Y el Recre jugó con 21.560 jugadores
No había un título en juego, como en la final de Elche. Ni se decidía un ascenso a Primera División, como ante el Castellón, el Xerez o el Numancia. Ni siquiera se trataba de dar salto a Segunda. No, se disputaba un partido más... si no fuera porque Huelva al fin se volcó con el Recreativo.
El desesperado S.O.S. del club ha alcanzado todos los receptores posibles, dentro y fuera de la provincia. A lo largo de la semana, España y el mundo se han hecho un poco del Decano, aunque nada es comparable a la respuesta de los onubenses.
Más de 15.000 entradas vendidas en apenas dos mañanas y una movilización sin precedentes en las redes sociales dan fe de que la 'recremanía' no estaba muerta, sólo adormilada. El sábado llegó la hora tomar la calle y las gradas del Nuevo Colombino en una jornada histórica. Y los onubenses respondieron como uno solo.
Miles de personas participaron en la concentración contra Pablo Comas convocada por el Recreativo Supporters Trust, como previa a la peregrinación masiva hacia el estadio de la avenida del Decano, donde 21.560 asientos aguardaban impacientes a sus ocupantes.
Y nadie se quedó fuera. Los habituales, los esporádicos y los que hacía meses que no acudían al fútbol. Hombres, mujeres, niños y niñas. Ciudadanos anónimos y ciudadanos famosos, como Carolina Marín. La bicampeona mundial de bádminton no quiso fallar a su Recreativo e interrumpió su estancia en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid para acudir al campo y apoyar a los albiazules.
El Nuevo Colombino registró un lleno histórico que ni siquiera la lluvia consiguió dispersar. Y aunque la hinchada volvió a sentenciar a Pablo Comas, el dueño del club no es el único destinatario del mensaje que se escenificó en el estadio. Huelva gritó con más fuerza que nunca el gol de Rubén Mesa para demostrar que no quiere ver morir al Recre. Los políticos, empresarios y posibles compradores también deben poner más sobre la mesa para que la historia del Decano no se quede en 126 años.
