sábado. 20.04.2024
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Avanzan los trabajos en el Museo del Pueblo de Riotinto

Las obras de las antiguas Oficinas Generales de la Rio Tinto Company Limited, donde irá el museo, están a punto de concluir
Avanzan los trabajos en el Museo del Pueblo de Riotinto

Minas de Riotinto va a añadir un nuevo recurso turístico a los que ya atesora. Lo hará cuando se haga realidad la apertura del denominado ‘Museo del Pueblo de Riotinto’, una iniciativa que lleva varios años conformándose, consistente en la construcción de maquetas de edificios y lugares riotinteños y que no para de avanzar.

La idea sobre la creación del Museo del Pueblo de Riotinto surgió en 2013 como “una inquietud, como una necesidad imperiosa por recuperar nuestro pasado, constantemente sometido a los vaivenes de la mina, donde las referencias físicas van apareciendo y desapareciendo según lo vaya necesitando el avance de la explotación minera”, según afirma José Márquez, uno de sus impulsores. El pueblo primigenio empezara a surgir a mediados del siglo XVIII y se fue trasladando poco a poco hasta el lugar que ocupa hoy, viendo sus habitantes cómo iban creciendo los nuevos núcleos urbanos mientras mermaba constantemente el pueblo original. El Riotinto actual es un diseño británico “lineal y frío, pensado tan solo para cubrir las necesidades básicas de la población, habiéndose perdido así la esencia, la arquitectura pura y hermosa de los pueblos de la sierra, del que Riotinto era uno más”, afirma Márquez.

El Museo del Pueblo de Riotinto quiere establecer una clara diferencia con otra institución que existe en la localidad, el Museo Minero, que gestiona la Fundación Riotinto para la Historia de la Minería, y centrado, por tanto, en la mina, en sus procesos industriales y su milenaria historia. Surge, precisamente, para complementarlo y para “rendir homenaje a los hombres y mujeres que, a mano, construyeron nuestro presente, para contar la historia social, la humana, la de estas personas, su entorno vital, sus costumbres, las cosas sencillas”.

Se trata de una iniciativa ciudadana voluntaria y altruista que fue presentada ante la Corporación Municipal y fue aceptada la colaboración propuesta. Desde entonces, se ha configurado un gran equipo humano para materializar lo que hasta entonces era tan solo una idea. En la actualidad este equipo está formado por diez personas, la mayoría antiguos topógrafos, delineantes y miembros de oficinas técnicas en la mina, y, por lo tanto, conocedores a fondo de la documentación necesaria para iniciar el trabajo del Museo.

Además de este conocimiento del terreno y de la realidad física de la zona, gran parte del equipo goza de reconocido prestigio en Riotinto también por su faceta artística, al ser excelentes dibujantes y creadores durante más de cuarenta años de la Cabalgata de Reyes, así como de distintos trabajos para diferentes exposiciones y momentos culturales de la localidad. Este equipo humano se complementa con geógrafos e historiadores, así como con investigadores locales y expertos en diseño y publicidad.

Pero, sin duda, la aportación documental más interesante es, según José Márquez, “la propia memoria de las muchas personas que aún viven y que conocieron, porque vivieron en él, la última etapa del pueblo desaparecido, sobre todo a partir de los años 30 del pasado siglo, y hasta casi la desaparición total del mismo”.

El Museo ocupará uno de los espacios más emblemáticos de Riotinto. Se trata de un imponente edificio británico de 1935, declarado BIC, donde se ubicaban las antiguas Oficinas Generales de la Rio Tinto Company Limited. El Ayuntamiento procedió a una reparación integral de la cubierta del mismo para evitar goteras y humedades, así como a la construcción de un salón multiusos donde se han desarrollado ya un buen número de exposiciones sobre los temas más diversos, así como charlas y conferencias. Este salón se integrará en el futuro en el conjunto del Museo como salón de actos y de exposiciones temporales. Dada la magnitud del edificio y la imposibilidad de acometer una reforma integral debido al coste que representaría, se está actuando por fases, estando ahora inmersos en la primera fase del Museo del Pueblo, cuyas necesarias obras de adaptación y reformas están ya a punto de concluir. La intención final es convertir todo el edificio en un gran espacio cultural, que contenga la historia de Riotinto, así como el archivo municipal y diferentes salas de estudio y de investigación.

También se está afrontando la tarea de recuperar mucho patrimonio perdido, como el mobiliario original del Ayuntamiento, verdaderas obras de arte en madera, o la recuperación de varias campanas de principios del siglo XX, una de ellas datada posiblemente en la segunda mitad del siglo XVIII y perteneciente a la primera ermita dedicada al patrón de Riotinto, San Roque.

Antes de estar abierto al público, el proyecto ya ha sido distinguido en 2016 con el Premio Especial a la conservación del Patrimonio, por parte del Colegio Oficial de Arquitectos de Huelva, lo cual respalda el trabajo de los vecinos y augura un futuro de éxito a esta iniciativa ciudadana cultural y patrimonial.