Aljarafe y Andújar-Cardeña con repoblaciones de conejos silvestres mediante la puesta en carga de los cercados de cría de conejo construidos con Life anteriores. Estas repoblaciones han ayudado a frenar la caída del censo lince ibérico y están conteniendo el desplome de las poblaciones de conejo.

En este plan colaboran todos los socios de proyecto Iberlince que están trabajando en Andújar: WWF, Fundación CBD Hábitat y Magrama. A pesar de lo anterior, la población lincera andaluza mantiene la tendencia al alza, llegando a 389 Linces ibéricos en 2016, frente a los 361 de 2015. Si bien es cierto que en principio se produjo un descenso del número total de ejemplares en Andújar-Cardeña y Doñana-Aljarafe respecto a los máximos poblacionales previos a la aparición de la EHVb, este año ya parece haberse iniciado la recuperación de Andújar-Cardeña. Según el último informe de 2016, el refuerzo genético sigue dando buenos resultados y parecen estar disminuyendo las enfermedades como causa de muerte en Doñana. Se está realizando un análisis detallado de la repercusión de este refuerzo genético que aclarará los beneficios de esta acción.

Los expertos que manejan los planes de recuperación de la especie recomiendan el control poblacional y sanitario para prevenir el contagio de enfermedades debidas a la acción humana y la mejora de la conectividad al tiempo que una desfragmentación del hábitat para hacer frente a los atropellos.

La genética de Sierra Morena, la mala salud del lince marismeño y el gran incendio

El trabajo de seguimiento realizado a la especie subraya que “dada la baja variabilidad genética de la población de lince ibérico de Doñana frente a la de Sierra Morena (Godoy, EBD, CSIC), se inició con el proyecto LIFE anterior una acción de refuerzo genético  con linces procedentes de Sierra Morena”.  Y aclara que, “toda la información generada con el refuerzo genético y su seguimiento está siendo analizada para intentar concluir los efectos que ha tenido sobre la población de Doñana-Aljarafe, aunque se puede adelantar que actualmente el 60% de los cachorros que nacen en Doñana-Aljarafe son descendientes de los linces liberados procedentes de Sierra Morena y que la causa de muerte por enfermedad parece haber decaído”.

Quedan por conocer las consecuencias para la especie y el impacto en la población felina que ha tenido el grave incendio que sufrió el entorno de Doñana durante el pasado verano. Varios miles de hectáreas de paso y uso del lince ibérico quedaron completamente arrasadas con indudable repercusión en las poblaciones y la biodiversidad de la zona.

El objetivo principal de este programa Life es la creación de nuevas poblaciones de la especie mediante la selección de áreas bien conservadas de Portugal, y en las comunidades autónomas de Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia y Andalucía para su reintroducción, consiguiendo que estas zonas vuelvan a contar con la presencia de este felino. En este sentido, el consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, ha recalcado que “2016 y 2017 han supuesto un considerable avance de los objetivos del Life+Iberlince y así lo demuestran los datos del censo de 2017 aún provisionales”. Por el momento, al 80% del trabajo de conteo, se han censado 382 ejemplares en Andalucía. El año pasado, el censo definitivo mostraba que la población de linces ibéricos en la región alcanzó los 397 ejemplares. El consejero de Medio Ambiente ha subrayado el ascenso de la especie en el área Doñana-Aljarafe, ya que los datos provisionales de 2017 muestran que ha habido un repunte y se ha pasado de 74 en 2016 a 80 este año.