viernes. 29.03.2024
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Opinión

El edificio de Hacienda: de la piqueta y la verdad

El edificio de Hacienda: de la piqueta y la verdad

En la mañana del jueves la consejera de Hacienda y Administración Pública de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, visitó las inmediaciones del antiguo edificio de Hacienda de Huelva, ello como escenificación de la puesta de largo de las obras que darán paso al derribo del edificio para construir la que será sede administrativa de la Junta.

Como ya este Círculo quiso poner de manifiesto a través de una moción presentada a través de Participa Huelva en el pleno municipal del pasado mes de noviembre, ni es una rehabilitación lo que ahí se va a acometer ni el proyecto planteado cumple con la normativa de protección vigente para el edificio, ya de por sí controvertida. La moción, como es sabido, fue rechazada, a nuestro juicio anteponiendo intereses que trascienden al municipio y bajo argumentaciones que, si bien no son ciertas, por lo que vemos han terminado por establecerse. Así pues, queda ratificado que este bien patrimonial se perderá junto con la ocasión de haberle dado un uso más democrático.

En primer lugar, la tendenciosidad de la terminología. Para este caso, la RAE estima las siguientes acepciones para la palabra “rehabilitación”, y ninguna de ellas supone la pérdida y sustitución de algo por otra cosa bien distinta:

1. f. Acción y efecto de rehabilitar.

2. f. Der. Acción de reponer a alguien en la posesión de lo que le había sido desposeído.

Asimismo, “rehabilitar” es definida como:

1. tr. Habilitar de nuevo o restituir a alguien o algo a su antiguo estado. U. t. c. prnl.

El edificio de Hacienda permanece íntegro y así ha sido durante todos los años que ha estado cerrado sin que nada haya sucedido. Hace tan sólo 3 meses se dio permiso para que todo un equipo de televisión accediese al inmueble para retransmitir las campanadas de Año Nuevo. De existir un deterioro por aluminosis —la cual hoy por hoy es tratable— de la envergadura del alegado por la administración, permitir este acceso habría supuesto una imprudencia mayúscula por parte del Ayuntamiento.

Es del todo falso que el proyecto de rehabilitación se adecue al nivel de protección del edificio. Defender que la norma consiste en la “demolición de todo el interior” para hacer un proyecto completamente nuevo en fondo y forma, y defender que se pueda aumentar su altura, textualmente “cuatro plantas de altura y una de sótano”, es sencillamente no haberse leído la normativa. No tiene nada que ver su estado de conservación con su grado de protección, ni el primero interfiere en el segundo.

A continuación os dejamos para vuestra revisión lo que el PGOU de Huelva prevé para edificios con grado de protección P2:

Se engloban dentro de este grado de protección aquellos edificios a los que el Catálogo otorga nivel medio de protección, concretado en:

- No pueden ser objeto de demolición por causa de ruina económica.

- En los casos de ruina física se podrán reconstruir pudiendo, según informe previo del Ayuntamiento, adoptar o no la estructura del edificio primitivo.

- En ningún caso se permitirán incrementos de altura y ocupación sobre la edificación ya realizada o preexistente en caso de sustitución global.

- Se admiten modificaciones con fijación de nuevo fondo edificable, remodelando por tanto la última crujías o cuerpo del edificio, así como los patios de dimensiones inadecuadas.

Es manifiesto que el proyecto, independientemente de lo que divulguen, no se ajusta a normativa. En la actualidad nos encontramos a la espera de informes que justifiquen todas estas incoherencias para poder estudiarlos, si la transparencia y el buen hacer político imperan desde nuestras instituciones. A día de hoy, estamos siendo desoídos en nuestro requerimiento de visitar el edificio.

Desde el Círculo Sectorial del Patrimonio continuaremos defendiendo el cumplimiento de nuestro catálogo de edificios. La antigua sede de Hacienda debe conservarse en su integridad o ser parcialmente reconstruida allá donde fuera necesario, mural de Eduardo Vicente incluido. Somos conscientes de que para algunos conservar el interior de los edificios es pura transgresión, pero es que, el interior es parte sustancial y mayoritaria de un todo, que es el propio edificio. Pese a lo naturalizado del derribo como opción preferente y pese aquellos cuyos intereses lucharán porque eso no cambie en Huelva, el derribo de edificios catalogados ni siquiera es contemplado en ninguno de los grados de protección de los planes de muchas ciudades. Por tanto, miremos un poco hacia afuera y aprendamos de lo bueno, que aquí sólo hablamos de patrimonio edificado, de conocer la normativa, de cumplirla y de comparar los resultados de distintos modelos.

Daniel Villalba González, portavoz del Círculo Sectorial del Patrimonio Cultural de Huelva