martes. 23.04.2024
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Se fractura tibia y peroné mientras espera su casa adaptada en Santa Lucía

Una vecina con ataxia y en silla de ruedas reclama su vivienda adaptada del casa por casa tras sufrir un accidente doméstico que le genera más dificultades
Se fractura tibia y peroné mientras espera su casa adaptada en Santa Lucía

Josefa Chico (Pepi, como la conocen en el barrio) sufre ataxia, una pérdida de la coordinación en los movimientos que la mantiene atada a una silla de ruedas y le permite hablar con dificultad. Pepi lleva una semana en una cama del Hospital Juan Ramón Jiménez con una pierna  fracturada por la tibia y el peroné, el resultado de una caída en el  interior de su casa al intentar coger un chaquetón. Todo podría ser hasta cierto punto una triste historia de tantas si no fuera porque Pepi se cayó a causa de la humedad que mantiene su actual vivienda y si no fuera porque lleva años esperando a que le entreguen las llaves de su vivienda en Santa Lucía, en el llamado Casa por Casa, una vivienda que según se firmó, se construyó específicamente para ella, con las comodidades y utensilios necesarios para una persona con movilidad reducida.

El caso de Pepi pone de relieve como ningún otro el de estos vecinos, hace cinco años que tiene una vivienda a la espera de que le entreguen las llaves, una casa adjudicada solo para ella, tan suya que está adaptada a sus necesidades específicas, pero ella se ha topado con una barrera arquitectónica más potente que unas escaleras, la burocracia de la Junta de Andalucía.

"Me partí la tibia y el peroné al resbalarme por la humedad, en mi casa se forman charcos y aunque intento agarrarme me resbalé". Es el lamento de Pepi desde el hospital Juan Ramón Jiménez. "Es una pena que teniendo mi casa adjudicada tenga que vivir en estas condiciones" señala pese a sus dificultades en el habla.

Esta vecina de Santa Lucía asegura que en su actual hogar no tiene espacio suficiente para vivir ni para desenvolverse adecuadamente en una silla de ruedas, su actual vivienda, en la Calle Amor de Dios, no está adaptada para una persona con movilidad reducida como ella, y su reciente ingreso hospitalario es fruto directo de ello.

Pepi relata que  escuchó el crujido de los huesos cuando se partieron y como se vio impotente y sin poderse mover hasta que llegaron a rescatarla, "mi casa no está bien para vivir, no se a que esperan".

Esta mujer de 47 años asegura que quiere entrar a vivir en su nueva vivienda "desde ya. Supongo que pronto me darán el alta y tendré todavía la pierna escayolada ¿Cómo me las voy a apañar?"

Su actual domicilio lo comparte con su hijo y con su marido pero "uno está estudiando y otro está trabajando yo estoy casi todo el día sola en casa y aunque me corresponde una ayuda del Ayuntamiento hay veces que no quieren venir a este barrio" afirma, "lo voy a pasar muy mal".

Por su parte, Pepi cree que el abuelo Carlos ha hecho lo correcto,"yo animaría a todos a ir a sus casas, Carlos es un hombre estupendo y necesitaba su casa, yo no soy de entrar por la fuerza en las casas, pero es lo que le corresponde".

La enfermedad no le impide discernir con claridad, Pepi sabe muy bien lo que se trae entre manos "El Casa por Casa se aprobó en el Parlamento y todos los partidos políticos por mayoría lo aceptaron y también se aprobó en el Ayuntamiento, eso está para que se cumpla, no se a qué están esperando" afirma.

Del mismo modo, la maltrecha vecina de Santa Lucía señala que "en Cardeñas y en La Navidad no han pagado, ¿Porqué nosotros sí, si fuimos los que más luchamos por el Casa por Casa".

Mientras tanto la gran mayoría de los vecinos sigue de Santa Lucía sigue a la espera, muchos están divididos entre los que esperan una solución política inminente o una patada en la puerta para ocupan lo que ya les fue adjudicado, esperan que casos como el de el Abuelo Carlos o el de Pepi, abran los ojos a las administraciones.