jueves. 25.04.2024
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Moguer rinde homenaje a la hermana Brígida

Desvelan un azulejo dedicado a la monja que conservó la sillería nazarita del monasterio de Santa Clara
Moguer rinde homenaje a la hermana Brígida

Desvelan un azulejo dedicado a la monja que conservó la sillería nazarita del monasterio de Santa Clara

Moguer rindió ayer un merecido homenaje a la hermana Brígida, una monja clarisa que profesó en Santa Clara, a la que debemos que se conserve la valiosa sillería nazarita del monasterio. Su vinculación a nuestra localidad será por siempre recordada en un azulejo que fue develado ayer en los exteriores del convento, en la calle que lleva su nombre.

El acto organizado por el Obispado de Huelva a iniciativa de la moguereña Rosario Paniagua y con la colaboración del Ayuntamiento, contó con la asistencia del Vicario General Francisco Echavarría y el alcalde Gustavo Cuéllar, junto al párroco José Manuel Raposo, la concejala de Urbanismo Rocío Domínguez y el edil responsable del área de asociaciones José Jiménez.

No faltó a la cita una ilusionada Rosario Paniagua, que viajó desde Madrid, donde ejerce como profesora en la Universidad de Comillas, para desglosar la figura de esta religiosa, recordada también en nuestra localidad por su generosidad y su constante atención a los más desfavorecidos.

Este reconocimiento público se completó con el develado del primer cuadro de la religiosa, realizado por el artista moguereño José Enrique Azcárate, que se da la circunstancia conoció a la hermana cuando estudiaba en el Colegio de las Esclavas.

El Ayuntamiento ha facilitado la mano de obra para la colocación de la placa que se devela en la calle que Moguer dedicó en su día a esta mujer, pequeña en estatura pero enorme en su entrega hacia los demás.

Durante la guerra civil esta pieza de incalculable valor fue devastada, pero hermana Brígida, pese a ser una mujer analfabeta entendió el valor y la singularidad de esta joya del arte mudéjar, y se encargó de forma laboriosa y rigurosa de recoger, componer y guardar todos los trozos encontrados.

Desde 1936 hasta 1940 custodió con mimo esta composición en forma de puzzle, que fue trasladada a los Reales Alcázares de Sevilla para ser restaurada. Tras cuatro años de intenso trabajo, el 1 de diciembre de 1944 se entregó a la ciudad de Moguer, que puede presumir de contar hoy con una de las sillerías de estilo nazarí más antiguas de las que se conservan en España.