De Nena Müller a Lorena Carleos. La plenitud de la dignidad femenina

Tengo la costumbre de subir a las redes sociales una foto de las personas que entrevisto antes de componer la misma y sobre ella escribir una leyenda. En este caso puse algo así como” fui en busca de Nena Müller y me quedé prendado de Lorena Carleos Gómez”. Y me explico. Conocí a Nena Müller, en la imagen superior, en el que considero mejor evento de Pasarela que se ha realizado en Huelva hace casi tres años. Se trataba del desfile de la colección de moda ecológica de la diseñadora cubana, afincada en Huelva, Yasuri Mayari en los salones de la Casa Palacio de Mora Claros. La extraordinaria ambientación, el alto nivel de entendimiento sobre moda de los invitados y la calidad artística de los modelos de Mayari se vieron increíblemente complementados por el arte y la profesionalidad de las modelos que pasearon por la pasarela al ritmo perverso del flamenco. Una de ellas, alta, con sus ciento setenta y tres centímetros descalza de altura, elegante, distinguida, de extraños ojos e hierática mirada perdida era Nena Müller.

Desde entonces la seguí en más de una ocasión, aunque la Pasarela le gustaba no realizó más de seis o siete intervenciones. Ha realizado, no obstante, más sesiones como modelo publicitaria. Sin embargo, tanto en una como en otra no llegó nunca a sentirse realmente cómoda. Los entresijos que se mueven en el mundo de la Moda, y de las modelos más concretamente, no le resultaba sano y ella, luchadora por construir su personalidad y por dignificar su figura, tuvo que sufrir algún que otro acoso que le hizo rehuir por completo este ambiente. Sin embargo, era ahí, en la pasarela, donde se sentía más cómoda y vencía su natural timidez. Miraba a un punto fijo y se dedicaba a danzar con el mayor garbo y elegancia posible el ritmo musical correspondiente. Cosa que no le sucedía en las sesiones fotográfica. Aquellas la enturbiaban, la azoraban, no encontraba método o remedio para vencer su timidez y obedecer las ordenes del fotógrafo de turno que le señalaban que se comiera la cámara, que pusiera tal o cual sonrisa sugerente, sensual, que su postura fuera más…. No, evidentemente aquello no estaba hecho para una mujer joven pero con un importante bagaje cultural y vital en su mochila privada.

Lorena Carleo Gómez nace en el barrio onubense de Las Colonias hace treinta y un año. Sus primeros pasos escolares los inicia en el Colegio Público Manuel Siurot y es una niña más bien retraída, absorbida desde temprana edad a compatibilizar sus estudios oficiales con otros complementarios. De esta forma llenaba su vida y alimentaba su vigor interior. Se matriculó en el Conservatorio de Huelva y aprendió a tocar el violonchelo, instrumento, como todos los de cuerdas, que la enamoró. Además, si esto fuera poco, empezó a dar clases de, destino de la vida, el idioma inglés, del que posee el B1. A los catorce años, una vez terminado el último ciclo de la ESO marcha al cercano Instituto La Rábida para realizar el Bachillerato y, posteriormente un Ciclo Superior de Información y Comercialización Turistica. Su vida diaria sigue completa de actividades y los fines de semana se dedica a su gran pasión el baile. Comienza a dar clases de Salsa y Bachatta y los horas se consumen con los sudores festivos de los ritmos latinos.

Al cumplir los dieciocho años un hecho va a marcar la vida de Lorena en todos los sentidos. Nace de ella y en ella el amor de su vida. Una criatura, Alejandro, hoy con trece años, que va a ser de ella más mujer, mejor persona y una luchadora nata para conseguir lo mejor para ella y poder trasladárselo a su hijo. Este asunto no tuvo más contrapunto del normal por inesperado, puesto que sus padres que son también padres y abuelos de Alejandro, la apoyaron en todo momento y la dejaron elegir con total libertad su futuro. Y empieza a luchar por su dignidad de persona y de mujer. A pesar de su edad es consciente de determinadas actitudes por partes de amigas y conocidos y ella. a pesar del lógico dolor por su incomprensión, demuestra su madurez y sigue su vida con más fuerza aún si cabe. Inicia el Ciclo Superior de Administración y Finanzas en el Instituto onubense San Sebastián y comienza a estudiar Alemán en la Escuela Oficial de Idiomas. Se da cuenta que este idioma va a tener un lugar privilegiado a la hora de encontrar trabajo y no lo duda, a pesar de que muchos de sus amigas la tacharan como de alucinada. Pero es en el instituto San Sebastián donde va a conocer a dos personas que le van a ayudar mucho en el devenir de su futuro. Se tratan de las profesoras, María del Mar Ordoñez y Carmen Olmedo que van a marcar para bien su futuro. Ellas la animaron a que diera el paso de salir de España, buscaron por internet empresas con demanda de empleo y todo lo relacionado con estancias y demás trámites.

Y he aquí que vuelvo a escarbar con curiosidad en sus ojos. Me es difícil descifrarlo y en ellos se encuentran las claves de esta bella mujer. Los que tenemos una edad podemos recordar como en época infantil al jugar a las bolas o canicas la más bonitas y preciadas eran las de cristal con reflejos irisados en su interior de colores agua, grises, celestes. Pues algo así son los ojos de Lorena. Acuosos, líquidos, irisados de gris ceniza, de celeste pálido, de colores que te embriagan sosegadamente. Pero esos ojos esconden también una fortaleza que le imprime carácter a su rostro, a veces impenetrable. Me atrevería decir que guarda su fortaleza y su timidez. Es seria y formal, pero entre los amigos es alegre, fresca y vivaz. Si, posiblemente esos ojos increíble y duros, a la vez, sean una tapadera que Lorena utiliza para esconder sus debilidades.

