sábado. 20.04.2024
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La pintora Lola Reymundo, autora del cartel taurino de las Colombinas 2.017, el cartel debe ser un grito en la pared

Hace ahora un año que tuve la suerte de entrevistar por vez primera a esta señora de la pintura, Lola Reymundo. Exponía entonces en el Hotel Tartessos de la capital su colección de Cuadernos Ruedo Onubense
La pintora Lola Reymundo, autora del cartel taurino de las Colombinas 2.017, el cartel debe ser un grito en la pared

Hace ahora un año que tuve la suerte de entrevistar por vez primera a esta señora de la pintura, Lola Reymundo. Exponía entonces en el Hotel Tartessos de la capital su colección de Cuadernos Ruedo Onubense, que todos los años, desde hacía seis, sacaba para los amantes de la tauromaquia. Me habló y habló de su vida y de su ligazón por parte paterna, era empresario de la plaza de Toros de Mérida y Badajoz, edificada en 1834, junto al encantador Parque de La Piedad, al mundo taurino. Después hablaremos de ello, porque a veces el destino se empecina en encuentros que te saben a miel, como el oro del traje de luces. Ahora quiero recordar, a modo de vaticinio, el final de aquella entrevista en la que le aventuraba”… Yo sé, Lola Reymundo, dentro de unos meses volverás a plasmar tu maestría en el aroma de la antigua Plaza de La Merced, bajo la presencia testifical del tendido de Los Sastres. Gracias, Artista.”

Y hace unos días leo en Huelva Información, la noticia de la presentación de las corridas de la presente Colombinas 2.017, que la autora del cartel taurino eras tú. Lola Reymundo. Por un lado, tengo que decirte que me enfadé por estar ajeno a ello. Pero, por otra parte, mi alegría fue tan inmensa que devoró cualquier atisbo de enfado. Te lo mereces. Nadie como tú, como pintora, puede captar el universo del toreo a través del cartel más grande de los que se realizan en España. Lo miré una y otra vez hasta conocerlo en todos sus más nimios detalles y cada vez que lo hacía más me gustaba y más orgulloso me encontraba de tu persona. ” Quería innovar, Miguel. siempre hay que renovarse. En este caso creí oportuno utilizar el diseño con la colaboración de Alberto Latín. Creo que en el cartel se recogen todos los elementos que conforman estas Fiestas Colombinas tan nuestra. Aparece el toro como figura principal y representativa de los españoles y de los americanos, un toro bravo, con fuerza,  y dentro del animal, la figura señera de la feria torera, nuestra Plaza de Toros de La Merced en diferentes épocas de su dilatada vida. Y en el fondo, como telón de la unión hispano-americana que se conmemora, esa especie de mapa cartográfico o carta marina en el que aparecen los dos mundos unidos como homenaje al 525 aniversario de nuestra llegada a América…¡Ah y todo en blanco y azul!. Yo soy de Almendralejos pero me siento y quiero tanto a esta tierra después de 26 años viviendo aquí, que se me viene siempre a la boca el ánimo a Huelva, la reivindicación de Huelva, la lucha por Huelva. Además, salimos del clásico cartel del torero inmóvil frente a un toro de grandes cornamentas, que a mi me parece ya fuera de lugar, desfasado y engañoso. El  cartel es un grito en la pared.

