viernes. 29.03.2024
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Rescatan la efímera historia de una de las primeras empresas serranas del jamón

El investigador de Zufre Santiago González Flores divulga la corta vida de 'Duque Duque', la empresa que sobresalió en el incipiente tejido industrial de la comarca a comienzos del siglo XX
Rescatan la efímera historia de una de las primeras empresas serranas del jamón

El investigador de Zufre Santiago González Flores ha dado a conocer la pequeña historia de una empresa de jamones y embutidos serrana. Se trata de ‘Duque Duque’, una de las más destacadas industrias chacineras de la Sierra en el incipiente tejido industrial de la comarca a comienzos del siglo XX. Tuvo su sede en Higuera de la Sierra, donde disponía de un matadero y secadero, y fue fundada en la primera década del siglo pasado, extendiendo su vida hasta bien entrados los años 40.

La razón social de la empresa era ‘Duque Duque & Cía’. Sus inicios probablemente se dieron en 1919, aunque en los anuarios anteriores de España no consta. Fue creada por Manuel Duque y Carpóforo Duque como socios capitalistas y Luis Esteves como socio Industrial, los dos primeros propietarios de Zufre e Higuera de la Sierra, y el último distribuidor de carnes procedente de Cartagena. Carpóforo Duque, nacido en 1895 y fallecido en 1978, alcanzó fama y renombre como hacendado serrano, además de compartir pasado militar con José María Pemán y ser el padre del escritor Aquilino Duque.

El logotipo de la compañía consistía en una bellota estilizada en cerdo, dos trocitos de cáscara eran las orejas, el rabo era una punta de cascabullo y las patas, cuatro ramitas. El sello de hierro de su ganado eran dos ‘D’ unidas por un trazo que formaba una ‘H’, ya que una de las ‘D’ estaba invertida. Aquello significaba Duque Duque Higuera.

Según el historiador, colaborador de entidades culturales como la Federación de Asociaciones de la Sierra o la Asociación Cultural Lieva, el matadero de la empresa estaba ubicado en la calle principal de Higuera, la actual travesía de la N-433, frente al solar de lo que hoy es Bar Carmona.

La empresa disponía de una flota de tres camiones Chevrolet del 29 tipo berlina. Discrepancias entre los socios pudieron motivar que se fuera al traste tras unos ocho años de actividad.

La investigación también ha sacado a la luz el emblema de la compañía que aparecía rotulado sobre los camiones, facturas y otros soportes. Su registro sanitario era el número 72, que coincide con el de su matadero industrial.

González Flores suele aportar este tipo de historias en sus perfiles de redes sociales, descubriendo así pequeñas píldoras patrimoniales que pueden ser el germen de futuras investigaciones.