jueves. 28.03.2024
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Tres años sacando sonrisas con la ciencia a niños ingresados en Huelva

‘Cienciaterapeutas’ visitan a los pequeños del Complejo Hospitalario Universitario de Huelva cada dos semanas para hacer más llevadera su estancia con experimentos. Su labor ha sido reconocida a nivel nacional y su proyecto se ha puesto en marcha también en Badajoz y en Madrid
Tres años sacando sonrisas con la ciencia a niños ingresados en Huelva

‘Cienciaterapeutas’ visitan a los pequeños del Complejo Hospitalario Universitario de Huelva cada dos semanas para hacer más llevadera su estancia con experimentos. Su labor ha sido reconocida a nivel nacional y su proyecto se ha puesto en marcha también en Badajoz y en Madrid

Sacar una sonrisa a los más pequeños y hacer que su estancia en el hospital sea algo más llevadera a base de experimentos de ciencia. Es uno de los objetivos con los que nació Cienciaterapia hace ya tres años y motivo por el que ahora ha recibido el premio ‘Hospital Optimista’ de Atresmedia –entidad organizadora junto a la empresa Vygon, la Universitat Jaume I y la Fundación Grupo OTP- por su labor en la Unidad de Pediatría del Complejo Hospitalario Universitario de Huelva. Después de este tiempo de esfuerzo e ilusiones por hacer más felices a los niños hospitalizados en la capital, estos ‘cienciaterapeutas’, como se hacen llamar, han cruzado fronteras, y el proyecto está en marcha también en Madrid gracias a la colaboración de la Asociación Infantil Oncológica de la Comunidad de Madrid (ASION), y ahora va a comenzar también en el Hospital Materno Infantil de Badajoz con la colaboración de la Asociación C@lor. Pero el sueño de Cienciaterapia es llevar sus experimentos a cada uno de los niños hospitalizados de España, y de ahí que su próximo reto sea extender su proyecto por el resto de Andalucía.

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Todo comenzó una tarde cualquiera del año 2013, cuando a Jesús Ángel Gómez, hoy presidente de la Asociación Cienciaterapia, se le ocurrió la idea que hoy alegra a tantos niños: “Estaba estudiando en casa y mi sobrina me pidió que le explicara lo que hacía pero de forma que lo entendiera, aproveché las cosas que tenía en casa y le hice un experimento. Eso le gustó y vino más días para que le enseñara más experimentos. Fue entonces cuando pensé que si llamaba su atención y aprendía, ¿por qué no hacerlo con niños que estuvieran en el hospital para hacerles olvidar un poco su situación?” Así empezó todo y, junto a otros compañeros de titulaciones de Ciencia y Psicología, se puso manos a la obra para darle forma a esta idea. Coincidió entonces que la Fundación Telefónica había sacado una convocatoria para jóvenes de entre 15 y 25 años en busca de ideas para ayudar a los demás. Se presentaron junto a otros 1.700 jóvenes y ganaron. La Fundación Telefónica les dio así un ‘capital semilla’ y un plazo de seis meses de asesoramiento para poner en marcha el proyecto, y así lo hicieron. Sus objetivos eran claros: “El primero de ellos es hacer que los niños que están en el hospital desconectasen unas horas de la realidad que viven, y el segundo es fomentar las dotaciones científicas, muy escasas en España en relación con otros países”.

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Fotos y Vídeos: Cienciaterapia

Una vez en funcionamiento en Huelva, comenzaron a formar a otros ‘cienciaterapeutas’ para que también hicieran lo mismo en otros puntos del país, y se constituyeron como asociación de ámbito nacional en 2015 de forma que el proyecto pudiera llegar a cualquier parte de España. De momento, ya están consiguiendo sus primeros frutos y enseñan ciencia a niños de hospitales de Madrid y ahora también de Badajoz. Cuentan para ello con varios voluntarios en cada ciudad, que dedican una tarde cada dos semanas a sacar sonrisas a los niños que más lo necesitan. Pero su idea es seguir creciendo para que esto se convierta en un trabajo remunerado para muchos y poder ampliar así el número de visitas a los hospitales. Y es precisamente esa satisfacción de ver a los pequeños hospitalizados sonreír y olvidarse de su enfermedad lo que les da fuerza para seguir adelante: “Los miras a la cara y los ves embobados. Eso te llena de orgullo y satisfacción, y esas dos horas que estás con ellos te devuelven todo lo que has hecho, los madrugones, el esfuerzo y el trabajo, y sales de allí con ganas de hacer mucho más”.