Lola Reymundo se licenció en Bellas Arte en la Escuela de Santa Isabel de Hungría y realizó cursos de Grabado y Diseño en la Menéndez Pelayo en el año 1.987 y desde hace quince trabaja en el Ayuntamiento de Moguer como profesora o monitora de Dibujo. Ella dice que es docente y como tal se acoge a las reglas academicistas, a la enseñanza del arte de la pintura. “Pero yo pinto lo que quiero, porque hago lo que quiero. Pinto toros o figuras de toreros o dibujo retratos  porque me gusta hacerlo, porque disfruto con ello y, con perdón, porque me da la gana. Un día, a lo mejor, pinto una naturaleza muerta u otro un bodegón. Sobre mí solo mando yo” . Y me quito el sombrero ante ella, por la madurez que cada día va adquiriendo, por su personalidad desenfadada y natural. Por eso, no tengo más remedio que reír cuando me dice que le gusta tanto el impresionismo como el expresionismo y al preguntarle que qué le parece el realismo, me mira con cara de no gustarle y me contesta “lo hago, lo puedo hacer, pero yo me compraría una máquina de fotografíar”. Y al volverle a preguntar si no es una contradicción ese realismo que consigue en sus retratos con no gustarle el movimiento realista, me contesta como si tal cosa, “… no es una contradicción. en los retratos yo pinto el alma de las personas, no el físico. Les doy mi toque personal, cojo la esencia”.

Pero lo que no puede ocultar es su amor al toro, al animal libre en la dehesa. Posiblemente se trate de esa herencia paterna, que lo lleve en su genética pero lo siente tan dentro de ella que forma parte de su pequeño y particular cosmo. Alguien escribió sobre esta temática suya. La pasión por la bravura y la estampa del toro en su soledad de la dehesa. Educó sus retinas en el policromismo del lienzo de una corrida en plaza donde la plata y el oro se mezcla con los tintes de la seda, el rojo pasional de la sangre, el azabache de la res y el hormigueo del sentimiento y del miedo, porque el miedo también tiene su color…se lo debe a su padre y a sus paseos matinales por las fincas de reses bravas”. Es la primera mujer, Lola Reymundo, que pinta en Andalucía un cartel de toros y de lo que estoy convencido que es la primera pintora en el mundo que siente al toro libre como un rey de la naturaleza, el señor en su hábitat, en su grandeza, en su imperio. Los colores del amanecer y del crepúsculo en la dehesa. La mirada altiva del toro cuando algo enturbia su paz, la paz de su territorio, la presencia extraña y ajena,. El elegante y guerrero galopar cuando se aleja en busca de la manada. Y ella se enamora de ese toro, de ese momento, de ese hábitat y lo hace suyo a través del pincel y de la paleta. Toro y dehesa. Así, hace unos cinco años, se fue a la finca de Celestino Cuadri para revivir esos momentos, para estudiar in situ la vida del rey de azabache, el dominio de su terreno, la primacía de su poder sobre otro rey en el fondo morado del amanecer. Y de esos instantes retenidos en su privilegiada retina nos vamos a favorecer todos los amantes de la buena pintura.

Porque la pintura de Lola Reymundo empieza a recoger su fruto y cada vez es requerida más su presencia en actos de este mundo. Este jueves, fruto de esa experiencia mencionada en la Finca de Celestino Cuadri (E.P.D), en el anual Pregón Taurino previo a las Fiestas Colombinas, en la Escuela de Arte y Oficio León Ortega, expondrá dos cuadros, de una dimensiones de 150 x 50, sobre distintos pasajes del toro en libertad que de seguro hará las delicias de todos los presentes. Pero para los que no puedan acudir a dicho acto, podrán disfrutar de los mismos desde este viernes, día 28 hasta el domingo día 6 de agosto, en las dependencias del Restaurante Portichuelo, en la céntrica calle Vázquez López de la capital. Y por si ya fuera poco ha sido llamada como jurado en los premios taurinos “El Cabezo”, organizado por El Cortes Inglés y el periódico Huelva Información.

Y yo personalmente solo tengo que decir que todo es poco porque se lo merece. Todo es una labor callada y oscura, de horas y días de trabajo con el cigarro y la radio como únicos compañeros. Jornadas de horas robadas al sueño y solo interrumpidas a las tres de tarde cuando marcha a Moguer a ejercer de profesora, otra de las vocaciones que la tienen enamorada, y volver a su casa y estudio. Encerrarse en ella y en sus sueños, en sus dehesas o simplemente en su rica imaginación. En el trabajo está el triunfo y yo les aseguro que ella lo hará.