jueves. 28.03.2024
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Peritos subrayan el escenario dantesco del crimen de Almonte y creen que el autor conocía la vivienda

Los guardias civiles que realizaron la segunda inspección ocular han llamado la atención sobre la gran cantidad de sangre, sobre todo al final del pasillo y en la habitación de matrimonio
Peritos subrayan el escenario dantesco del crimen de Almonte y creen que el autor conocía la vivienda

Los guardias civiles que realizaron la segunda inspección ocular en la vivienda del doble crimen de Almonte donde aparecieron fallecidos un padre y su hija de ocho años en abril de 2013 han asegurado este martes que el episodio vivido el día de los hechos fue "brutal" y han asegurado que es "muy probable" que la persona que cometiera el crimen conociera la distribución de la casa.

Durante la sesión del juicio contra F.J.M. -único acusado por estos hechos-, ante el tribunal del jurado en la novena sesión en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva, los dos guardias civiles han especificado que realizaron dicha inspección entre el 8 y 11 de mayo y les llamó la atención la gran cantidad de sangre, centrada sobre todo en el pasillo y entrada al dormitorio de matrimonio, que pone de relieve que "hubo una pelea" y el escenario fue "violento", sobre todo en el acceso al dormitorio principal.

Tras dejar claro que el protocolo realizado para la recogida de muestras y evidencias fue el establecido por la ley y que es el mismo para el ADN, han subrayado que las muestras quedan documentadas y precintadas, al tiempo que ambos agentes han descartado que las puertas de la casa fueran forzadas y que el móvil fuera un robo puesto que no presentaban las estancias un especial desorden o signos de búsqueda. De hecho, han apuntado que una hucha metálica con unos 300 euros estaba en su lugar.

Asimismo, han indicado que recogieron muestras de distintas partes de la casa como cerraduras, sábanas, colchas, muestras de sangre, pelos u otros restos compatibles con restos biológicos, sobre todo del cuarto de baño del dormitorio principal y del propio dormitorio. Según han remarcado, la cantidad importante de sangre y golpes en el pasillo evidencian que fue una "pelea violenta y brutal".

Además, los agentes han añadido que en el dormitorio principal había muchas pisadas, "propias del trasiego" por la entrada de otros investigadores o forenses para el levantamiento de los cadáveres. En esta línea, han apuntado que las manchas a distintas alturas reflejan que hubo varios niveles de agresión, sobre todo "en la parte final del pasillo y en la habitación principal".

La recogida de muestras prosiguió por los dos baños de la vivienda y también en el cuarto de la menor, donde "la cantidad de sangre es significativa" y, aunque no hay muebles volcados o desordenados, se vislumbra por los indicios que "hubo un episodio violento", aunque menor debido a la edad de la pequeña.

En concreto, han explicado que las manchas de sangre en la cama de la niña son "de depósito", es decir, consideran que estuvo "un tiempo considerable" sangrando. "Lo más probable es que estuviera viva un tiempo considerable" puesto que "de haber estado muerta el sangrado se hubiera detenido".

A preguntas del Ministerio Fiscal, han señalado que es "probable" que el agresor conociera la distribución de la casa y que entrara "a matar" por la carga de violencia que se evidencia en un corto periodo de tiempo.

Además, uno de los agentes ha señalado que la casa tiene "cierta complejidad" en su distribución al contar, por ejemplo, con un baño al fondo del cuarto principal. "La disposición de la vivienda me llamó la atención", ha agregado, asegurando que es "probable" que el autor de estos hechos conociera la casa.

Asimismo, los agentes también consideran "probable" que accediera a los baños y que los utilizara, a la par que han dejado claro que ellos accedieron al baño siempre una vez realizadas las fotografías previas para no interferir en el escenario del crimen.

Cerraduras no forzadas

Por otro lado, han declarado también dos agentes que realizaron un informe sobre las dos cerraduras de la vivienda, la del rellano y la de la entrada, y ambos coinciden en que no presentan signos de haber sido forzadas, que se abrieron con una llave copia y que los roces que presentan son los propios del uso.

Del mismo modo, respecto a que las puertas fueran abiertas con el 'método del resbalón' -relativo a hacerla con una tarjeta o radiografía-, han explicado que para realizar esta maniobra hay que tener cierto conocimiento y lo ven poco probable porque justo debajo de la casa hay un bar y la persona que abriera la casa tendría que haberlo hecho rápido y sin llamar la atención.

Por ello, han dejado claro que "tendría que ser una persona muy hábil" para abrir mediante ese método, a la par que han explicado que tampoco se utilizó el método bumping, mediante el cual se introduce una llave y se golpea para bajar los pistones. "No aparecen lesiones de esos sistemas invasivos", han recordado, descartando también que se usara una llave maestra, aunque han aclarado que esta posibilidad no deja huella alguna.

Las salpicaduras y manchas de sangre

Finalmente, han prestado declaración los dos agentes del Instituto Armado que realizaron un informe sobre las salpicaduras de sangre y gotas halladas en la vivienda con el fin de determinar el origen de las mismas y poder definir la direccionalidad de la sangre y la posición de las personas en el momento de las heridas.

En este sentido, han apuntado que utilizan un programa específico para ello y que el análisis se realizó en la habitación principal donde apareció el cadáver del hombre y había manchas en la pared, mientras que en el de la niña no se pudo realizar al no haber salpicaduras suficientes para hacer el estudio.

En sus conclusiones determinan que hay cinco puntos posibles de origen de las manchas de sangre y pueden fijar la posición del cuerpo cuando recibe las puñaladas puesto que se establecen diferentes alturas y espacios. "Hay movimiento entre unas y otras", han añadido los agentes, remarcando que se fija un plano descendente al ir cayendo.

A preguntas de la defensa del acusado, que ejerce el letrado Juan Ángel Rivera, han subrayado que siempre realizaron su labor después de los compañeros encargados de la inspección ocular con el fin de no contaminar ni interferir en la escena del crimen, señalando que no modificaron nada de la vivienda, ni de los cuartos de baño ni del salón.