viernes. 26.04.2024
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41 Edición del Festival de Cine Iberoamericano. LA PRIMERA EN LA FRENTE.

41 Edición del Festival de Cine Iberoamericano. LA PRIMERA EN LA FRENTE.

Huelva. Tan lejana como hace más de medio siglo y menos rosa que las hojas caducas de un olmo. Qué pena de ciudad y qué tristeza de provincia.  O que lástima del onubense. Al fin y al cabo los entes geográficos no tienen culpa de nada. No piensan, no hablan, no razonan. Sus habitantes, y que conste que nunca generalizo, lo que si saben hacer es hablar y mucho. Luego pensar y razonar es otra cuestión ya más ardua. Hace 4o años, en su segunda edición, estudiando Derecho en Sevilla, no podía perderme ,al menos oler y ver, el ambiente festivalero ignoto en la ciudad. Mucho progre surgidos de no sé donde, muchas barbas sin atuzar, mucha ropa paramilitar y botas del cuerpo de la Guardia Civil con aleonadas melenas. Lógico. Eran tiempos de ilusiones y utopías desbocadas. Era la época.

 

Años después, con los socialistas en las puertas del octubre glorioso, aún de la mano particular de José Luis Ruiz, nuestro Festival se fue amoldando a la nueva época sin perder sus raices iberoamericanas. Ya eran menos los melenudos y barbudos de acentos de castellanos de ultramar y nacionales disfrazados para la ocasión. Entre ellos surgía un espacio para los hombres y mujeres de la ciudad, y fuera de ella, que ocupaban cargos directivos en bancos, empresas o profesiones liberales, que imponían en su vestir un cierto aire de evento cosmopolitas al ambiente onubense. Incluso, los acores y actrices, los escritores, pintores o intelectuales eran de una primera línea que ya lo quisieran ahora algunas de las muestras más exquisitas. Tiempos de gloria para un festival de cine, el onubense, que tenía ya de sí, de su espalda hecha a golpes de grandes esfuerzos individuales, el ojo avizor del poder politico. Críticas sin ningún sentido y con mucha maldad revolotearon sobre la cabeza de los organizadores de entonces y el grifo económico que se solicitaba para un niño que iba a ser la primera comunión solo dio para ir a misa en pantalones cortos y para la muerte de una ilusión creada con ilusión. En verdad, lo único que querían era fotografiarse y estar con el famoseo de turno. Y llegaron los gerentes, los equipos técnicos, toda una parafernalia que, en lugar de encumbrar, destruyó las entrañas y filosofía misma de nuestro querido Festival.Festival2

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