martes. 23.04.2024
El tiempo
Opinión

Tiempo de valores...

Los ciudadanos españoles estamos mosqueados, enojados  y, aunque suene poco académico, cabreados porque "nuestros" representantes no quieren, no saben... llegar a acuerdos. ¡Unos por otros la casa sin barrer!

Hay que pactar como sea, es la idea que ronda en casi toda la ciudadanía para evitar las terceras elecciones, pero a posteriori parece insultante y paradójico que después el sufridor español, los que votamos, no aceptamos y rechazamos ¿los acuerdos? cuándo deciden "acurrucarse" entorno a sus ambiciones personales olvidando las rivalidades aunque sea por un rato.

Parece que el 26J está lejos, e intentar justificar dar respuesta a la pregunta: ¿Se esperaba el resultado que se produjo? Este día, 37 millones de españoles teníamos a priori el poder de decisión, de los cuales ejercieron el derecho a voto poco más de 24 millones con una abstención de 13 millones pero el día 27 nos pusimos en manos de unos cuántos, incapaces de llegar a acuerdos de mínimos. ¡A las pruebas nos remitimos al día de hoy, principios de agosto!, y me pregunto ¿cuál es el mínimo que no entienden sus señorías? Los partidos que optaron a ocupar los sillones han sido unos incompetentes a  no ser capaces de convencer al 30% del censo electoral.

La Constitución no marca plazos para la sesión de investidura, se limita a señalar el procedimiento que conduzca a la presentación de un candidato. No deja de ser llamativo que los partidos que han conseguido mayor número de votos, en la actualidad han demostrado inutilidad total y han conseguido declarar a España y a Europa por efecto simpático, con el largo y tortuoso camino de la desesperación, como el paradigma de la confusión política que a modo de actitudes circenses, dónde también han colaborado los partidos de nuevo cuño,  prometen nuevas esperanzas, nuevos tiempos, mejora en la gestión de la austeridad, acabar y poner fin a los escándalos de corrupción, amiguismo, en definitiva el nepotismo bien marcado en los últimos treinta años por el bipartidismo y vieja guardia.

Por un lado, ¿esta incompetencia nos abocará a unas terceras elecciones?¿Investidura con Rajoy al frente? Parece que Ciudadanos está por la labor. ¿Y el PSOE dará su brazo a torcer? ¿Es lo ideal permitir la investidura si dentro de cuatro meses, cuándo intenten aprobar los presupuestos, y afloren las diferencias ideológicas y no ideológicas, será cuándo tengamos que recurrir a nuevos comicios?

Por otro, si no hay sesión de investidura, no corre el reloj y nuestro país quedará en blanco, quedando el Partido Popular como partido que lidere el país, por los votos conseguidos seguramente Rajoy al frente como presidente en funciones, y  ¡otra vez más de lo mismo!

Como cualquier ciudadano, harto de estar harto de tanta mentira y vaivén, me pregunto:

* ¿Cuáles deberían ser los acuerdos de mínimos para asegurar que el país retome la normalidad necesaria?

*Los últimos acuerdos de Ciudadanos con el PP, ¿dejarían al PSOE como el malo de la película, si se decide por el NO a la investidura?

*¿No es hora ya de abandonar las ambiciones personales y rivalidades para pensar en el bien común de los españoles?

*Los partidos de izquierdas que con su  abstención favorecerán la investidura de Rajoy, ¿qué van a hacer con los dos grandes fracasos del PP: mercado laboral y la LOMCE?

*¿Se aceptarían propuestas de PODEMOS que en determinadas circunscripciones parece que funcionan?

En fin, algunas cuestiones en boca de la ciudadanía española que hasta ahora ha sido la eterna sufridora de las políticas nefastas de gobiernos insolidarios, egoístas e incompetentes de los últimos años.

Me duele expresar este sentimiento: España, a pesar de los cambios importantes de los últimos cuarenta años, es un país dónde quedan desgraciadamente restos de cainismo. Las obras de pintores como Goya, y escritores como Antonio Machado, están pobladas de la presencia y actitud humana vigilantes. El tema del cainismo como tópico de la generación del 98, muestra la maldad intrínseca del hombre, y la codicia como origen de todos los males...¿no es lo que estamos viviendo en la actualidad?

Día a día vemos a nuestros brillantes estudiantes de ciencias, letras, humanidades...emigrar a otros países con una formación impecable, médicos bien formados que tienen que emigrar, después de un MIR exigente y cuatro o cinco años con grandes responsabilidades, tienen que firmar el paro, la mayoría; jóvenes científicos sin futuro en nuestras Universidades,... las promesas de oportunidades de finales del  siglo XX se han convertido en desolación y desesperanza para el siglo XXI.

¿Juego limpio, sincero y altruista, es el que van a presentar nuestros representantes políticos? Hagan apuestas queridas amigas y amigos porque en los próximos días, hoy tal vez, y ojalá me equivoque, tendremos la presencia del alma de Caín, en sus señorías, aunque "¿ellos no lo perciban?"

Pido coherencia y reivindico el tiempo de valores, como reclamaba mi admirado Ernesto Sabato. Es ya  el tiempo de la vida normal de la ciudadanía que no es compatible con el de la prisa de los relojes de la clase política sino que debe haber tiempo y espacio para los momentos de felicidad dónde los cumpleaños, las fiestas familiares-tan olvidadas-y los aconteceres cercanos deben marcar el hito fundamental de nuestra existencia. Debemos volver a sentir el cambio de las estaciones y la alternancia de los días y las noches de manera absolutamente normal sin presión de ningún tipo ya que nuestros políticos han conseguido que  carezcamos de ocio alterando sin piedad los valores que debe caracterizar a la persona: la dignidad, el desinterés, la entereza, la firmeza, la serenidad, la tolerancia, la conformidad,...en definitiva el estoicismo frente a la adversidad.

Quiero recordar a Antonio Machado, en su obra Por tierras de España:

El hombre de estos campos que incendia los pinares

y sus despojos aguarda como botín de guerra,

antaño hubo raído los negros encinares,

talado los robustos robledos de la sierra.

Hoy ve a sus pobres hijos huyendo de sus ares;

la tempestad llevarse los limos de la tierra

por los sagrados ríos hacia los anchos mares;

y en páramos malditos trabaja, sufre y yerra.