jueves. 25.04.2024
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Piden casi cinco años de cárcel al dueño de un bar por tener la música alta

La Fiscalía solicita cuatro años y nueve meses de prisión para el dueño de un bar que mantuvo durante varios años la música demasiado alta y propició numerosas denuncias
Piden casi cinco años de cárcel al dueño de un bar por tener la música alta

Una condena ejemplar para un bar de la capital onubense para un caso en el que presuntamente mantuvo la música a excesivos decibelios e durante varias jornadas obviando además las recomendaciones de los inspectores y Policía Local. La Fiscalía de Huelva solicita cuatro años y nueve meses de prisión para el dueño de un bar de la capital por un delito medioambiental, ya que superaba  por otro de desobediencia, así como el pago de una multa de más de 6.000 euros al superar el establecimiento que regentaba los límites legales de sonido y sin contar con autorización para emitir música.

El fiscal pide también la inhabilitación especial para el desempeño de cualquier profesión u oficio relacionada con la hostelería durante tres años, y el pago de más de 8.000 euros como responsabilidad civil.

El fiscal señala que los denunciantes han sufrido en su domicilio sito en Huelva capital contaminación-violencia acústica, ocasionada desde el año 2003 hasta a mediados de 2014, por un establecimiento ubicado en los bajos de la finca donde está su vivienda y gestionado-regentado en esos años por el acusado, que ha sido juzgado este mismo miércoles.

El local contaba desde 1993 con licencia municipal para bar con cocina y sin medios de reproducción audiovisual, y desde 2002, año en que el acusado empezó a gestionarlo, y pese a conocer que no tenía licencia ni autorización para emitir música, instaló un televisor y un equipo de sonido y los vecinos antes reseñados iniciaron las quejas ante el Ayuntamiento.

Según el escrito de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Presss, desde 2007 a 2013 fueron numerosas las denuncias de los vecinos ante el Ayuntamiento, de tal forma que técnicos municipales se personaron en el local en agosto de 2013 realizando inspección ocular y mediciones de emisión, ante lo cual se abrió un "expediente sancionador".