Pero volviendo al tema que nos ocupa nos encontramos que La Carleos va consiguiendo poco a poco cumplir sus aspiraciones. Ha sabido compaginar sus estudios con el trabajo. Tiene un hijo que le va creciendo entre algodones de amor rápidamente y necesita mantenerlo a pesar de la incuestionable ayuda de sus padres. Ha trabajado en todos los lugares posibles como en Zara -¡Zara, quién se lo iba a decir!- en Carrefour,en Primark, en Hipercor, de profesora de alemán, de traductora en los Juzgados y en bares de copas. Muchos bares nocturnos que le privaban del anhelo de estar con Alejandro pero que le permitia conseguir un mísero sueldo diario que añadir para su formación. Ha sido feliz aunque ha dejado atrás sueños juveniles como el viajar o el sufrir indignidades al negársele trabajos en comercios por ser madre soltera y ello pudiera ser perjudicial para el trabajo. Se lo tragaba y lo asumía. Lo más importante era su hijo Alejandro y todo el amor que se pudieran dar. Lo demás…

Y consigue un contrato de Práctica de Formación en la empresa española Inditex en Londres. La angustia y las lágrimas de separarse de sus seres queridos y de su hijo continuaron a su llegada a la capital londinense. Se sintió perdida, en un mundo que desconocía por completo en un ambiente totalmente ajeno. Recorría las calles con miedos con su maleta y sus bártulos. Miedo y añoranza. difícil mezcla de digerir. Se perdía por las calles y el idioma, a pesar de poseer el título de B1 en inglés le servía de poco, pues se dio cuenta de que aquí le habían enseñado a construir frases pero no a entablar un diálogo. Incluso sufrió ataques de pánico y ansiedad a montarse en metros y autobuses y verse rodeada de gentes extrañas que desconocía y que no le gustaban. Una auténtica ruleta rusa se había instalado en su mente y todo le daba vuelta a su alrededor. Y llegar a casa no significaba un descanso. Dormía en un cuarto junto a una compañera pero sin saber en donde lo iba a hacerlo al día siguiente. Y de esta forma durante un mes.

Pero tenía muy claro que está ante la oportunidad de su vida y no va a dejar escapar ese tren. Sangre, sudor y lágrima. Trabajaba de lunes a viernes en las oficinas de la empresa y los sábado y domingo en las tiendas. Quería estar ocupada, no pensar y, a la vez, conseguir un complemento a su magro salario para poder hacer frente a una ciudad tan cara como la británica. Poco a poco se va haciendo a la gran urbe y a sus habitantes dentro de esa sociedad multicultural y multiracial como es la londinense. Cuando termina sus prácticas de formación consigue contrato laboral en las tiendas Inditex y su vida comienza a centrarse y tener un objetivo claro. Hacerse con la ciudad y su idiosincrácia. Consigue una situación económica justa pero suficiente para mantenerse. Ahora vive en un sitio decente con una compañera de nacionalidad portuguesa. Tiene jornadas divididas en dos turnos y según cada cual planifica el día. Si el turno es de mañana, se levanta a las siete, se prepara el almuerzo que se va a comer en la tienda, y a las nueve de la mañana está en su puesto de trabajo hasta las seis de la tarde. En tonces aprovecha para conocer Londres. Cada día elige un barrio diferente de la ciudad y es consciente de que le quedan muchos aún por conocer. Sin embargo, si el turno es de tarde, la salida se produce a las diez de la noche y se va directamente a casa. El ambiente nocturno de la ciudad no es el ideal para ir sola. El inglés tiene la costumbre de beber mucho, las “pintas” son sus compañeras al salir después de cenar en casa.

Las jornadas son duras y por eso los días de descanso se dedica a hacer las cosas que más le gusta. Visitar la ciudad, conocer sus monumentos, entrar en museos y galerías de Arte y, cuando se siente estresada, melancólica o nerviosa, se va a bailar. Sus nuevos amigos saben donde encontrarla en estos casos. Para ella el baile es una terapia natural y personal. Sus amigos suelen ser compañeros de trabajo. Los tiene de todas las nacionalidades. hindúes, italianos, portugueses, de Las Bermudas, de Marruecos y hasta de Skry Lankra. Se ha hecho por completo a la ciudad y ahora su única meta es poder llevarse dentro de unos meses a Alejandro para allá. Escolarizarlo allí, que crezca abierto al mundo. Dejar atrás cosas por las que ya no siente nada. Costumbres, modos y personas. Odia la mediocridad y la cobardia de muchos de sus paisanos. El conformismo. La tierra preciosa agotada por mediocres políticos y por ciudadanos encerrados en una atmosfera involutiva y negativa. Tiene sus sueños y sus proyectos para el futuro y todos pasan por londres. Uno, primer sueño, poder viajar a Estambul y poder conocer lo que para ella es la joya universal de la Arquitectura, la catedral de Santa Sofía. Dos, segundo proyecto, ampliar sus estudios de Contabilidad y convertirse en Manager de Contabilidad. Y después…después seguro que se convierte en empresaria y pondrá en práctica todos sus conocimientos sobre emprender un negocio, Es consciente de lo amante que son los ingleses por las cosas españolas y quiere agarrarse a ese mercado. ¿ Una tienda de moda española? Posiblemente. Pero lo seguro es que entre los conocimientos del sector por parte de Nena Müller y las capacidad organizativa y contable de Lorena Carleos lo van a conseguir. Adios, Nena. Bienvenido, Lorena.