viernes. 29.03.2024
El tiempo

Mamen Zapata. Sus conversaciones solitarias en Soliloquios

Mamen Zapata. Sus conversaciones solitarias en Soliloquios

(Texto y fotos: Miguel Ángel Velasco) Mamen Zapata siempre tuvo una vida interior muy rica. Desde niña, en aquella entonces desértica y cubierta de grandes regueros de lomas de diminutos cabezos que era la Avenida Pío XII, donde en lo alto, hacia el antiguo cementerio de San Sebastián reinaba la efigie emergente de Los Maristas y en la planicie embarrada ganada al cabezo, el esqueleto de la torre de Telefónica y el colegio XXV años de Paz, por otro lado, ella tenía su mundo. Siempre le gustó la soledad antes de los juegos en grupos propios de los niños. En casa era la cuarta hija con tres hermanos mayores que la sobreprotegían. De ahí le viene una timidez voluntaria que le acompañó hasta bien entrada la juventud cuando su vida laboral y profesional le lleva por otros derroteros. Su vida, y mundo, su felicidad estaba en la soledad de su cuarto. En él se sentía reina de su palacio mágico donde cualquier disco era música apta para crear mil sueños o películas imaginarias que, pasado el tiempo, va a dejar su impronta en su forma de escribir. Al igual que devoraba los libros que caían en sus manos. Otra de sus ilusiones mayores consistía en que llegaran los fines de semana o las vacaciones para marchar a Isla Cristina, bien acompañada de sus padres o bien sola en “la camioneta” de Damas. Isla Cristina era el pueblo de su madre y allí tenía dos primas de su misma edad en las que encontró las compañeras y el lugar ideales para fomentar sus sueños de libertad y soledad consentida.

La niña Zapata siempre fue una buena estudiante y paradójicamente sus caminos fueron muy diferentes. Si en lo académico siempre se inclinó por los estudios relacionados con la sanidad, en lo profesional siempre trabajó y regentó negocios relacionados con la venta. Me explico. A los 15 años hizo Auxiliar de Clínica en el Santa María La Rábida para a continuación realizar los estudios de Educación Especial en el Instituto de Fuentepiña. La muerte de su abuela a causa del cáncer la impresionó tanto que llevó sus alas culturales hacia esta parcela. En cuanto a lo profesional, a los 17 años comenzó a trabajar como frutera en el mercado de San Sebastián. Y es en este momento, con el contacto directo al público, cuando se produce un cambio vertiginoso y radical en su mentalidad, Pero ella es una trabajadora nata que logra vencer con la lucha laboral la lucha personal que se le avecina. A los 19 años monta en Plaza Houston un negocio vitamínico durante siete años, que compaginaba, a la vez, con otros trabajos supletorios en Carrefour, de comercial o en la limpieza . Y es aquí, en el sector de la limpieza donde va a seguir su andadura al ofrecerle una empresa un contrato laboral por tres años y cierra el negocio. En 2006, ya casada con el amor de toda la vida, su Príncipe Azul, como le gusta decir, a los 26 años, y estando embarazada de de su hijo Hugo, monta un segundo negocio en la barriada de Verdeluz dedicado a las golosinas de los pequeños y no tan pequeños.

Pero hay un punto en la vida de Mamen Zapata que quisiera incluir en este momento una vez que conocemos algo de su vida. Hemos visto que desde los 15 años estudia y estudia y trabaja y trabaja sin parar en negocios propio y ajenos. No existen horas ni trabajo que la venza, Sin embargo, una sombra dolorosa encubre la vida de Mamen. La Fibromiálgia. A los 17 años se le aparece esta ignota enfermedad entonces y la sufre pasando por múltiples manos médicas sin que nadie pudiera darle, no ya una solución a sus males, sino encontrarle el remedio adecuado a algo que desconocían. Ese dolor generalizado en todo el cuerpo que representa la fibromialgia, le lleva a padecer a su vez anorexia. ¿Y cómo podía ese cuerpo pequeño, abatido por el dolor, trabajar y trabajar? Pues lo hacía y hasta los doce años de padecerla no lograron diagnosticarla. Por ello, ese cuerpo inquieto y vivo, humano sobre todo, monta Fibronuba, de la que es Presidenta, con el deseo y objeto de que la gente enferma no pasara por lo que ella tuvo que pasar. Se enorgullece al decir que ahora son setenta los asociados y más de doscientos los enfermos que han pasado por su sede. Y sobre todo por la labor y reconocimiento ciudadano y social y médico-profesional que han conseguido y vienen realizando para la sociedad onubense.

La niña de la calle Estrada Cepeda, que encontraba su mundo en el silencio y la soledad de su habitación, creaba en ella tanto su obra pictórica como literaria en potencia. Y es en esa época de ilusiones imaginarias , de sueños de amores no conocidos o vividos cuando escribe su primera novela que nunca acabó, “Eros”, que es un reflejo de los sentimientos juveniles de la niña con su soledad. Sin embargo, de aquel “Eros” hasta hoy existe un abismo. Mamen Zapata hace realidad su sueño infantil de publicar un libro propio este viernes, 28 de abril, en el Salón Rojo de La Casa Colón de Huelva, teniendo como maestro de ceremonia al gran Diego Lopa. La obra se llama “Soliloquio”. Y¿ qué es Soliloquio?, le pregunto mientras me mira con esos sus ojos tiernos y suaves. ” Son reflexiones en narrativa, Miguel. Son reflexiones que mantengo en cualquier momento del día y de distintos tipos. Tengo montones de estas reflexiones recogidas a lo largo de muchos años y no le daba la importancia debida. Sin embargo, con la ayuda de Isidoro de Apuleyo y de amigos como Manuel Jesús me hicieron creer en mi y me lancé de lleno a compilar las reflexiones que he creído más interesante para este regalo tan maravilloso. ¿Te digo una cosa, Miguel? , me dice con una sonrisa abierta de complicidad. No fué hasta en una fiesta de cumpleaños, cuando cumplí mis cuarenta y uno, el momento que le llegó a sus oídos el término soliloquio. ¿Qué significa eso? Al explicarmelo me encantó y de ahí que le viniera que ni pintado para el nombre de mi libro.

Mamen Zapata es ante todo una mujer muy espiritual a la que no le importa que le llamen “mariquilla la fantástica”. Una persona que dice tener gente maravillosa a su alrededor y que sabe que en esta sociedad hay muchas personas tóxicas pero éstas no le condicionan la vida; simplemente las margina. Ella lo que desea es vivir tranquila haciendo lo que le gusta. El amor es la vida, reconoce, y se mueve por los sentimientos, porque, en definitiva, la Mamen Zapata de ahora es sólo un reflejo de aquella niña del ayer.

A las pérdidas de tiempo.

A los si pero No.

A las decepciones.

A las esperas inútiles.

A las verdades a medias.

A las consignas que llegan de quienes no aplican ellos mismos.

A las cobardías.

A los menosprecios.

En definitiva, a todo lo que está y se estanca y no deja de ser feliz.

¡Ya es hora de sumar!

Vamos a vivir bonito…

¿Me acompañas?

Mamen Zapata