viernes. 26.04.2024
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La Palma recupera la tradición de comer chorizo por San Sebastián

Cientos de jóvenes acuden al merendero municipal del embalse del Corumbel
La Palma recupera la tradición de comer chorizo por San Sebastián

Cientos de jóvenes acuden al merendero municipal del embalse del Corumbel

Cientos de jóvenes han acudido al merendero municipal del embalse del Corumbel respondiendo así a la llamada de la concejalía de Juventud que para este día ha repartido 300 chorizos y panes con el fin de recuperar una tradición que se daba en La Palma por el día de San Sebastián: el ir al campo a comer chorizo, una costumbre ya perdida y que ahora el Ayuntamiento quiere inculcar entre los más jóvenes y recuperarla.

El buen tiempo ha contribuido a que haya sido todo un éxito y así, reuniones de jóvenes han compartido, en torno a las barbacoas repartidas por este sin igual paraje natural, comidas y bebidas, en donde no ha faltado el chorizo, para vivir una jornada de convivencia.

Antaño, en La Palma, el día de San Sebastián acudían familias enteras a los campos palmerinos a merendar chorizo. Unos iban a El Pilar, o al Templo, al río dulce como se le denominaba al río Corumbel; o al río agrio, como se le denominaba al río Tinto. Incluso esa tarde los colegios cerraban sus clases para permitir a los estudiantes poder ir al campo. Mientras se caminaba hasta llegar al lugar elegido se cantaba coplillas como esta: el día de San Sebastián, nos fuimos al campo, a comer los chorizos de todos los años. Una niña lloraba por merendar, pidiéndole a su madre chorizo y pan”.

El inicio de esta festividad se sitúa hace más de un siglo y su origen se remonta a la recogida de la cosecha de la naranja del país y al auge de las matanzas caseras, por lo que el chorizo se convirtió en uno de los manjares más degustados. De ahí que se aluda a esta fiesta como el “día de los Chorizos”. Una peculiaridad es que el chorizo de las últimas matanzas se degustaba este día asado y acompañado del nuevo mosto.

En las tierras onubenses es frecuente encontrar construcciones consagradas al patronazgo de San Sebastián y San Roque (son co-patronos en La Palma desde el siglo XVI), quienes gozaron de una piadosa veneración en la zona. Así, a principios del siglo XVI se edificarían en La Palma sendas ermitas encomendadas al culto de ambos santos, emplazándose respectivamente a la entrada y salida de la población para salvaguardar y cobijar a la población de nuevas oleadas epidémicas.

Desaparecida ya la de San Roque, aún se mantiene la consagrada a San Sebastián o ermita del Santo. Edificio de raigambre mudéjar y restaurada gracias a una escuela taller tras algunos años de abandono y de uso muy diferente a su original.