jueves. 18.04.2024
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Tradiciones como ‘Las Caras’, en Cumbres Mayores, singularizan la Semana Santa serrana

El juego de 'Las Caras' consiste en tirar dos monedas al aire y se relaciona con la traición de Judas y la entrega de Jesús por treinta monedas
Tradiciones como ‘Las Caras’, en Cumbres Mayores, singularizan la Semana Santa serrana

En la comarca serrana, el tiempo de la Semana Santa incluye numerosas manifestaciones originales que no presentan vínculo religioso alguno, pero que están enraizadas en el calendario de muchas poblaciones. Como ejemplo, podemos citar el día campestre que rodea la rosca y el huevo cocido en varias localidades, la Jira en Galaroza o la Rifa del Piñonate en Linares de la Sierra.

En Cumbres Mayores se conserva también una tradición denominada el juego de ‘Las Caras’, que se desarrolla el Jueves y el Viernes Santo. Algunos relacionan esta actividad con la traición de Judas y la entrega de Jesús por treinta monedas. Las ‘Caras’, en realidad, son dos monedas acuñadas en tiempos de Alfonso XII que se tiran al aire.

Manuel González Marín, uno de los agentes culturales más activos de Cumbres Mayores y la comarca serrana en los últimos años, a la sazón alcalde cumbreño durante varios años, nos recuerda el desarrollo del juego. El número de jugadores es variable, mínimo dos y máximo, a los que pueda responder la banca con sus apuestas. Un jugador o un grupo de jugadores es la ‘Banca’, uno de entre ellos es el que tira las ‘Caras’. Otro personaje del juego es el ‘Baratero’, dueño de las monedas, quien ayuda a la banca a ‘casar’ el dinero. Esta actividad consiste en responder al apostante con la misma cantidad que éste apuesta.

Los jugadores que quieran apostar depositan el importe que quieren jugarse en el suelo. Apuestan una cantidad determinada y la banca les responde con la misma cantidad de dinero, produciéndose entonces la acción de ‘casar las perras’. El desarrollo del juego, habitualmente en corro, comienza cuando se lanzan las monedas al aire. Al caer, existen tres posibilidades: si las dos son caras, la banca recoge todo el dinero, el de los jugadores y el suyo propio; si por el contrario las dos son cruz (parte de la moneda con el escudo), los jugadores recogen cada uno el dinero apostado, más lo que ha expuesto la banca; finalmente, si es una cara y la otra cruz, se vuelven a tirar de nuevo hasta que salgan una de las anteriores posibilidades.

Al tirar las monedas y mientras están en el aire existe la posibilidad de anular la jugada al ver o interpretar que se ha podido producir alguna anomalía, tanto por parte de los jugadores como por la banca, mencionando la frase ‘Yo barajo’. Si ésta frase la dice la banca, queda anulada la jugada completa; si la dice uno o más jugadores, pero no la totalidad de los apostantes, solo queda anulada la jugada del o de los jugadores que expresen la mencionada frase.

El jugador o jugadores que actúan como la ‘Banca’ lo hacen hasta que se produce la jugada del segundo supuesto, cuando las dos monedas salen cruz, pasando entonces esta a otro jugador o grupo de jugadores, que habitualmente se van pidiendo la vez.

Otra peculiaridad añadida en este peculiar evento, es que estuvo prohibido en la época de la dictadura, durante la cual se tenía que realizar a escondidas, habitualmente en callejones a las afuera de la población. El popular juego se sigue practicando en Cumbres Mayores y presenta algunas variables en otras localidades, como Santa Olalla, donde se le denomina ‘Las Chapas’.