viernes. 19.04.2024
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El comisario de Huelva justifica su medalla: "Me he jugado la vida más de 30 veces"

Asegura que ha lidiado con terroristas, personas del crimen organizado que utilizaba material de Guerra y participó en la mayor incautación de cocaína en tierra de toda Europa
El comisario de Huelva justifica su medalla: "Me he jugado la vida más de 30 veces"

El comisario jefe de Operaciones de la Policía Nacional en Huelva se ha defendido de las acusaciones llevadas a cabo por el diario El País y que han salido a la luz tras una investigación en el Congreso de los Diputados por la labor del ex ministro del Interior Jorge Fernández Díaz. En esta investigación salieron a la luz diversas concesiones de medallas que no cumplían con el reglamento interno ya que no se concendían por valentía en el servicio o por ser herido en el transcurso de sus labores. Uno de los casos más significativos, fue el del segundo mando policial de Huelva Luis Esteban al que se le concedió la medalla por haber mejorado la imagen de la Policía Nacional tras ganar el 'rosco' de Pasapalabra.

 Luis Esteban ha querido defenderse de estas acusaciones y ha enviado una carta al director a el diario El País ya que a su juicio la noticia es "un cóctel confuso compuesto por medias verdades y trascendentes omisiones de datos".

Esteban asegura que la “medalla al valor” no conlleva un incremento del diez por ciento del sueldo, sino sólo del salario base y trienios, lo que se traduce, "en mi caso, en un aumento real del 3,5 por ciento en mis emolumentos".

Esteban reconoce en su carta que dicha condecoración está ideada para agentes que hayan sido heridos en acto de servicio o que hayan tomado parte en operativos de gran trascendencia policial o en tres o más dispositivos en los que se hubiera evidenciado un serio riesgo para su integridad física. Por ello, Esteban ha querido aclarar su trayectoria profesional.

"Ingresé en la Policía Nacional hace 22 años. En este tiempo, he recibido más de 170 felicitaciones públicas, cifra abrumadoramente superior a la media. Durante diez años, dirigí el GOES (Grupo de Operaciones Especiales) en Cataluña. Con las mismas manos con las que tecleo esta carta, y junto a los policías que estaban bajo mi mando (a los que aprecio como leales hermanos de armas) detuve a decenas de terroristas, reduje y puse a disposición judicial a innumerables delincuentes armados, asalté algún domicilio infestado de explosivos, perseguí a fugitivos a más de 200 kilómetros por hora y me enfrenté a miembros del crimen organizado que portaban armamento de guerra.

Según esteban: "nos jugamos el pellejo no tres veces, como marca la norma, sino muchas más de treinta. Únicamente la profesionalidad de esos hombres valientes a los que tuve el honor de comandar evitó desgracias físicas irremediables. Durante mi etapa como investigador, participé en la resolución de docenas de extorsiones y varios secuestros, en ocasiones con riesgo para nuestras vidas".

Esteban ha recordado que también tomó parte en la mayor incautación de cocaína (4.500 kilogramos) jamás registrada (en tierra) en la historia policial europea, incautación "que prosperó gracias a las informaciones obtenidas por el jefe de grupo y un servidor".

El propio Estaban asegura sentirse "abochornado" por tener que hacer "esta exhibición, casi obscena, de mis méritos. Jamás lo hice con anterioridad, pero la defensa de mi reputación profesional me fuerza a ello".

En el año 2014, el Jefe Regional de Operaciones de Baleares, hoy jubilado, "quiso proponerme para la concesión de la medalla roja, pero habían transcurrido sólo nueve años desde que se me otorgó la blanca, por lo que, tal como prescribe la normativa, decidió posponer la propuesta para el año siguiente". Sin embargo, en el año 2015 gané un concurso televisivo, así que la Superioridad decidió otorgarme la distinción no por mi trayectoria laboral, en la que han abundado el riesgo y la acción, sino por la positiva imagen de la Policía Nacional que, según mis mandos, proyecté durante las retransmisiones.

En lo relativo a condecoraciones," siempre he seguido la máxima castrense: ni se piden, ni se rehúsan". No obstante, si algún agente que no posea la medalla roja cree tener mayor bagaje profesional que quien suscribe, me presto gustoso a una comparación de expedientes. En caso de ser mejor el suyo, renunciaré en el acto a la condecoración pensionada e instaré de la Dirección General de la Policía la adjudicación de la misma al compañero en cuestión y culmina, ahí queda mi compromiso.