Jesús Ángel cuenta cómo muchos niños “llegan con miedo, se han pasado toda la mañana haciéndose pruebas, están en un sitio donde son el centro de atención, pero no para bien, se les ha arrancado de un día para otro de su colegio y de sus actividades diarias, y cuando les decimos que vamos a hacer un taller de ciencia muchos son reacios, y algunos ni siquiera hablan”. Pero al final acaban participando y salen de allí contentos y con ganas de repetir: “Los niños son muy sinceros, y si algo no les gusta te lo dicen, afortunadamente les gusta y aprenden mucho, y llegamos a escuchar frases como ‘De mayor quiero ser científico’, ‘Ojalá me lo hubieran explicado así en el colegio’, y ‘¿cuándo volvéis?”

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Pero los experimentos de Cienciaterapia no sólo les gusta a los niños, sino también a los padres. “Muchos padres se quedan también a ver los talleres, y también les sirve para desconectar. Los niños se olvidan de su enfermedad y se relacionan entre sí, pero los padres también. Conocen a otros padres y se sienten más apoyados”. Niños y padres aprenden conceptos como las fuerzas de rozamiento, las estructuras moleculares de los plásticos, las propiedades de los disolventes y los gases, reacciones químicas, líquidos invisibles o densidad, entre otros. Y, lo más importante, participan, desconectan y aprenden, y sin ningún tipo de riesgo. De hecho, los ‘cienciaterapeutas’ van muy bien preparados, con guantes y gafas para los pequeños para los experimentos que lo requieran, y ya están pensando en adquirir mini batas para los niños.

El reciente reconocimiento de ‘Hospital Optimista’ por su gran labor tiene emocionados a todos los que forman parte de Cienciaterapia: “Es mucha ilusión porque es un reconocimiento a la labor hospitalaria que hacemos”. Para los que quieran colaborar con Cienciaterapia tienen ahora una buena forma de hacerlo. Hasta junio, la fotógrafa Carmen Torres expone una decena de imágenes en el establecimiento del centro ‘Le Petit Café’, y están a la venta por tan sólo 30 euros. Todos los beneficios son para que la asociación siga haciendo sonreír a los niños hospitalizados.

Después del trabajo que hacen con los niños, el supervisor de Pediatría del Complejo Hospitalario Universitario de Huelva, Rafael López, sólo tiene palabras bonitas para estos ‘cienciaterapeutas’: “Me siento afortunado y orgulloso de que Huelva tenga a Cienciaterapia, y de que los niños que ingresen en Huelva puedan disfrutar de esto, espero que sigan creciendo como asociación y que puedan venir más, porque su trabajo tiene muchos beneficios para los niños y sus familias”.

López ha hecho hincapié en que ellos “han conseguido lo que los demás no podemos, yo los pincho y les doy malas noticias, pero ellos consiguen que esto sea en cierto modo un lugar para niños, es un gesto maravilloso y estoy orgulloso de que los reconozcan a nivel nacional”. El supervisor de Pediatría ha insistido en que “lo fundamental es que los niños estén en un ambiente así, como si estuvieran en una guardería con uniformes, esto no deja de ser eso pero con niños tristes porque están enfermos, y ellos convierten esto en algo diferente”.

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De hecho, ha recordado una redacción que recibieron en el hospital de una niña que había estado allí ingresada: “Contaba que había estado malita, pero que había estado en un hotel, y estaba contenta porque había aprendido a hacer experimentos de ciencias y eso era lo que se llevaba”. Un momento que ha aprovechado para resaltar una frase del libro ‘El Principito’: “Los adultos a menudo olvidamos que una vez fuimos niños”.

López ha afirmado así que “hay que poner en valor el trabajo que hacen los miembros de Cienciaterapia y no debería haber ningún niño en Andalucía que no disfrutara de esto, han demostrado su valía y que merecen la pena, se nota en las caras de los niños y en la cantidad de veces que me preguntan cuándo vuelven, tenemos que ayudarlos para que sigan adelante”. Ha mostrado así su deseo de que grandes patrocinadores colaboren con esta iniciativa para que se extienda por todo el país y, además, puedan ir más de dos veces al mes a ver a los niños hospitalizados en Huelva: “Cuando los miras a los ojos sabes que estas personas van a cambiar el mundo, y me duele que no puedan venir más porque no tengan recursos”.